El documento analiza tres propagandas diferentes. La primera habla sobre cómo la publicidad muestra una imagen ideal de la mujer que es imposible de alcanzar para hacer que las mujeres compren productos. La segunda trata sobre un video que intenta crear empatía contra el bullying y hacer culpables a quienes no hablan sobre el tema. Y la tercera presenta una campaña con maniquíes que simulan discapacidades para enseñar que nadie es perfecto y que no se debe juzgar por apariencias físicas.