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in6ditas, en nuevas condiciones sociales y políticas.
las relaciones entre la palabra y la realidad/ para que la Sofística
ylaRetoricaconstruyanunateoríadellenguajecomo instrumento
de persuasiones necesaria laminaconsumada de un sistema de
pensamiento en el que la palabra est^ prendida en una red de
valores srnbólicos, en el que la palabra es, naturalmente, una
poteπciaz una realidad dinamica donde, en tanto que potencia,
actuasobre elotro. Estos problexnasnovienenaplanteaerse, pues,
sino enunnuevo marco conceptual,©la luz de técnicas mentales
CAPIIOV
EL PROCESO DESECULARİZAC16N
Por absoluto que sea el imperio de la palabra mágico-religiosa『
determinados medios sociales parecen haber escapado, a 61. Des-
de la época más remota están en posesión de ๐๒ tipo de pala-
bra: la palabra-dialogo. Estos dos tipos de palabra se oponen en
toda una serie de puntos: la primera es eficaz, intemporal; Mse-
parable de conductas y de valores simbólicos; privilegio de un
tipo de hombre excepcional. Por el contario, la palabadiAlogo
está secularizada, complementaria de la ассіоп/ inscrita en el tiem-
po, provista de una autonomía propia y ampliada a las dimen-
siones de un grupo social. Este grup6 social está constituido por
los hombres especializados en la fupci6n guerrera, cuyo estatuto
particular parece prolongarse desde la época miscénica hasta la
reforma hoplita que señala el fin del guerrero como individuo
particular y la extensión de SUS privilegios al ciudadano de la
Ciudad} En el plano de las estructuras sociales como un el de las
estructuras mentales, el grupo de los guerreros ocupa, en efecto.
١ Por supuesto que hacemos abstración de los USQS profanos de la palabra,
cuya importancia no queremos ignorar, pero, entre los tipos de palabra que
responden a instituciones, la palabra eficaz de carácter religioso y la pala-
bra~di&logo de carácter profano parecen ser las dos categorías más impor-
tantes. Qaro esta que también hay una historia de la «verdad» а nivel de los
usos profanos de la palabra: los trabajos de Luther, Boeder y demás nos lo
han mostrado.
2 Cfr. Η. Jeanmaire, Couroi er Couretesf 1939, Lille, passim; J.-P. Vemant, Les
origines de la pensée grecque, Paris, 1962, p. 9 y SS.; «Le mythe h6siodiqu2 des
races. Essai d∣analyse structurale», Rev. hỉst. rel., 1960, p. 34 y ss. (= М. P., р.
Зі y ss);£. Yian, La guerre ảes Géants. Le mythe anant ľepoque hell&HstÍQue,
París, 1952, passim; Les origines de Thèbes. Cadmos es les Spartes, París, 1963,
passim. VGase también G. Dum6zil, Aspects de lafonction guerrière chez les Indo-
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MARCEL DETIENNE EL PROCESO DE SECULARIZACION
138 139
Exrop6egPaHs, 1956. Sobrelosproblemas dela reformahoplita, léase Μ. P.
Nilsson, «Die Hoplitentaktik und das Staatswesen», Klio, 1928, pp. 240-249;
H. M. Lorimer, «The hoplite phalanx with special reference to the poems of
Archilochus and Tyrtaeus», Annual ofBrit. School at Athens, t. XL11,1947, pp.
76-138; A. Andrewes, ThegreekTyrants4, Londres, 1956, pp. 31・42; P, Courbin,
«Une tombe géométrique d'Argos», BuỉL Corr. He".,ヒ 81,1957, pp. 322-384;
A. Snodgrass^ «[!Introduzione degli opliti in Grecia e in Italia», Ria storica
ita, t. uxvπ,1965z pp. 434-444; «:The Hoplite Reform and History»J”Ea!qf
Hellenic Studies, է. LXXXV, 1965, pp. 110-112; Early GreekArmourฟ Weapons,
Edimburgo, 1964۶рдѕѕѓт. :
3 En las paginas que siguen manejamos libreínente algunos puntos de un
estudio publicado en los Annales ESC, 1965, pp. 425-441, bajo ei título «En
Grace archaïque: Geometrie, PolíHque et Société».
