Una mujer se queja con su amiga de que su madre la llama mucho y que a veces siente que la molesta. Su amiga responde que habla con su madre fallecida visitándola en el cementerio y que extraña su presencia. Le aconseja que hable con su madre mientras pueda y valore su compañía, en lugar de esperar a que ya no esté, pues lamentará no haber pasado más tiempo con ella. La mujer reflexiona sobre las palabras de su amiga y decide pasar el día con su madre.