El derecho de autor protege los derechos morales y patrimoniales de los autores sobre sus creaciones. Se originó en 1710 con el Estatuto de la Reina Ana y se reconoce como un derecho humano fundamental. Protege obras literarias, artísticas y científicas independientemente de su publicación. Los autores pueden ejercer sus derechos a través de la reproducción, cesión o licencias de su obra, y perseguir infracciones mediante acciones legales.