El documento describe las características clínicas y el manejo de varias enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, la fiebre amarilla, la filariasis y el paludismo. Explica los síntomas, las fases y las complicaciones potenciales de cada enfermedad, así como las formas de diagnóstico y prevención. También señala que existen cuatro tipos de paludismo humano causados por diferentes especies de Plasmodium.
Universidad de San Martín de Porres
Facultad de Medicina Humana
Seminario de la Asignatura de Epidemiología
Dengue, Chinkungunya y Zika
Alumno: Ricardo Benza Bedoya
III Año V Ciclo
Prof.. Dr. Guillermo Gómez Guisado
Fecha: 6/VI/2017
Lima - PERÚ
Universidad de San Martín de Porres
Facultad de Medicina Humana
Seminario de la Asignatura de Epidemiología
Dengue, Chinkungunya y Zika
Alumno: Ricardo Benza Bedoya
III Año V Ciclo
Prof.. Dr. Guillermo Gómez Guisado
Fecha: 6/VI/2017
Lima - PERÚ
La mycoplasmosis aviar es una enfermedad contagiosa de las aves causada por bacterias del género Mycoplasma. Esencialmente, afecta a aves como pollos, pavos y otras aves de corral, causando importantes pérdidas económicas en la industria avícola debido a la disminución en la producción de huevos y carne, así como a la mortalidad.
5. Manejo
Los virus del dengue pueden causar infecciones con un espectro clínico
amplio que incluye la expresión grave y no grave. Después de un
periodo de incubación de 3 a 7 días la enfermedad comienza
abruptamente y es seguida por 3 fases:
Fase febril: Esta fase habitualmente dura de 2 a 7 días y se asocia a la
presencia del virus en la sangre (viremia). Se caracteriza por fiebre alta,
rubor facial, eritema de la piel, mialgias, artralgias y cefalea.
Algunos pacientes pueden tener disfagia y eritema conjuntival. Puede
haber manifestaciones hemorrágicas leves. La alteración más temprana
en la cuenta completa de sangre es un descenso progresivo de los
leucocitos pero el hematocrito y plaquetas se encuentran normales
6. Todos estos cambios son de tipo transitorio y el propio
paciente se puede percatar que con el paso de los días
evoluciona hacia la mejoría. Sin embargo, la
defervescencia (disminución de la fiebre)se puede asociar
con manifestaciones graves anunciando el inicio de la
etapa crítica de la enfermedad.
Es muy importante identificar como el día 1 de la
enfermedad al primer día de fiebre para poder pronosticar
los días en que se pudiera presentar el choque -
habitualmente hacia el día 5- para tener una vigilancia
estrecha.
7. Fase crítica
La fase crítica de dengue comienza en la defervescencia y generalmente
dura de 24 a 48 horas.
La mayoría de los pacientes mejora en términos médicos durante esta
fase; sin embargo, los que tienen una extravasación grave del plasma, en
unas horas presentan dengue grave como consecuencia de un aumento
marcado en la permeabilidad vascular.
Al comienzo, los mecanismos fisiológicos compensatorios mantienen una
circulación adecuada, lo que reduce la presión diferencial al mismo tiempo
que aumenta la presión arterial diastólica.
Los pacientes con extravasación grave del plasma podrían tener derrames
pleurales, ascitis, hipoproteinemia, o hemoconcentración.
Los pacientes podrían parecer estar bien a pesar de los signos tempranos
de shock. Sin embargo, una vez que se presenta hipotensión, la presión
arterial sistólica desciende rápidamente, y podrían seguir el shock y la
muerte a pesar de la reanimación.
Los pacientes también pueden presentar manifestaciones hemorrágicas
severas como hematemesis, heces con sangre, o menorragia,
especialmente si han estado en shock prolongado. Las manifestaciones
poco frecuentes incluyen hepatitis, miocarditis, pancreatitis y encefalitis.
8. Cuando el paciente sobrevive a la fase crítica, la cual no excede las
48 a 72 horas, pasa a la fase de recuperación. Hay una mejoría del
estado general, se recupera el apetito, mejoran los síntomas
gastrointestinales se estabiliza el estado hemodinámico, y se
incrementa la diuresis.
Cuando la extravasación del plasma baja, el paciente entra en la fase
de convalecencia y comienza a reabsorber los líquidos intravenosos
extravasados y los derrames pleurales y abdominales.
A medida que mejora el bienestar de un paciente, se estabiliza el
estado hemodinámico, aunque podría presentar bradicardia y ocurre
la diuresis. El hematocrito del paciente se estabiliza, o podría bajar
debido al efecto de dilución del líquido reabsorbido, y el recuento de
glóbulos blancos generalmente comienza a aumentar, seguido de una
recuperación del recuento de plaquetas.
Fase de recuperación
9. Diagnóstico diferencial
Al hacer el diagnostico, se debe tener presente que algunas molestias pueden confundirse
con las de otras enfermedades como por ejemplo malaria, rubéola, sarampión, fiebre
tifoidea, meningitis y la gripe o influenza. En el dengue no hay rinorrea (secreción de
moco por la nariz) ni congestión nasal.
