La política y la economía influyen en el desarrollo de nuevas tecnologías. La razón técnica ha reemplazado a la moral religiosa y metafísica para orientar el orden social. El Estado ahora se enfoca en garantizar la estabilidad económica en lugar de la equidad, y usa recursos tecnológicos y especialistas para lograr la eficiencia definida por los valores del mercado, desplazando así a la política e ideologías.