La Superintendencia de Competencia autorizó la adquisición de Alberto Culver Company por parte de Unilever, al determinar que la concentración no tendría efectos negativos sobre la competencia en los mercados relacionados. La concentración involucraba productos de cuidado personal y del cabello como champús, cremas, jabones que serían distribuidos a través de subsidiarias en El Salvador. El análisis determinó que no habría barreras a la entrada de nuevos competidores ni se reduciría la rivalidad en el mercado.