Diagnóstico de laboratorio
El diagnóstico definitivo de infección por dengue, se hace en el laboratorio y depende de
la detección de anticuerpos específicos en el suero del paciente, de la detección del
antígeno viral o el RNA viral en el suero o tejido o el aislamiento viral. Una muestra
sanguínea en la fase aguda debe tomarse, tan pronto sea posible luego del inicio de la
enfermedad febril.
Diagnostico
10. Evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos.
Eliminar correctamente los desechos sólidos y los posibles hábitats
artificiales donde puedan acumular agua.
Cubrir, vaciar y limpiar cada semana los recipientes donde se almacena agua
para uso doméstico.
Aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua a la
intemperie.
Cambiar frecuentemente el agua de consumo de animales.
Vaciar los objetos que puedan acumular agua de lluvia y colocarlos boca
abajo.
Vertir agua hirviendo en lugares de difícil acceso, con presencia de huevos.
Mantener limpio los techos y canaletas de las viviendas para evitar el
estancamiento de agua.
Desechar toda la basura que esté alrededor de la vivienda.
Prevención
13. Fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, que es endémica en
áreas tropicales de África y América Latina. Es difícil diferenciar muchas veces entre
casos de fiebre amarilla y otras fiebres hemorrágicas virales como el hantavirus, o el
dengue.
Los síntomas aparecen entre 3 y 6 días después de la picadura de un mosquito
infectado. En una fase inicial causa fiebre, dolor muscular y de cabeza, escalofríos,
pérdida del apetito y náuseas o vómitos. Para la mayoría de los pacientes estos
síntomas desaparecen después de 3 a 4 días.
Sin embargo, el 15% entra en una segunda fase, más tóxica dentro de las 24 horas
siguientes a la remisión inicial. La mitad de los pacientes que pasan a la fase tóxica
mueren a los 10 -14 días, el resto se recupera sin daño orgánico significativo.
Manifestación Clínica
14. DIAGNOSTICO
Aunque los signos y los síntomas pueden desaparecer por uno o dos
días después de la fase aguda, algunas personas con fiebre amarilla
aguda entran luego en una fase tóxica. Durante la fase tóxica, los
signos y los síntomas regresan y aparecen otros mucho más graves
que ponen en riesgo la vida. Estos pueden incluir lo siguiente:
Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia)
Dolor abdominal y vómitos, a veces de sangre
Disminución de la orina
Sangrado de nariz, boca y ojos
Frecuencia cardíaca baja
Insuficiencia hepática y renal
Disfunciones cerebrales, como delirio,
convulsiones y coma
La fase tóxica de la fiebre amarilla puede
ser mortal.
15. La fiebre amarilla produce la muerte del 20% al 50% por ciento
de las personas que manifiestan un cuadro grave. Las
complicaciones durante la fase tóxica de una infección por
fiebre amarilla comprenden insuficiencia renal y hepática, color
amarillento de la piel y las mucosas, delirio y coma.
Las personas que sobreviven a la infección se recuperan de
manera progresiva durante un período de varias semanas a
meses, por lo general, sin daño orgánico significativo. Durante
ese tiempo, la persona puede experimentar fatiga y puede tener
un color amarillento en la piel y las mucosas. Otras
complicaciones pueden ser infecciones bacterianas secundarias,
como neumonía o infecciones de la sangre.
Complicaciones
16. La instauración temprana de un buen tratamiento de apoyo
en el hospital aumenta la tasa de supervivencia. No hay
tratamiento antivírico específico para la fiebre amarilla,
pero el desenlace mejora con el tratamiento de la
deshidratación, la insuficiencia hepática y renal y la fiebre.
Las infecciones bacterianas asociadas pueden tratarse con
antibióticos.
Manejo y tratamiento
19. La filariasis linfática, conocida generalmente como
elefantiasis, es una infección humana que se produce por la
transmisión de unos parásitos denominados filarias a través
de los mosquitos, entre ellos los del género Culex, que está
muy extendido en las zonas urbanas y semiurbanas.
Los mosquitos se infectan con microfilarias al ingerir sangre
cuando pican a un portador infectado. Las microfilarias
maduran en el mosquito y se convierten en larvas
infecciosas. Cuando los mosquitos infectados pican a las
personas, las larvas maduras del parásito se depositan en la
piel, desde donde pueden penetrar en el organismo.
MANIFESTACIONES CLINICAS
20. La filariasis linfática adopta formas asintomáticas, agudas y
crónicas. La mayoría de las infecciones son asintomáticas y no
presentan signos externos. A pesar de ello dañan el sistema
linfático y los riñones y alteran el sistema inmunológico.
Las manifestaciones dolorosas y muy desfigurantes de la
enfermedad, linfedema, elefantiasis e inflamación escrotal,
aparecen más tarde y pueden causar rechazo y estigma social,
con la consecuente pérdida de autoestima y la disminución de
oportunidades de trabajo de los afectados, y por lo tanto,
afectan su situación económica y social.