El documento resume los cambios en la legislación sobre la formación de manipuladores de alimentos tras la entrada en vigor del Real Decreto 109/2010. Las principales novedades son que las empresas de formación no necesitan autorización previa para prestar servicios a empresas alimentarias y que los certificados de formación y carnés de manipuladores dejan de ser obligatorios, aunque las empresas siguen siendo responsables de la formación de sus empleados.