El documento describe los procesos que utilizan los depredadores emocionales para manipular y dominar a sus víctimas. Primero, seducen a la víctima ganando su confianza y luego comienzan a aislarla de sus amigos y familia, generando una dependencia emocional. Luego, deterioran la autoestima de la víctima a través de insultos y humillaciones hasta que la víctima pierde toda confianza en sí misma. Finalmente, el depredador controla completamente a la víctima a través del aislamiento y
Descripción del perfil psicológico del narcisista y su implicancia en la vida y actuar de una persona en la sociedad y su impacto en las redes sociales
I TALLER DE TUTORIA 2011-II, organizado por la Escuela de Educación UPAO.
Respaldado por el Departamento de Bienestar Universitario.
Tallerista: Ps. Carlos Abiko Wong.
Fecha y lugar: sábado 22 de octubre de 2011- auditorio del pabellón B tercer piso
Descripción del perfil psicológico del narcisista y su implicancia en la vida y actuar de una persona en la sociedad y su impacto en las redes sociales
I TALLER DE TUTORIA 2011-II, organizado por la Escuela de Educación UPAO.
Respaldado por el Departamento de Bienestar Universitario.
Tallerista: Ps. Carlos Abiko Wong.
Fecha y lugar: sábado 22 de octubre de 2011- auditorio del pabellón B tercer piso
En este trabajos veremos los modelos de personalidades aun asi es algo simple pero es bastante interesante ya que solo falto la conecten entre la corriente de ellas
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Los emprendimientos socio productivos generan bienes y servicios en los territorios, con el propósito de que los procesos de producción activen al mercado y facilite el desarrollo personal mediante la integración social de los agentes sociales excluidos.
control de emisiones de gases contaminantes.pptxjesusbellido2
en el siguiente documento s epodra apreciar los gases que emiten los vehiculos y sus consecuencias tambien se podra apreciar las normas euro cino y las normas euro seis
1. 1
DEPREDADORES EMOCIONALES
Así como en la naturaleza, existen los depredadores animales que capturan y
aniquilan a otros animales para alimentarse, en el ser humano también podemos
observar un fenómeno similar, conocido como el acoso moral, protagonizado por
los depredadores emocionales y sus víctimas.
Los depredadores emocionales son personas que en sus relaciones (laborales, de
pareja, parentales) actúan con la intención de apoderarse de sus presas,
funcionando como verdaderos agujeros negros que absorben la energía vital, el
optimismo, la alegría de vivir, la autoestima y la voluntad de quienes les rodean.
Y lo hacen además con gran habilidad para aparecer como la parte más sensata de
la relación. Suelen generar una dependencia tan acentuada en su pareja que, si la
relación se rompe, la llevan a actuar de forma desequilibrada.
Los depredadores suelen ser bastante inteligentes y ponen en práctica un proceso
de lo más elaborado para hacer caer a las víctimas en sus redes.
EL PROCESO DE SEDUCCIÓN
El acoso moral suele darse en los entornos más cercanos, ya que se necesita esta
cercanía, además de tiempo para generar confianza. Es un proceso de comienzo
sigiloso y enmascarado.
Para comenzar se seduce a la víctima, y luego logran que se deje influir para,
finalmente, dominarla, privándola de toda la libertad posible.
La vinculación comienza con la seducción, con un juego de atracción irresistible. El
depredador emocional falsea la realidad, operando por sorpresa y secretamente.
No ataca de manera frontal, sino de manera indirecta para captar el deseo del otro,
ese otro que lo admira y que le devuelve una buena imagen de sí mismo.
2. 2
En un inicio del dominio de la víctima, consiste en hacer creer al otro que es libre.
Se impide al otro que sea consciente del proceso, que discuta o que se resista,
anulando sus capacidades defensivas y su sentido crítico de forma sigilosa,
eliminando así toda posibilidad de que se pueda rebelar.
Cuando la relación se encuentra estabilizada comienzan a actuar cortando los lazos
afectivos (familia, amigos, etc…) el objetivo es aislar y debilitar a la víctima de modo
que sólo perciban la realidad a través de los ojos del depredador.