4Sobre losjuegos funerarios, véase L. Malten, «Leichenspiel und Totenkulb>,
Mitt. deut. archÖl. msfif. Rom. Abt., t. 38-39, 1923-24, p. 300 y ss., у 5.ひ.
Leichenagon, R.-E. (1925), c. 1859-1861.
5 El aspecto jurídico de los juegos ha sido intensamente subrayado por L.
Gemet, «Jeux et Droit (remarques sur le XXIIIe chant de !1Iliade)», Rea hist,
droitfrançais es étranger, 1948, p. I"y SS., tomado de nuevo en D,0ifes Sodd±d
dans la Grèce ancienne, Paris, 1955, pp. 9-18.
6 En el estudio citado anteriomente, L. Gemet ự)roit es Sociétés p. 1η ha
escrito: «El derecho que Comienza а aparecer en la escena по lo háce сото
una técnica especial y profesional: emana él mismo de la vida de losjuegos;
hay continuidad entró la costumbre agonística y la costumbrejudicial».
7 IL, XXIII, 256 y SS. Sobre el valor del hierro, cfr., por Ultimo, L. Deroy, «Les
noms duferengrec et enlatin», L'Antiquitéclassique, 1.11962, pp. 98-100.
8 IL, XXIII, 704: γυνατχ ές μέσσον ^θηχε. Pueden encontrarse o⅛ras fórmulas,
así θηχ'ές &γ6να φέρων،٠. (〃., XXIII, 799 y 886). Sobre los valores de αγών enla
epopeya, cfr. R. Marti∏∕ Recherches sur l'Agora grecque. EřwJes d∣histoire et
d'architecture urbaines, Paris, 1951, pp. 19,22,48,162,169,244. Es en el ¿،γών,
en el centro ae la asamblea, donde se desarrollan la mayorparte de las prue-
bas: 1/ XXHI, 507,685,710,814. Observemos, en definitiva, que siempre es el
verbo πθέναι el empleado aquí, como en el vocabulaHo político del que
Heródoto (cfr. infra, pp. 102-103) es testigo. Cfr. IL, XXIII, 263, 631, 653, 656,
7。0,740,74&750,751,799;。d.,xx】v,86y9L
ciones definıdas:5 plano social en el que se atestiguan costum-
bres muy antiguas, antiguos estados de pensamiento, pero tam-
bién terreno de predeiecho, «privilegiado momento de vida co-
lectiva», en el que surgen procedimientos que serán más tarde
los de un derecho constituido.° Losjuegos no sernprovisan, obe-
decen a unas reglas. Cuando la hoguera de Patroclo se ha extiπ-
gu1d0, Aquiles «retiene allí a sugenteparareunirse engran asi
blea(&bgv άγ۵να). De ias naves trae los premios (敢①€ブ άεθλα):
calderos, trípodes, caballos, mulos, robustas cabezas de bueyes,
cautivasdebonitacmturayiüeno gris».7La asamblea delosgue-
ιτeros define el espacio material de los juegos: es en SUS límites
donde se desarrollan las pruebas principales. Pero el espacio di-
bujado por la asamblea no es un espacio informe, sino un espa-
; cio centrado: cuando Aquiles ⅛ae los premios que,por generosi-
dad de prìncipe, pone en concurso, los «deposita en el centro»
(ές μέσσον ểỡn%e).8 No es una casualidad, smo ила costumbre
muyatestiguada. Tras losfunerales de Aquiles, cuando los aqueos
hubieron erigido «el mis grande, el más noble dalos túmulos»,
Tetjs en persona organizó los juegos funerarios: los premios in-
٦mlugar central y excepcional. Por una parte, yano cubre al gru~
po familiar más que al grupo territorial: los guerreros estan re-
partidos en clases por edad y agrupados en hermandades. Que-
danvinculados entreSÍmedianterelacionescon⅛actuales,no por
vínculos de sangre o parentela. Por otra parte, el grupo de los
guerreros se singulariza por sus comportamientos y técnicas de
educación. Como así lo atestiguan las Sociedades d6ricas, los
guerreros surren unas pruebas iniciáticas que aseguran su
