La Gran Muralla China se construyó entre los siglos V a.C. y XVI d.C. para proteger el norte de China de los ataques de los nómadas. Mide más de 6,700 km de largo y fue construida por millones de trabajadores a lo largo de dinastías sucesivas, aunque muchos murieron en el proceso. Aún se conservan secciones y es un símbolo emblemático de China.