1. -
Hijo amadísimo, lo primero que
quiero enseñarte es que ames al
Señor, tu Dios, con todo tu corazón y
con todas tus fuerzas; sin ello no hay
salvación posible.
Ten piedad para con los pobres,
desgraciados y afligidos, y ayúdalos
y consuélalos según tus
posibilidades. Da gracias a Dios
por todos sus beneficios, y así te
harás digno de recibir otros mayores.
Testamento de S. Luis de Francia
a su hijo.
Año Jubilar 2014-2015
Los franciscanos seglares son llamados
a ofrecer su contribución personal,
inspirada en la persona y en el mensaje
de San Francisco de Asís, en vistas a
establecer una civilización en el que la
dignidad de la persona humana, la
corresponsabilidad y el amor sean
realidades vivas.
Forma de vida. Art. 18
PRÓXIMA REUNIÓN
El próximo día 21 de Diciembre nos reuniremos en los salones del
Convento de S. Francisco a las cinco y media de la tarde con el siguiente
orden del día:
Acogida y Oración: por la Hna. Ministra
Lectura del Acta anterior: por la Hna. Secretaria
Formación: Tema nº 8 del Libro de Formación
Informaciones varias: Correspondencia, Informe Hna. Tesorera.
Bendición de San Francisco.
PAZ Y BIEN
"Deseo celebrar la memoria del niño
que nació en Belén y quiero contemplar
de alguna manera con mis ojos lo que sufrió
en su invalidez de niño, cómo fue reclinado
en el pesebre y cómo fue colocado sobre el heno
entre el buey el asno..."
El santo de Dios está ante el
pesebre, desbordándose en
suspiros, traspasado de piedad,
derretido en inefable gozo"
1Celano 84-85
Que el gozo que experimentó Francisco en el pesebre
de Greccio inunden nuestro corazón, y nos acompañe
en el nuevo año.
FELIZ NAVIDAD
2. Gritad de gozo a Dios, nuestra ayuda; aclamad al Señor Dios vivo
y verdadero con gritos de júbilo.
Porque el Señor es excelso, terrible, Rey grande sobre toda la
tierra.
Porque el santísimo Padre del cielo, Rey nuestro antes de los
siglos, envió a su amado Hijo de lo alto, y nació de la
bienaventurada Virgen santa María.
Él me invocó: Tú eres mi Padre; y yo lo constituiré mi
primogénito, excelso sobre los reyes de la tierra.
En aquel día envió el
Señor su misericordia,
y de noche su cántico.
Éste es el día que hizo el
Señor, exultemos y
alegrémonos en él.
Porque un santísimo
niño amado se nos ha
dado, y nació por
nosotros de camino y fue
puesto en un pesebre,
porque no tenía lugar en
la posada.
Gloria al Señor Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres
de buena voluntad.
Alégrense los cielos y exulte la tierra, conmuévase el mar y cuanto
lo llena; se alegrarán los campos y todo lo que hay en
ellos. Cantadle un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra.
Porque grande es el Señor y muy digno de alabanza, más temible
que todos los dioses. Familias de los pueblos, ofreced al Señor,
ofreced al Señor gloria y honor, ofreced al Señor gloria para su
nombre.
Ofreced vuestros cuerpos y llevad a cuestas su santa cruz, y seguid
hasta el fin sus santísimos preceptos. OfP. S. Francisco de Asís.
CELEBREMOS LA NAVIDAD
COMO DIOS QUIERE
El Misterio admirable de Navidad es lo que solemos llamar la
Encarnación y el Nacimiento del Verbo Eterno del Padre que se hace
hombre en las entrañas virginales de María para habitar entre
nosotros y realizar la Redención del género humano haciendo a los
hombres, que creen en Él y lo siguen, participes de la Vida divina.
Celebrar digna y santamente la Navidad es en primer lugar:
traer a la memoria, meditar detenidamente y guardar en el corazón,
glorificando a la Trinidad Santísima por el inmenso Amor, el divino
poder, la admirable sabiduría y misericordia desplegados en favor y
por la salvación del mundo al que tanto ama, que la envía y entrega
a su propio Hijo amado.
En segundo lugar: contemplar al
Niño y a su Madre en su pobreza,
anonadamiento y humildad
aceptando su situación y
humillación como voluntad divina y
ofreciéndose por la salvación del
mundo.
En tercer lugar: celebrar unidos los
creyentes la Navidad con un
corazón puro y santo con un alma
rebosante de fe, esperanza y amor,
con actos y cantos de alabanza
gozosa y con amor sobre todo,
amor a la Trinidad Santísima, que
tanto ha amado a los hombres,
que para sanarlos, dignificarlos y santificarlos, como a hijos
queridísimos, nos entregó a su Hijo y con Él nos colmó de toda
clase de bienes espirituales y celestiales.
Y finalmente: ante tanta bondad, tanto amor y tanta
misericordia aprender la lección y vivirla a diario, amándonos
como hermanos y amando al mundo como Dios lo ha amado;
comenzando por los más pobres, desvalidos, enfermos y
oprimidos.
¡Feliz Navidad Cristiana!
P. Asistente. Fr. Luis Andrés Fraile