cualificaron profesional, consagran su promoción social y desi-
nensuvocacionalamuerte, 10 que les distingueradicalmentede
los vivos. Este estatuto particular del grupo de los guerreras se
define por igual en determinadas practicas institucionales:3 jue-
gos funerarios, reparto del botm, asambleas deliberativas que,
en su solidaridaa, dibujan una especie de campo ideol6gico, es-
pecífis de este grupo social. Extraer los rasgos esenciales de la
palabra-dialogo —que se opone absolutamente a la mag1co-reli⅜
giosa— consiste en desarropar estas instituciones diversas, mos-
trar su recíproca iluminación, obtener —a ữavés de su funciona-
miento— una representación del espacio original, alcanzar, en
definitiva, determinadas estructuras mentales inéditas.
Con los juegos funerarios nos situamos en un plano s6hda-
mente estructurado/ en e1 que gestasy palabras tienensignifica-
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MARCEL DERENNE EL PROCESO DE SECULARIZACION
140 141
hay rasgos de otra costumbre: los bienes tomados al enemigo
sondepositados «en 61 centro». CuandoTeogńis de Megara evo-
са el infortunio de losgrandes propietarios/ las desgracias de la
ciudad, el naufragio del Orden, deplora по ver sino desastre y
pillaje: «А viva fuerza, saquean (los villanos) las riquezas, todo
orden ha desaparecido… ¿Quién sabe si el botín es tambiénobje-
to de un reparto semejante?>>15. El reparto del botín es δασμός ές
τό μέσον, pues el botín es con toda precision «aquello que esta
depositado en ei centro». 々CapturaUlises en una expedıcıonnoc֊
tuma ai adivino Heleno? Lo lleva al «centro» (ές μέσον)16 por
dos razones; en primer lugar, porque es el punto más a la vista
de la asambleay, en segundo lugar, porque es el lugar reservad。
a una «gran captura» que forma parte del botín de guerra de los
aqueos. Al igual que los premios de los juegos funerarios, el bo-
tín delos guerreros es depositado ές μέσον، Ahorabien, conoce-
mos por la querella de Aquiles y Agamenón, el nombre que los
griegos reservaban para estos bienes destinados al reparto: «las
cosas puestas № comíin» (ξυνήϊα χείμενά).17 Mediante este го-
da abstracción, aunque peligrosa, para subsumis la diversidad de los dise-
rentes modos de posesión. Sobre el botin en la sociedad homerica, coÉón-
tese М. Delcourt, Oedipe ou la légende du conquérant, París^Lieja, 1944, pp.
239-244, y los análisis de E. Buchholz, Die homerische Realien, Н/ Լ Leipzig,
1881, р. 328 y SS. En su artículo sobre «Le partage des profits de la guerre
dans les traitas d'alliance antiques», Red histońque, 1958, pp. 233-249, A.
Aymard по toma en consideraci6n los hechos arcaicos. P. Vidal٠Naquet me
indica el pasaje de Tucídides, Vil, 85, 3, donde se encuentra una oposici6n
entre la parte del Estado (%0ιv6v) y las partes individuales. La noción de
acuerdo hecho entre los beligerantes desempeña un papel importante. Cfr.
también A: Dain, «Le partage du butin diapres les traitas juridiques et
militakes>b Actes du Vf congrès international des études byzantines, París, 1948,
1.1, Paris 1950, pp. 347-354, que observa: «El reparto se hace por vìa de auto-
ridad. Los lotes son repartidos, bien entre los individuos, bien entre las uni-
dades militares constituidas», pero «los soldados más distinguidos pueden
obtenez sus partes por elección».