Así consiguen que dependan emocionalmente de ellos, y comienzan a realizar las
primeras paralizaciones, hasta que la víctima va perdiendo la confianza en ella
misma.
El depredador intentará deteriorar la autoestima de quien haya escogido,
generando dudas sobre su eficacia, su valor, su aspecto…Así, la víctima se vuelve
tan insegura y vulnerable que el depredador podrá hacer de ella prácticamente lo
que desee.
El depredador se convierte en la única vara de medir y en la única persona en la
que, en apariencia, puede confiar la víctima. Una vez que se ha creado esa enorme
dependencia emocional en la que el depredador aparece como el único que puede
entender y defender a la víctima, nace en ella un temor de abandono tan arraigado
que llega a tener pánico de hacerle enfadar, o simplemente molestarle, por si la
deja.
De ahí al abuso psicológico que implique insultos y desprecio sólo hay un paso.
Con ello, la víctima se debilita y no sabe muy bien a qué corresponde el “doble”
juego del depredador, por el cual él la trata de formas muy distintas dependiendo
del entorno en el que estén. Por último, y para reforzar el aislamiento, el
depredador se alejará emocionalmente de su víctima para hacerla sentir
necesitada y culpable.
Poco a poco la víctima se va encontrando confusa y dudosa, estando su autoestima
tocada por las estrategias del depredador emocional. En este momento, los
agresores se erigen como los únicos salvadores de éstas con expresiones como:
–“La única persona que te puede comprender soy yo” “Qué sería de ti, sin mí”.
Lentamente la autoestima de la víctima ha sido afectada en cada una de sus áreas,
ya sea el área personal o social. Se encuentran paralizadas, asustadas, inseguras, sin
3. 3
saber qué hacer o cómo reaccionar, porque el otro las confunde con sus
comportamientos ambivalentes y vejatorios. Un día al levantarse pueden darles un
beso o montarles un conflicto.
Plantear un cambio por parte de la víctima, equivale a un conflicto.
Las víctimas son ninguneadas, humilladas, desvalorizadas. Recordemos que el
depredador emocional desprecia a su víctima en su fuero más interno, envidiando
y anhelando todo lo que poseen y ellos no tienen.
Se encuentran en una jaula emocional, donde su agresor se mantiene en continua
alerta y control. La víctima no puede salir sin decir dónde va o con quién, llevando
consigo el móvil porque si no puede haber un conflicto. Pero por el contrario, el
depredador emocional sí puede hacer lo que quiera.
Por último, se produce el alejamiento del depredador de la víctima. Acto que llevan
a cabo porque saben que sus víctimas se encuentran capturadas. Siendo objetivo
continúo de desprecios.
Las víctimas, en todo el proceso, son objetos para el depredador emocional. La
mayoría de éstas al final del proceso se encuentran anestesiadas, sin ser capaces de
sentir ni odio ni amor autentico pero si la vinculación por esa dependencia
emocional de que lo están pasando mal.
Con el paso de los años, puede ver de manera consciente y racional lo que las ha
sucedido, pero les resulta casi imposible desligarse emocionalmente de ellos.
¿Cómo es el depredador emocional?
El depredador emocional se distribuye entre todas las edades, estatus sociales,
culturas y sexo. Aparentemente son sujetos normales. Suelen ser egocéntricos y
narcisistas.
Se muestran arrogantes y grandilocuentes. Son sacos de remordimientos y rabia
enmascarados. Suelen ser de fuerte ideología.
Sienten la necesidad de ser admirados, deseados, con ansias desmesuradas de
éxito y poder. Presentan una desconexión con sus emociones, despreciando así,
profundamente a sus víctimas.
Cuando son niños, suelen ser los típicos que tiran la piedra y esconden la mano,
aquellos que causan las peleas pero que no se ven envueltos en ellas. Anhelan el
protagonismo.
4. 4
En la adolescencia, son fríos y distantes, con poco éxito social, rodeados de uno o
dos amigos, a los que manipulan. Y en la adultez se distinguen por ser arrogantes,
manifestándose como poseídos de la verdad, la razón y la justicia.
