Cinco personas se reúnen para jugar una partida de mus en una mansión en Madrid. Uno de los jugadores resulta ser un intruso. El inspector Fernández es llamado cuando el jugador que iba ganando aparece muerto con un golpe en la cabeza y una piedra de basalto a su lado. A través de pistas sobre la procedencia y características de cada jugador, así como un interrogatorio, el inspector deduce quién es el asesino.