La fotografía muestra una vista solitaria y melancólica de Venecia en febrero de 2008, capturando la esencia triste de la ciudad sin personas. La foto fue tomada por el fotógrafo Alejandro Labeur y acompañada por la canción melancólica "Que c ́est triste Venise" de Charles Aznavour, creando una impresión poética de la soledad de Venecia.