A primera vista parecen sujetos controlados, sociables y aceptables, pero tras esta
máscara se esconde un cúmulo de intenciones y procesos inconscientes mucho
más complicado y enrevesado.
El maltratador psicológico puede ser un hombre o mujer que comparte las siguientes
características:
Son personas controladoras y con un bajo nivel de autoestima que quieren aumentar
a medida que bajan la de la otra persona a la que agreden.
Inseguridad en sí mismo.
Baja capacidad para gestionar su propias emociones y de empatía hacia los demás.
Baja tolerancia a la frustración.
Posibles rasgos de personalidad psicopáticos (falta de compasión hacia los otros) y
pueden llegar a tener creencias sobrevaloradas.
Generalmente son amables y encantadores con la mayoría de las personas con
excepción de con su víctima.
En algunos casos, ellos mismos han sido víctimas de malos tratos, aunque el hecho
de haber sido maltratado no implica (ni justifica) que la persona se convierta
maltratador.
Su comportamiento hacia la víctima se caracteriza por una gran variedad de
amenazas (echarle de casa, macharse él/ella, llevarse a los hijos, suicidarse…), usa la
ironía para dar lugar a la ambigüedad de sus actos, pone en duda la estabilidad
emocional de la víctima, la intimida (malos gestos, gritos), se irrita y tiene cambios
bruscos de su estado de ánimo con facilidad y constantemente culpa a la víctima de
todo lo que va mal.
¿Quiénes son las víctimas de los depredadores
emocionales?
5. 5
Las víctimas se caracterizan por ser personas bondadosas, honestas, generosas,
ingenuas y con poca seguridad en sí mismas, …
Un depredador emocional busca a este tipo de personas, para absorberles su
energía y vitalidad.
Las víctimas resultan sospechosas a ojos de los demás, ya que el proceso de acoso
moral ocurre de tal manera que hace que la víctima sea vista como culpable, ya
que la gente se imagina o piensa que ésta consiente o es cómplice,
conscientemente o no, de las agresiones que recibe.
A menudo, oímos decir que si una persona es víctima, es por su debilidad o
carencia; pero por el contrario, podemos observar que son elegidas por algo que
tienen de más, por algo que el agresor quiere apropiarse.
Pueden parecer ingenuas y crédulas, ya que no se imaginan que el otro es
básicamente un destructor e intentan encontrar explicaciones lógicas. Comienzan a
justificarse, intentando ser transparentes. Comprenden o perdonan porque aman o
admiran, incluso consideran que tienen que ayudar porque son las únicas que
comprenden al otro del todo. Sienten que tienen una misión que cumplir.
Mientras que el depredador emocional se agarra a su propia rigidez, las víctimas
intentan adaptarse, procurando comprender qué desean consciente o
inconscientemente su perseguidor y no dejan de preguntarse nunca por su propia
parte de culpabilidad.
EL MALTRATO PSICOLÓGICO
La mayoría de las definiciones coinciden en describir el maltrato psicológico como
cualquier tipo de comportamiento repetido de carácter físico, verbal, activo o pasivo,
que agrede a la estabilidad emocional de la víctima, de forma continua y sistemático.
El objetivo de dicho comportamiento es hacer sufrir a la víctima mediante la
intimidación, culpabilización o desvalorización aprovechando el amor o cariño que
ésta siente hacia su agresor.
Este tipo de maltrato es el más difícil de identificar y evaluar por lo que la gravedad
se estima según su frecuencia e impacto psicológico que ocasiona a la víctima. A
pesar de que muchas personas lo asocian con las malas relaciones de pareja, el
maltrato psicológico puede aparecer en distintos ámbitos. pareja, familia y trabajo,
pudiendo ejercerse por parte de un hombre hacia una mujer o viceversa.
6. 6
El maltrato psicológico se subdivide en las siguientes categorías en cuanto a sus
manifestaciones:
Maltrato económico o financiero
El maltratador quiere controlar de forma absoluta los recursos económicos de la
víctima. Para ello controla sus ingresos, no le permite trabajar, le solicita que
justifique los gastos, le obliga a pedir préstamos, le permite un presupuesto de gasto
límite, hace las compras para que la víctima no tenga dinero, le corta el teléfono, no
le permite el acceso a las cuentas bancarias, le castiga/recompensa con el dinero,
etcétera.
