Un niño se perdió después de enojar a su madre y se alejó caminando por caminos desconocidos. Cuando se dio cuenta que estaba perdido, comenzó a llorar y a rezarle a Dios por ayuda. Dios envió a un niño pastor que lo consoló y lo llevó de regreso a su casa, donde el niño le pidió perdón de rodillas a su madre.