Este poema presenta dos rosas, una blanca y una roja, que simbolizan el amor blanco y rojo de los amantes. Las rosas se deshojan en dos copas de vino, una blanca y una roja. El poeta invita a su amada a elegir una copa, ya sea el alba o el ocaso, para embriagarse no con amor sino con el vino, mientras él se embriaga en secreto de su amada.