Benjamín sufrió una lesión en el pie que empeoró hasta diagnosticarse con artritis reumatoide juvenil, dejándolo postrado en cama. Los médicos dijeron que nunca más caminaría. Sus padres oraron por un milagro y al día siguiente Benjamín pudo mover las piernas. Los médicos quedaron asombrados ya que su enfermedad degenera todo el cuerpo, pero Benjamín sanó completamente. Este testimonio busca aumentar la fe en que Dios puede hacer lo imposible.