En los siglos XV y XVI, los países europeos lanzaron expediciones de exploración y colonización de otros continentes para encontrar nuevas rutas comerciales a Oriente, obtener especias y metales preciosos, y evangelizar a otros pueblos. Esto resultó en el descubrimiento de América y el establecimiento del dominio europeo en el mundo, con consecuencias como el reemplazo del Mediterráneo por el Atlántico como centro del comercio mundial, la competencia entre las monarquías europeas por el control territorial en América