Maltrato estructural
El maltratador ejerce un poder sobre la víctima basándose en la desigualdad que,
según él le hace superior. Para ello emplea frases para desvalorizarle y con
imperativos (por ejemplo “esto es así porque quiero yo”), toma decisiones sin
consultarle, le cuestiona las suyas, le recuerda sus fallos de forma persistente, no se
compromete a hacer nada por ella, le obliga a asumir responsabilidades, le obliga a
mantener relaciones sexuales y la castiga con la indiferencia o el enfado cuando se
niega a mantenerlas.
Maltrato espiritual
Se refiere a la eliminación o ridiculización de las creencias o ideales de la víctima
obligándole a aceptar las suyas propias. En este caso el maltratador no le deja elegir
o minusvalora sus decisiones, constantemente le recuerda que sabe hacer las cosas
mejor que ella, no le permite hacer actos acorde a sus creencias o los ridiculiza, habla
mal de personas que comparten los ideales de ésta…
Maltrato social
Tiene lugar cuando se aísla a la víctima reduciendo sus relaciones sociales,
controlándolas o ridiculizándola delante de éstas. Otras de las manifestaciones son
escuchar sus conversaciones, leer sus mensajes de texto o correo electrónico, le
restringe las relaciones con sus familiares y amigos, le acompaña de forma obligada
siempre que queda con amigos, no le da oportunidades para conocer gente nueva,
le ridiculiza cuando habla delante de otras personas, le saca defectos delante de sus
amigos, etcétera.
7. 7
FACTORES DEL MALTRATO PSICOLÓGICO
Rechazo
Ocurre cuando se niega a reconocer la presencia o valor de una persona. Esto se
logra comunicándole a la persona que él o ella es inferior y devaluando sus
pensamientos y sentimientos. Por ejemplo, tratando a un hijo/a y/o esposo(a) de
manera diferente que al resto de sus familiares de alguna manera injusta o que
denote desagrado por el hijo(a) y/o esposo(a) en cuestión.
Degradación
Esto ocurre cuando se utiliza un comportamiento ofensivo, como ridiculizar,
apodar, imitar e infantilizar a la persona en cuestión. Su propósito es disminuir la
dignidad y valor de la persona y afecta su sentido de identidad en una manera
desfavorable. Algunos ejemplos son: gritar, usar palabras obscenas, humillar
públicamente o etiquetar a la persona como estúpida, imitar alguna discapacidad o
tratar a la persona como si fuera menor de lo que es y no dejarlos tomar decisiones
normales para alguien de su edad. Ser objeto de uso sexual o rechazar
inhumanamente cuando fuese a ocurrir el acto sexual, rechazar a la persona frente
a sus familiares, amigos y/o compañeros, utilización del cuerpo y ser obligado a
manipular otro cuerpo sexualmente.
Se teme expresar emociones ante el agresor, solo por lo que te está haciendo, y
empiezas a pasar de todo y a tener cada vez más miedo a decir lo que sientes, solo
por el daño mental que esa persona te pueda causar.
Cuando la víctima siente que ya no puede hacer absolutamente nada, entonces se
da cuenta de que tuvo que haber actuado con antelación. Hay muchos casos en los
que la víctima, siente hacia el agresor algún tipo de cariño, por lo que se sentiría
acosada el resto de su vida si le cuenta a alguien lo que pasa.
Este tipo de acosos, se suelen dar entre parejas y familias, normalmente el hombre
a la mujer o a los niños ya que siempre se ha dicho que el hombre es más fuerte
que la mujer. Aunque también ha habido muchos casos de este tipo en el que el
agresor era una mujer.
Cuando el agresor se da cuenta de que lo que está haciendo, está mal, deja a la
víctima, si bien no significa que haya terminado ahí en ese momento su capacidad
para agredir. Las personas que suelen dedicarse al acoso psicológico la mayoría de
8. 8
las veces lo hacen por un pasado con alguien parecido a la víctima, pero un pasado
que a esa persona le provocó un cambio de tipo agresivo.
