Curitiba se encuentra entre las ciudades con mejor infraestructura de Brasil. Su proceso de restauración histórica comenzó en 1971 para valorizar la historia local y apoyar económicamente el rápido crecimiento de la población. Curitiba tiene un área verde de 51 metros cuadrados por habitante, tres veces más que la recomendación de la ONU. La ciudad cuenta con diversos museos y teatros y se caracteriza por su topografía ondulada y su diversidad cultural.