15 Teognis, 678 y ss.: δασμός 5 οϋχέτ٠ίσως ،γίνετε ές τb μέσον.
16 Sós., Filoct., 609: Heleno es una «Θήραν χαλήν».
17 A Agamen6n, que 12 pide otra parte de honor a cambio de la que debe dar
а Apolo, le responde Aquiles: «No tenemos más tesoro común en reserva...
todo lo que hemos conseguido del saqueo de las ciudades ha sido repartido
9 Od., xx1v,80٠86.
1° [Hes], Escuẁ/312. Cfr. ί/.,χχπι, 273.
Π Jen., Anabasis, I11, ĩ, 21.
12 Teognis, 9941
13 Demost., Filip., ĩ, 5‫ج‬.
14 En efecto, el botínforma parte de los bienes que los griegos llamanχτήματα
y que se oponen los πατρ©α. Cŕr. E. F. Brueck, «Tợtẹnteil und Seelgerdt im
griechischen Recht», Münchener. Beiträge zur P^ymsforschun¡ und antiken
Rechfsgesic7ifc;ヒ IX, Munich, 1926, р. 39 y ss. El autor observa justamente que
по hay en esta epoca una concepción abstracta, propiamente jurídica, del
derecho de propiedad. La «propiedad individual» no es mas que una cómo-
comparables «que ella había obtenido de los dioses para 21 con-
curso de los capitanes aqueos», los «deposita en el centro de la
asamblea» (θηχεμεσωέν 6q%W1).9N0 es el пшсо ejemplo: cuando
el autor del Escudo hesiodico describe la carrera de carros, preci-
sa que «en 61 interior de la asamblea (έντύς άγώνος) veíase, des-
tinado al vencedor, un gran trìpode de oroz obra llustre del muy
sabio Hefestos>>.w Ciro decreta que los bienes de los persas sonla
partida de la guerra, empleando la Rxpresıon siguiente: «Estos
bienes son como los premios depositados en el centro» (έν μέσω
.γάρ ήδη χέΐϊοαταυτατά &ya8&)Ј1 Teognis evoca imajusta que le
enfrenta а un amigo, unajusta cuyo premio es unjoven en la flor
de la juventud; el premio (άθλον) se encuentra «en el centra> (év
μέσσω)٠12 Demóstenes, en definitiva, habla en sentido figurado
de «premios depositados en el centro» (αθλα χείμενα έν μ£σφ)J3
Si en el marco de la epopeya la expresión impone la imagen
de ima asamblea de guerreros sentados en círculo, ¿cuál es el
, valor de estepunto central? %Cu^l es la imagen mental que trans-
miteUsta costumbre institucional? Para definir el valor del centro
en este contexto de juegos, es necesario dar un rodeo por una
mstítución que ocupa un lugar fundamental en el mismo grupo
social de los hombres especializados en el oficio de las armas: el
reparto del botín. En la mayor parte de los casos, cada comba-
tiente trata de ganar las armas de SUS enerngos, cada uno se es-
fuerza en hacer un botín «individual». Pero junto a la toma
(mainmise) inmediata y personal de bienes que van 3 engrosar la
parte de las riquezas que cada uno lleva consigo a la tumbaJ4
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MARCEL DETIENNE EL PROCESO DE SECULARIZACION 143
142
A los concursantes desafortunados, а Néstor, demasiado vie-
jo para participar en la caưera y, en general, a aquellos que no
tienenning"n derecho de posesión [main mise] sobre los premios.
