1. CONSEJOS:
Promover diálogos constructivos entre personas, entidades y sectores;
autoridades; especialistas; organismos sociales; productores y
comercializadores de bebidas alcohólicas; representantes de los medios de
comunicación; educadores; padres de familia y sobre todo, jóvenes, con el
fin de afianzar estrategias preventivas y de atención a problemas que
inciden, o puedan incidir, sobre el consumo inadecuado de bebidas
alcohólicas.
Contribuir a los esfuerzos para elevar la salud a través de acciones que
buscan reducir los índices de consumo excesivo de alcohol y sus
consecuencias negativas.
Cómo ayudar a los hijos de alcohólicos-adictos
Es importante ayudar a sus hijos a reconocer, aceptar y expresar sus
sentimientos negativos.
Cuando la persona acepta sus sentimientos y busca una vía de desahogo
que no haga mal a nadie, se siente mucho más capacitada para manejar
sus problemas. La paciencia procede de una actitud de aceptación y no de
la represión del enojo.
Ayudar a los hijos a hallar un desahogo saludable, a veces, simplemente,
dejarlos hablar y escucharlos es suficiente; pero existen otras formas no
destructivas de lograr expresarse. No acepte de los hijos actitudes sumisas
que en el fondo van en contra de su amor propio.
Para ayudar a reparar el mal ocasionado a los hijos por vivir en este
ambiente, puede aplicar una disciplina firme, pero llena de amor y
comprensión. Esto les proporciona un sentimiento de seguridad.
La pareja del alcohólico en su afán de controlar a su alcohólico-adicto,
compromete a sus hijos en esta lucha, insistiendo en que sean modelos de
buena conducta cuando el alcohólico está presente, o bien que no digan
nada referente a su alcoholismo negándolo, o que no le hagan ruido porque
está durmiendo la siesta o que no se enojen o hagan algo que le afecte y
pueda ser motivo de su borrachera.
2. La familia debe fomentar la comunicación por medio del dialogo y del saber
escuchar, se deben conocer y aceptar los talentos y cualidades y también
los errores, limitaciones e imperfecciones si que el afecto o el aprecio se
vea afectado.
Asignar responsabilidades a los hijos, por ejemplo,realizar algún oficio de
la casa, esto hace que los jóvenes sepan que son útiles y pueden hacer
parte de un grupo social, con esto ellos se sienten responsables de sus
actos.
Los padres y/o madres deben tomar decisiones esto ayuda a fortalecer la
personalidad de los niños, cuando se corrija al niño por algo que haya
hecho mal se debe criticar el acto en sí y no al niño.
La familia fomenta el autoestima estimulando los éxitos de los niños,
adolescentes para que tengan sentido de compromiso.
Demostrar afecto ya sea a través de expresiones verbales o de contacto
físico, los “te quiero”, los besos, abrazos y caricias ayuda a que los hijos y
padres se sientan bien con ellos mismos.
Establecer normas y límites, y la demarcación de las consecuencias que
acarrea la ruptura de estas, por medio de las normas se definen las
relaciones familiares y brindan pautas que sirven de apoyo a las decisiones
además de guiar en los cambios dentro de la familia.
Observación y comprensión del comportamiento, no se debe intervenir en
el comportamiento de los hijos, se debe analizar las situaciones
problemáticas y analizar el problema para identificar el comportamiento
indeseado.
Los hijos de padres alcohólicos tiene mayores posibilidades de sufrir
trastornos emocionales que los que no tienen padres alcohólicos, estos
niños pasan su vida ocultando la realidad de sus hogares, angustiados e
incapaces de pedir ayuda.