Tras ocho años de construcción, el 11 de junio de 1864 se inauguró la llegada del ferrocarril a Valladolid, un hito muy esperado que cambiaría la forma de viajar e impulsaría la economía local. La construcción se retrasó varias veces debido a incendios e incidentes, pero finalmente se completó el proyecto inicial y ya hay nuevos planes para expandir la red ferroviaria a otras zonas cercanas. Los festejos por la inauguración continuaron el día siguiente, dado el gran impacto positivo que traerá el tren a la ciudad.
Conrado IMPORTANCIA E INFLUENCIA DE LA LÍNEA FÉRREA PEÑARROYA-PUERTOLLANO EN ...Soipuerta Soy-puerta
IMPORTANCIA E INFLUENCIA DE LA LÍNEA
FÉRREA PEÑARROYA-PUERTOLLANO
EN LOS PEDROCHES
Conrado CASTILLA RUBIO
El 5 de agosto de 1906 los pozoalbenses celebraron con una gran fiesta la llegada
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IMPORTANCIA E INFLUENCIA DE LA LÍNEA
FÉRREA PEÑARROYA-PUERTOLLANO
EN LOS PEDROCHES
Conrado CASTILLA RUBIO
El 5 de agosto de 1906 los pozoalbenses celebraron con una gran fiesta la llegada
Presentación de la conferencia sobre la basílica de San Pedro en el Vaticano realizada en el Ateneo Cultural y Mercantil de Onda el jueves 2 de mayo de 2024.
1. OCHOLARGOSAÑOSPARALA GRANBIENVENIDA
LA LLEGADA DEL FERROCARRIL A VALLADOLID
Ayer, 11 de Junio de 1864, fue unos de los días más esperados para la ciudad de
Valladolid. Después de ocho largos años, se da por concluida la construcción del
ferrocarril y, por tanto, su inauguración y puesta en marcha.
El correo de Ariza, saliendo ayer por primera vez
de la Estación del Norte, en Valladolid.
Parece que fuera ayer cuando los ciudadanos de Valladolid nos alegrábamos al llegar a
nuestros oídos la noticia de la construcción de un ferrocarril en nuestra ciudad, tras la
subasta del 20 de Febrero de 1856 celebrada en Madrid. Todos estuvimos de acuerdo en
ese momento y supimos que cambiaría la manera de viajar e incluso, el concepto de
viaje en sí. Horas después, la ciudad entera estaba llena de celebraciones. Pero no fue
hasta el 26 de abril de ese mismo año cuando se puso la primera piedra de las obras, a
cargo del presidente del Consejo de Ministros, el general Baldomero Espartero, quién
actuó en nombre de la reina. Todo parecía ir estupendamente hasta que, el 22 de julio
se dieron varios incendios provocados de casas y numerosas revueltas causadas por el
aumento del coste del pan. Cinco días después, tres de la multitud de personas
involucradas, fueron sentenciadas a muerte por lo sucedido. Todo esto fue un
inconveniente para la construcción del ferrocarril ya que se retrasaron las obras casi un
mes. Por suerte o desgracia, en agosto ya se supo el coste por legua de las cuarenta y
tres que se tenía previsto, pero de nada servía hasta que la recolección en Castilla
acabara, que es cuando se puso en marcha de nuevo. Algo más tarde, el 9 de Diciembre,
de ese año también, la construcción iba viento en popa y, ya se habían explanado más
2. de sesenta kilómetros en la zona de Arévalo. Además fue cuándo se empezó a trabajar
en la zona de las Arcas Reales y, la llegada cercana de las primeras locomotoras.
Aún con diferentes dificultades y obstáculos de todo tipo, se ha saciado los deseos de
políticos, ministros y ciudadanos que deseaban acabar ya la construcción para poder
sacarle el mayor partido al ferrocarril y, tras estos ocho largos años ha llegado el día.
Pero, según la información privilegiada obtenida de diferentes medios, se puede
confirmar, a día de hoy, que las construcciones no se quedarán aquí, si no que ya hay
nuevos proyectos para posibles y probables vías de ferrocarril en otros puntos cercanos
a Valladolid y que conectan con esta nuestra ciudad.
Hoy, 12 de Junio de 1864, un día después de la gran inauguración de la llegada del
ferrocarril a Valladolid, las celebraciones y festejos siguen, y es que están en todo su
derecho ya que, como otros muchos auguran, además de ser la primera conexión de
Valladolid, sería una de las mejores innovaciones que nuestra ciudad ha podido traer que
hará mucho más cómodo la posibilidad de moverse de un destino a otro y, sobre todo,
una auténtica base de despegue de la economía de la ciudad.
Adrián Álvarez de la Calle