Aurora, una anciana de 70 años, fue internada en el hospital en estado delicado. Comenzó a hablar sola y reírse, conversando con personas invisibles que planeaban una fiesta de disfraces para ella. La autora, preocupada, siguió la corriente de Aurora y organizó la fiesta. Al llegar al hospital, la cama de Aurora estaba vacía. La enfermera reveló que Aurora sufrió un paro cardíaco pero se recuperaría. Aurora se recuperó y culpó a la autora por arruinar su fiesta, aunque sus amigos invisibles