La criminalística nació en el siglo XVII cuando los médicos comenzaron a participar en procedimientos judiciales. Pasó por una etapa equívoca en el siglo XIX y una etapa científica en la que figuras como Alphonse Bertillon y Juan Vucetich desarrollaron nuevas técnicas. La criminalística se apoya en métodos de disciplinas auxiliares como la antropología, balística, dactiloscopia y genética forense para aplicar conocimientos a la investigación de presuntos delitos.