Aquiles «pone en la mano» un objeto, trípode ο coraza, de SUS
reservas. Sin duda se trata en uno y otro casos de bienes que
pertenecen а Aquiles; pero, en el primer caso porque han sido
depositados «en el centro», los bienes propios de Aquiles, SUS
χτήματα, se convierten, como los objetos del botín, en «cosas со-
munes» (&‫׳‬υντ^α);.pierden su carácter de objeto distinguido por
un derecho de propiedad. Son «res nullius».” La toma de pose-
sión del vencedor puede ejercerse sobre ellos srn demora. Por el
conừario, cuando Aquiles pone en manos de Néstor la copa que
él mismo ha recogido «del centro», le concede un don personal,
semejante eh todo al que concede a Eumelos, cuando, para re-
compensate, hace traer de su tienda una coraza у se la «pone en
la mano».24 Al don personal que crea un vínculo entre dos һот-
bres y obliga al beneficiario al contra-don,25 se оропе тиу clara-
mente el ejercidownmediatodeimderechodepropiedad sinсоп-
trapartida.
La toma de posesi6n по puede ejercerse sino por mediaci6n
de ^σov, cuyas virtudes anulan las relaciones de «propiedad
23 Cfr٠ L. Gemet, 0p∙ ٥t/ p. 13. E. Cassin, L'Année sociologique। 1952, р. 219,
piensa que los premios «estan en realidad consagrados porAquiles al héroe
muerto… será del más allá de donde serán cogidos por el valor, la destreza ο
la suerte de los concurrentes». Pero nada nos hace pensar que ei centro ten-
ga aquí un val。r religioso. Sobre las significaciones religiosas, sobre su ŗela٠
ci6nconlos dem^s valores del centro, cfr. las observaciones deJ.-P. Vernant,
«Geometrie et astronomie sphérique dans la preinière cosmologie grecque»,
‫ئ‬ Pensée, ո.٥109,1963, p. 91yss. (= M.P., pp. 157-158).
24Cfr.".,xxm, 565.
25 Sobre el don, cfr. L. Gémet, «La notion mythique de la valeur en GrQce»,
]0u1 de PsychoL, 1948, p. 430 y SSJ Droit etprédroit en Grèce ancienne, 3e série,
1948;949, Paris, 1951, p. 26 y SS; Μ. Mauss, Essai sur le don. Forme et raison de
l'échange dans les sociétés archaïques, tomado de nuevo en Sociologie es
Anthropologie, París, 1950, р. 145 y ss.; R. Maunier, Recherchessur les échanges
rituels en Afrique du Nord, «L'Annie sociologique», Nouv. Série, t. Π, 1924♦
1925, París, 1927, р. 11 y ss.; Μ. I. Finley, «Marriage, Sale and Gift in the
Homeric World», Rev. int. droits de l'Antiquité, 3e série, п, 1955, ρρ. 167∙194.
dao podemos establecer una equivalencia entre el centro y lo que
es común, equivalencia que se encuentra confirmada por todob
que nosotros, por otra parte, sabemos de μέσον٠18 Después de
cada victoria, después de cada saqueo, el botín vuelve a dejarse
en manos de aquel que representa a la colectividad.19 A travos
deljefe de guerra, es el grupo mismo el que ejerce un derecho de
fiscalización sobre las riquezas, derecho que conserva hasta el
momento del reparto. Las modalidades no nos son directamente
conocidas: por el discurso vehemente de Aquiles# sabemos sola-
mente que «el rey distribuye poco, pero guarda mucho». Sin
embargo, la escena de los juegos puede paliar a su vez este de-
fecto de información, pues el reparto del botín y la aừibución de
los premios en losjuegos parecen obedecer a un mismo mecanis-
то institucional."
