La autora nota que los problemas de conducta y emocionales de los estudiantes han aumentado debido a la irresponsabilidad de los padres. Los padres justifican malas conductas, involucran a sus hijos en problemas de pareja, los insultan groseramente o los sobreprotegen como bebés. Además, hay una falta de normas en el hogar, donde cada uno hace lo que quiere y viven en una anarquía.