Coraline se mudó a una vieja mansión con su familia y descubrió una puerta secreta. La casa alberga varios inquilinos excéntricos como dos ancianas actrices que viven en el primer piso con sus perros, y un anciano con un circo de ratones en el tercer piso. Coraline pasa sus primeras semanas explorando el gran jardín lleno de árboles, setos y un pozo cubierto.