Un matrimonio argentino viaja de vacaciones a Alemania. En la aduana, la esposa habla con la empleada en alemán mientras el esposo, que no habla alemán, le pregunta repetidamente qué está diciendo. La empleada reconoce al esposo como el estereotipo de hombre argentino que conoció una vez, describiéndolo como insoportable, vago, sucio, machista, celoso, preguntón y desconfiado.