El documento resume las características principales del teatro español de la segunda mitad del siglo XVII, incluyendo su renovación de la fórmula dramática de Lope de Vega, el énfasis en personajes intelectuales y reflexivos, y el uso de lenguaje artificioso y símbolos. También explora temas como la vida como sueño, el mundo como teatro, y el sueño como premonición o imagen de la muerte en las obras de este periodo, particularmente en las de Calderón de la Barca.