Atsumu Kubo trabajaba en una fábrica de armas cuando ocurrió la explosión nuclear en Hiroshima. Sufrió quemaduras graves y quedó atrapado entre los escombros. Logró escapar y caminó con otros dos supervivientes hacia las montañas para alejarse de la radiactividad. Encontraron refugio en un cuartel donde los heridos llegaban pero no recibían atención médica. Cuando llegaron los soldados estadounidenses instalaron hospitales de campaña pero en realidad estudiaban los efectos de la bomba en los