El carbono se mueve entre la biosfera, atmósfera, hidrosfera y litosfera a través de un ciclo biogeoquímico. Los organismos absorben dióxido de carbono durante la fotosíntesis y los animales lo obtienen al comer plantas, luego los organismos aeróbicos lo liberan al respirar y los desechos orgánicos se descomponen liberando más dióxido de carbono, completando así el ciclo del carbono entre los ecosistemas terrestres y acuáticos.