El gas natural se forma a partir de plantas y animales enterrados que se descomponen bajo tierra durante millones de años bajo calor y presión. Se usa principalmente para generar electricidad, calefacción e industria. Los tres usos más significativos son la calefacción, generación eléctrica e industria. Se diferencia de otros combustibles fósiles por su bajo contenido en contaminantes y combustión limpia.