El Derecho Romano fue el ordenamiento jurídico que rigió a los ciudadanos de Roma y sus territorios desde la fundación de Roma en el 753 a.C. hasta la compilación del Corpus Iuris Civilis ordenada por el emperador Justiniano en el siglo VI d.C. Aunque se refiere principalmente al derecho privado, también incluía aspectos del derecho penal, público y administrativo. En la actualidad, el Derecho Romano es estudiado en facultades de derecho de todo el mundo como parte de la disciplina de la romanística, la cual
1. Derecho Romano
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La expresión «Derecho romano» designa el ordenamiento jurídico que rigió a los
ciudadanos de Roma y, con posterioridad, de aquellos instalados en distintos sectores de
su Imperio, en un espectro histórico cuyo punto de partida se sitúa a la par de la
fundación de Roma (c. 753 a. C.) y que se extiende hasta mediados del siglo VI d. C.,
época en que tiene lugar la labor compiladora del emperador Justiniano I el conocido
desde el Renacimiento como Corpus Iuris Civilis.
El redescubrimiento de los textos justinianos en época bajomedieval ha permitido a
algunos autores hablar también de «Derecho romano postclásico».
Si bien la expresión «Derecho romano» hace referencia fundamentalmente al derecho
privado, lo cierto es que otros aspectos, tales como el derecho penal, el público, el
administrativo, caben dentro de la denominación.
En la actualidad, el Derecho romano es objeto de estudio de una disciplina jurídica
internacional, la romanística, cuya sede son las facultades de Derecho de todo el mundo.
En virtud de este carácter internacional, el Derecho romano se cultiva en varios idiomas,
principalmente italiano («lingua franca» de la romanística), seguido por el alemán y el
español. Hasta la mitad del siglo XX hubo importantes contribuciones en francés, pero
en la actualidad esta situación ha variado a la baja; el inglés es un idioma de uso
minoritario en el cultivo de la disciplina, aunque se acepta como idioma científico en la
mayoría de las publicaciones. El español se consolidó como idioma científico en esta
disciplina a partir de la segunda mitad del siglo XX, gracias a la altura científica que
alcanzó la romanística española, comandada por Álvaro d'Ors y continuada por sus
discípulos