2. CONVENCIONES INTERNACIONALES
Los tres principales tratados de fiscalización internacional de drogas se
apoyan mutuamente y se complementan. Un propósito importante de
la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes y el Convenio de 1971
sobre Sustancias Psicotrópicas es codificar las medidas de control
aplicables a nivel internacional con el fin de asegurar la disponibilidad de
estupefacientes y sustancias psicotrópicas para fines médicos y científicos,
impedir su desviación hacia canales ilícitos, incluyendo también
disposiciones generales sobre el tráfico y el consumo de drogas. La
Convención de las Naciones Unidas de 1988 contra el Tráfico Ilícito de
Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas reforzó significativamente la
obligación de los países a imponer sanciones penales para combatir todos
los aspectos de la producción ilícita, posesión y tráfico de drogas.
3. POLÍTICAS AMÉRICAS PARA EL COMBATE
DEL NARCOTRÁFICO
La América Latina entre el narco y la dominación, el combate se encuentra ante una nueva encrucijada imperial, tejida esta vez por los
senderos del tráfico de droga ilícitas (TDI) y otros delitos conexos, que conmueven a la región, con el incremento de la violencia,
la inseguridad y los efectos para la gobernabilidad y el Estado de derecho, que producen las guerras desatadas por
el gobierno estadounidense, en su cruzada antidroga.
Se calcula que el tráfico ilícito de drogas a nivel internacional genera dividendos que superan los 320 000[2] millones de dólares
anuales. En la actualidad los EE.UU., por encima de otros actores globales, entre los que se destacan la Unión Europea (UE) y Rusia, es
el principal mercado de drogas y el primer productor de armas, suministrador por excelencia a los principales carteles de la droga.
El panorama latinoamericano, presenta escenarios convulsos, a causa de un negocio que afloró en la década de los 80 de la pasada
centuria y que, hasta el presente, no ha hecho más que reproducirse hacia otros Estados del continente, ampliando sus vínculos extra-
regionales, que consolidan la economía de las drogas, como una empresa muy lucrativa, para la criminalidad conexa a este delito.
Esta situación, acrecienta su impacto para la paz y la seguridad internacionales, con una peligrosa vinculación, desde el Derecho
Internacional, con otros delitos como el terrorismo y los efectuados en el ciberespacio. Estas vinculaciones, alentadas por las potencias
occidentales y su influencia sobre los medios de comunicación y redes sociales en Internet, consolidan el aparato político-diplomático
que hace consenso sobre el paradigma de la seguridad humana. Sus efectos permiten justificar ante la opinión pública mundial, las
penetraciones imperiales en la región, bajo la justificación de la guerra contra el "narcotráfico" o, como actualmente se le llama, contra
el narcoterrorismo.
Los derroteros del crimen transnacional, recrudecen los problemas socioeconómicos y políticos que padece Latinoamérica, con un
gran impacto sobre los procesos electorales, los proyectos de gobierno y la proyección exterior de los líderes de la región
4. EL PROBLEMA DE LAS DROGAS EN
LATINOAMÉRICA (COLOMBIA)
Los problemas asociados a la producción, el tráfico y consumo de drogas en América Latina afectan la calidad de vida
de la población, están ligados a formas de exclusión social y debilidad institucional, generan mayor inseguridad y
violencia, y corroen la gobernabilidad en algunos países. No es de extrañar, pues, que en el contexto político
internacional el tema de las drogas ha ido adquiriendo peso y presencia progresiva, y los acuerdos
intergubernamentales en esta materia se extienden cada vez más.
En relación a la producción, América Latina concentra la totalidad de producción global de hoja de coca, pasta base de
cocaína y clorhidrato de cocaína del mundo. Posee, además una producción de marihuana que se extiende hacia
distintos países y zonas, destinada tanto al consumo interno como a la exportación. Y, crecientemente, produce
amapola y elabora opio y heroína. En relación con el tráfico, la zona del Caribe sigue siendo la ruta más frecuente para
el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos, pero la ruta del Pacífico, pasando por América Central, ha ganado
importancia relativa. Recientemente ha cobrado importancia el transporte fluvial desde los países productores de
coca-cocaína a través de Brasil.
El problema del consumo afecta principalmente a la población juvenil y a los varones más que a las mujeres. La
marihuana, seguida de la pasta base de cocaína, el crack y el clorhidrato de cocaína son las drogas ilícitas de mayor
consumo en la región, generando mayores problemas en jóvenes de alta vulnerabilidad social. Según los datos que
proveen los centros de tratamiento, el alcohol y el tabaco, seguidos por la marihuana, son las drogas de inicio más
frecuentes de los pacientes atendidos en centros de tratamiento; pero las drogas ilícitas de mayor impacto en la salud
son la cocaína, la pasta base y el crack.
5. CONSECUENCIAS DE LAS DROGAS
Adicción
Síndrome de abstinencia
Deterioro del sistema nervioso central
Perdida de autoestima y sentimiento de culpa
Aumenta la probabilidad de adquirir graves enfermedades
Aislamiento
Tendencias paranoicas
Consecuencias económicas
Debilita el sistema inmunológico
Insomnio