La paciente se sentía frustrada por muchos problemas en su vida familiar, de pareja y laboral, y vivía una profunda depresión. Sin embargo, se dio cuenta que la vida insostenible que llevaba y que los problemas no eran ajenos a ella, sino que era responsable de las decisiones que la llevaban a conflictos o paz interior. Al comprender que puede cambiar lo que pasa con su actitud, empezó un despertar de conciencia que la liberó de lo que creía malo, dejándola más tranquila para aprender verdaderamente.