Un mago malvado hechizaba niños para darlos de comer a sus leones, pero un hombre lo descubrió y pidió ayuda. Nadie le creyó excepto una mujer que resultó ser la hermana del mago. Ella y el hombre unieron fuerzas, liberaron a los niños encerrados, congelaron al mago para siempre con magia y lo enterraron en el centro de la tierra, salvando así a los niños del pueblo de él.