El documento clasifica los sistemas operativos en cuatro categorías: por número de usuarios que pueden atender (monousuario o multiusuario), por número de procesadores, por número de tareas que pueden ejecutar (monotarea o multitarea), y por las formas en que ofrecen servicios (de red o local). Algunos ejemplos comunes incluyen sistemas operativos monousuario como MS-DOS y Windows, y sistemas operativos multiusuario como UNIX y Linux.