Los asesinos seriales generalmente se desarrollan como consecuencia de traumas en la niñez como abusos psicológicos, sexuales o físicos. Se dividen en dos tipos - organizados que planifican meticulosamente sus crímenes, y desorganizados que actúan de forma impulsiva. Las causas de su comportamiento se encuentran en carencias afectivas y conflictos mentales derivados de experiencias negativas en su desarrollo.