El ciclo triguero chileno se basó en abastecer el mercado peruano con cereales desde el siglo XVII, pero no se manifestó como una actividad rentable hasta comienzos del siglo XIX cuando los mercados de California y Australia se consolidaron. A fines del siglo XIX, la acelerada tecnificación de la agricultura en Estados Unidos y Argentina hizo que los precios mundiales del trigo bajaran a un nivel en que la agricultura chilena no podía competir, marcando el fin del ciclo triguero.