Es decir, que gracias a esa persona que pudo causarle daños tiempo atrás se dio
cuenta de que si se volvía más violento podría hacer lo que quisiera y no le pasaría
lo mismo que con esa persona.
Reclusión
La reclusión se refiere a limitar la libertad de una persona para desenvolverse en
una relación normal con otros. Puede incluir un confinamiento físico. Lo encierra en
si mismo ya que no le permite mirar su verdadera realidad, el valor que tiene como
persona si no que lo estigmatiza y lo lleva a su propio encierro.
Corrupción y explotación
La corrupción se basa en entrenar a una persona para aceptar ideas o un
comportamiento que no es legal o que va en contra del contexto cultural. La
explotación se basa en usar a una persona para ganar algo. Algunos ejemplos:
abuso sexual infantil,
permitir que un niño vea pornografía
permitir que un niño consuma alcohol o drogas
involucrar a una persona como víctima de explotación sexual.
insistir al amante que falte a su trabajo para estar con él.
pedir insistentemente y con amenaza de abandonarla, que haga cosas que
ponen en riesgo su dignidad o prestigio, como tener sexo en sitio con riesgo de
ser descubiertos.
Indiferencia emocional
Esto supone no proveer cuidados de una manera sensible y se manifiesta
mostrándose no involucrado e indiferente para con la víctima, interactuando
solamente cuando es necesario e ignorando las necesidades mentales y
emocionales de la persona. Algunos ejemplos: Ignorar los intentos de un niño por
interactuar, no demostrar cariño hacia un hijo, tratar a alguien como si fuera un
objeto o un trabajo por terminar
9. 9
El maltrato emocional no deja huellas ni moretones, este tipo de maltrato no se ve,
pero lamentablemente se siente, y las huellas que deja en nuestro interior son tan
profundas que sólo con mucho esfuerzo y valentía logramos borrarlas. El
maltratador siempre se va a valer de insultos, ofensas, amenazas, críticas
destructivas, gritos, indiferencias, descalificaciones, agresiones, malos modales
intencionales, y desprecios pues sólo con esos aspectos negativos el maltratador
creerá poseer “el poder” en la relación.
INDICADORES DE MALTRATO EMOCIONAL
¿Cómo puedo identificar si me está ocurriendo a mí?
La persona que abusa de ti puede:
Ignorar frecuentemente tus sentimientos.
Te ridiculiza en lo que más valoras, como en tus creencias, sexo, sexualidad,
habilidades, edad, apariencias, u orientación sexual.
Te ridiculiza o insulta por tu religión, raza, familia, clase social, o idioma.
Se abstiene de aprobar lo que haces, mostrar aprecio, o afecto.
Constantemente te critica, te insulta, y te grita.
Te humilla en privado o en público.
Se niega a socializar contigo.
No te permite trabajar, controla el dinero, y toma todas las decisiones.
Intenta evitar que veas o hables con familiares y amistades.
Frecuentemente te amenaza con marchar o te dice que te marches.
Te manipula con mentiras y contradicciones.
Se comporta de manera amenazadora.
Utiliza expresiones faciales y/o posturas corporales para intimidarte.
Te acusa de infidelidad.
Utiliza un lenguaje repleto de referencias sexuales.
Abusa verbalmente de los niños o mascotas del hogar.
La siguiente es una lista de indicadores de maltrato emocional (síntomas
presentados por la víctima):
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Depresión
Aislamiento
Baja autoestima
Autoabandono
Ansiedad
Miedo
Inestabilidad emocional
Estrés
Perturbaciones del sueño
Pesadillas
Quejas de dolores físicos sin base médica
Comportamiento inadecuado para la edad o desarrollo
Actitud pasiva y sumisa
Suicidio , intentos o conversaciones acerca de ello
Extrema dependencia
Inhabilidad para confiar en los demás
Cometer robos
Sentimientos de vergüenza o culpa
Automutilación
Llanto frecuente
Autoinculpamiento
Aversión a recibir terapia
Incomodidad o nerviosismo frente a situaciones estresantes
Anorexia
Bulimia
Adicción a actividades autodestrectivas como la drogadicción
Evitar contacto visual
Algunos otros tipos de maltrato presentes o sospechados (maltrato físico o
abuso sexual)
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Lista de indicadores para diagnóstico
La víctima entiende los sentimientos ajenos pero no se intenta entender los
propios.
