El documento discute la relación histórica entre la política y el dinero en México, argumentando que los dos mantienen una unión inseparable a través de la cual buscan ejercer influencia, aunque no siempre de manera legítima. Además, señala que la sinergia entre el dinero y la política es la base del sistema político-electoral mexicano y que el problema real de la democracia en México no es político sino económico.