Un conde le pregunta a su consejero Patronio sobre un águila criada entre gallinas. Patronio cuenta la historia de un águila que creció entre gallinas y vivió pensando que era una gallina, sin intentar volar alto como un águila. El consejo de Patronio para el conde es que intente lo que se propone en lugar de no hacer nada por miedo al fracaso. El conde sigue el consejo y le va bien.
1. Lo que sucedió a un águila criada entre gallinas
Otra vez hablo el conde Lucanor con Patronio, su consejero, del siguiente modo:
-Patronio, durante el último tiempo, tenía en mente el intentar algo nuevo, sin embargo
un hombre se ríe de mí, diciendo que no seré capaz de hacerlo, ya que mis habilidades
no son tan esplendidas.
-Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, para que sepáis lo que más os conviene hacer,
me gustaría contaros lo que sucedió a un águila criada entre gallinas.
Y el conde le preguntó lo que había pasado.
-Señor conde -dijo Patronio-, una antigua leyenda indígena cuenta que un hombre
encontró un día un huevo de águila y lo depositó en el nido de una “gallina de prado”.
El aguilucho vio el día en medio de un gallinero de polluelos de campo y creció con
ellos. Toda su vida el águila hizo lo que una gallina hace normalmente. El busco en la
tierra insectos y alimentos. Cacaraqueo de la misma manera que una gallina de campo.
Y cuando volaba, era una nube de plumas y alcanzaba solo unos pocos metros de altura.
Después de todo, es de esta manera que las gallinas de campo vuelan.
Los años pasaron. El águila envejeció. Un día, vio a un magnifico pájaro planear en un
cielo sin nubes. Elevándose con gracia, aprovechaba corrientes ascendentes, moviendo
apenas sus magnificas alas doradas.
-“¡Que pájaro tan esplendido!”- dijo nuestra águila a sus vecinos,-“¿Qué es?
-“Es un águila, rey de los pájaros,”- cacareo su vecina.- “Pero no sirve de nada pensarlo
dos veces. Tu jamás serías un águila.”
Todo así, el águila no lo pensó jamás dos veces. Ella murió pensando que era gallina de
campo.
Así, vos, señor Conde Lucanor, debéis saber que si no intentáis lo que os proponéis,
nunca sabréis si sois capaz de ello o, de lo contrario, no.
El conde pensó que era un buen consejo, lo siguió y le fue muy bien.
Viendo don Juan que este cuento era bueno, lo mandó escribir en este libro y compuso
estos versos que dicen así:
Más vale un hombre que al realizar algo ha fracasado,
que otro que se burla de él y ni si quiera lo ha intentado.
FIN