La víctima espera que se le asignen tareas que encuentra no placenteras o
humillantes.
La víctima hace lo que sea para no ofender o molestar al agresor.
La víctima siempre pone sus necesidades en último lugar.
La víctima minimiza sus dificultades o preocupaciones y las considera poco
importantes o una reacción exagerada.
El agresor siempre pone las necesidades de la víctima en último lugar.
El agresor minimiza las dificultades o preocupaciones de la víctima y las
considera poco importantes o una reacción exagerada.
El agresor ignora la lógica y la razón y presenta una personalidad histriónica.
El agresor manipula a la víctima para que se sienta culpable por cosas por las
que no debería sentir culpa alguna o por eventos que no tienen nada que ver
con la situación.
El agresor intenta destruir cualquier fuente de apoyo externo con el que pueda
contar la víctima.
El agresor nunca asume la responsabilidad de decir cosas hirientes.
El agresor nunca acepta estar equivocado.
El agresor culpa a la víctima del maltrato por todos los problemas familiares o
institucionales que puedan presentarse.
El agresor se percibe a sí mismo o presenta la imagen de mártir o víctima y
espera un trato preferencial en todo momento.
El precio de la libertad
Es difícil darse cuenta de si alguien cercano actúa de esta forma, especialmente si
se trata de la pareja, pero tampoco es nada fácil, una vez rota la relación, salir de la
espiral del depredador. De hecho, tras la separación, la víctima tardará tiempo en
‘sacarse’ a la pareja de dentro, en recuperar la confianza y la autoestima, en volver
a abrirse al mundo.
Un proceso que él no facilitará en absoluto ya que su intención, aunque no quiera
volver con su pareja, será la de ejercer el poder hasta límites insospechados,
utilizando para ello todas las herramientas que tenga a su alcance. Por ejemplo, los
12. 12
niños, si es que los hay, o las propiedades en común. Es frecuente que los
depredadores utilicen, por ejemplo, el farragoso proceso de divorcio para atacar a
esa víctima, que ha tenido la ‘osadía’ de liberarse, con la intención de aniquilarla.
Para él supone un fracaso y no lo va a consentir fácilmente, por eso, es
recomendable en muchos casos dejarle ‘ganar’ la casa o el coche para que así,
satisfecho con la sensación de haber triunfado, deje descansar a la víctima.
Eso sí, cuando el depredador se da cuenta de que los bienes materiales no le
interesan a su víctima va a por los hijos, si los hay. Puede hacerlo, por ejemplo,
comprándoles estupendos regalos pero poniéndoles la condición de sólo los
pueden usar con él, lo cual les hace a los pequeños un daño atroz.
En cualquier caso, y superados estos dolorosos escollos, lo que debería hacer la
víctima es considerar el periodo del depredador como una especie de coma del
que se despierta con la ilusión de comenzar una nueva vida. Es muy duro, sí, pero
es el precio a pagar a cambio es la libertad.
¿Cómo saber si necesito ayuda?
Puedes necesitar ayuda si:
Dudas de tu propio juicio o te preguntas si estás loca.
Tienes miedo de tu pareja y expresas tus opiniones con menor frecuencia, y
menor libertad.
Tienes miedo de los demás, y tiendes a verlos con menor frecuencia.
Te tomas tu tiempo para evaluar cuidadosamente los estados de ánimo de tu
pareja antes de tratar un tema.
Tienes que tener mucho cuidado cuando estás con otra gente, y tiendes a estar
hipervigilante durante su presencia.
Pides permiso para gastar dinero, tomar clases, o para salir con amigos.
Has perdido confianza en tus habilidades, te vuelves depresiva, te sientes
atrapada e impotente.
Descubres que tus hijos están siendo negativamente afectados por el abuso. Por
ejemplo, se aislan, vuelven agresivos, tienen pesadillas, o les va mal en el colegio.
13. 13
QUE PUEDES HACER
Identificar el proceso de depredación emocional.
