Las bases de datos móviles se han vuelto más demandadas para permitir el acceso a información relevante desde cualquier lugar. Estas se originaron a finales del siglo XIX para almacenar grandes cantidades de datos y evolucionaron en los años 90 con soportes de mayor capacidad y menor costo. En el siglo XXI surgieron para permitir el acceso y distribución eficiente de datos desde dispositivos móviles a través de agentes inteligentes y la replicación de datos entre servidores centrales y móviles.