El correo electrónico se originó antes de Internet como un sistema para compartir información entre usuarios conectados a un ordenador central. En 1961, el MIT demostró un sistema que permitía a usuarios remotos acceder a archivos y comunicarse en un IBM, lo que favoreció el desarrollo de nuevas formas de compartir información. El correo electrónico ahora permite el intercambio de información y archivos entre cualquier usuario con conexión a Internet a través de protocolos y programas en servidores.