Una de las primeras cosas a tener en cuenta, es que la víctima debe identificar el
proceso de depredación emocional, que consiste en hacerla cargar con toda
la responsabilidad y culpabilidad del conflicto. Para ello, hay que echar a un lado la
culpa e ir abandonando la posición de tolerancia, reconociendo que alguien al que
ha amado o ama, presenta un posible trastorno de personalidad o trastorno
psicológico, que es peligroso para ella, y ante el que tiene que protegerse.
Si la víctima en algún momento renuncia a entrar en el juego de su agresor,
provocará en éste un aumento de la violencia, que lo llevará a cometer errores y
equivocaciones. Por ello, es importante apoyarse en las estrategias del agresor,
para hacerlo caer en su propia trampa, pero no llevándolas a cabo,
sino comprendiendo sus tácticas y su modo de funcionamiento. Sabiendo que uno
de sus objetivos finales es transformar a la víctima en una mala persona,
consistiendo la única victoria en no volverse como él y no responder con
agresividad.
Dejar de justificarse
Es importante tener este mensaje presente cuando nos encontremos ante un
depredador emocional. Es verdad que la víctima tendrá ganas de justificarse, ya que
el discurso del agresor se encuentra plagado de mentiras, pero las explicaciones y
justificaciones solo conducirán a atascarse más en ese momento. Utilizando el
depredador todos los errores e imprecisiones que su víctima ha cometido, en su
contra, aunque hayan sido con buena intención. Por lo tanto, es mejor el silencio, ya
que cualquier cosa que hagamos o digamos puede volverse en nuestra contra.
Si nos encontramos ante un momento de separación, el proceso de acoso se podrá
desarrollar por teléfono o por cartas, emails… de contenido ofensivo. Para ellos se
recomienda si es posible cambiar de número o de correo, filtrarlos o habiendo una
tercera persona que nos ayude, y sea esta quien intervenga, ya que si es de nuevo la
víctima la que responde, puede volver a sumergirse en el proceso de depredación
emocional, desestabilizándose su proceso de separación e independencia.
14. 14
Actuar
En la medida en que el proceso mental de separación vaya progresando, y la víctima
se encuentre con fuerzas y resistente, puede cambiar de estrategia y actuar
firmemente, sin temor al conflicto. Aunque como ya dijimos anteriormente, en un
principio provocará el aumento de las agresiones y provocaciones por parte del
depredador. Pero llegará a desenmascararse. La crisis permitirá que la vida de la
víctima vuelva a renacer.
Resistir
Es importante saber que para resistir psicológicamente hay que contar con algún
tipo de apoyo, que sea capaz de devolver a la víctima la confianza en sí misma que
ha estado perdida. Pero hay que tener en cuenta la neutralidad de la persona que
consideramos nuestro apoyo.
Los apoyos válidos son los que se contentan por estar al lado de la víctima,
disponibles cuando ésta los necesite, sin emitir juicios o dejándose engañar por los
reproches y manipulaciones.
Además, es recomendable acudir a profesionales (psicólogos, psiquiatras, etc.) para
que nos ayuden a reestablecer nuestro bienestar y autonomía personal, así como a
recuperar nuestra confianza y hacer frente a nuestros miedos.
Intervención de la justicia
Puede ocurrir que una crisis o un conflicto de este tipo solo puedan resolverse con
la justicia. Sin embargo, en estos procesos es necesario la aportación de pruebas, y
es esto donde suele haber más complicaciones, porque las humillaciones,
desprecios, insultos y ofensas son difíciles de demostrar, a menos que haya un
tercero cuando ocurran, pudiendo ser éste la clave. También se sugiere conservar
todos los documentos escritos que puedan ser reconocidos como pruebas.
Es un proceso arduo, y lleno de incertidumbre, ya que hay muchos jueces que se
muestran desconfiados por temor a que se los manipule también a ellos. Quizás el
único medio para proteger a la víctima sea el establecimiento de unos rígidos
mandamientos judiciales y la evitación de cualquier contacto entre las
partes. Siendo, finalmente asunto de la justicia la adopción de las medidas de
protección más adecuadas para evitar el resurgimiento de la relación de depredación
emocional.