Cada vez que Aquiles «pone en juego» un objeto de premio
lo deposita Ες μ£οον; allí es donde 61 vencedor viene a cogerlo,
propiamente hablando a «recogerlo». Uno de los gestos más ca-
racterísticos de los juegos es, en efecto, la toma de posesi6n de
los premios.21 Pero el carácter específico de esta adquisición no
se muestra claramente sino en su oposiciGn a o⅛a forma de apro-
piaci6n que la misma escena menciona repetidasveces: el recibir
y, correlativamente, dar, el acto de «poner en la mano» (έν χεpσl
‫׳‬πθέναΌ٠22
(δέδασται)» (几,I, 124-125). Este texto prueba claramente cómo antes del
δασμός, los bienes 5οηξυνήϊα.
โร cừ. infraf рр٠ 96-97.
19 ỈL, IX, 328 y SS. Cfr. L. Gemet, op. cit, р. 15٠
20 Cfr. L. Gernet, ор. rit, р. 16.
.21 La aρr2hensi6n es designada a menudo por el verbo 0tε(pε1-v (Һре٠ө%ц
άναείρειν) que posse «su valor concreto» (几,XXIII, 614,778,823,856,822), ဝ
incluso por verbes como λαμβάνειν, απτεσθαι (273,511, 666) ο 臥£~ (613)•
Es el gesto de Ajax: «él toma el buey salvaje» (779-781). L. Gemet, 0p∙ ci£" P∙
11, observa que Dares hace exactamente el mismo gesto en los Juegos de
honor de Anchises (E?2eid% Vf 380 y ss.), gesto del que F. de Visschèr, Etudes
de droit romain, p. 353 y ss., ha destacado la significación.
22 Cfr٠ 2, XXIII, 624,537,565. L. Gemet, op. cit., р. 11, һа sido sobre la oposi-
cióñ de ambos gustos: el del don y el de la toma de posesión (mar∏m∕se)∣
MARCEE DETIENNE
144
personal» que existan entre Aquiles y su parte de χτήματα. De~
positados «en el centro», les bienes propios de Aquiles son, de
alguna manera,puestos de nuevo en circulación;pasana ser «ob~
jetos comunes»/disponibles para una nueva apropiación perso-
nal. Es, muy verosímilmente, el mismo procedimiento el que re‫״‬
gula el reparto del botín: cada objeg Smado por un guenero en
elmomento del saqueo, es «puesto en comSi», es decừ, deposi-
tado «en el centro». Es allí donde el hombre designado por la
suerte26 —al igual que el vencedor designado por los dioses-
vendra а «reggerlo» (&EÍpEiv, 0cv⅛εipειv) bajo la mirada de to-
dos* El gesto de la aprehensión deterÉna el «derecho de propia-
daa lutable»27 del que habla Aquiles.
De esta puesta a disposición el canto XIX ofrece un notable
ejemplo. Cuando Agamenón se retracta públicamente, cumdo
contiesa que ha sido víctima de Error (λτη), ofrece a Aquiles SUS
bienes, §u «parte en la еіессібп», pero los bienes no son en⅛ega-
dds qe inano en mano: un procedimiento tal hasia qưe Aquiles
quedase obligado ante Agamenón. Se recurre a una formalidad
que Ulises propone con la competencia de un arbitro: «Que
Ag≡non, protector de su pueblo, traiga SUS presentes е? medio
de la asamblea» (οίσέτω ές μέσσην άγορήν)،28 Procedimiento que
Ulisesjustificamediante una exigencia de publicidad que, enefec-
to, es fundamental en este contextojurídico y en este medio gue-
rgo: «De este modo, todos los aq1aeos podrán verb 8n SUS pro-
pios ojos y tú tendrás, tú, el alma ⅛anquila>>.29 Pero hay otrarazón
igual de imperiosa, y la continuaci6n del episodio la sugiere cla-
famente. A la invitación de Agamenón, Ulises y los jóvenes
%0Up0ι del campo aqueo se van a la tienda de Agamenón: «En-
tonces, tanpronto dicho, tan pronto hecho. De la tienda traen los
siete trípodes prometidos, veinte calderos ŗeşpbdecientes, doce
26Sin duda, laspartes dehonor eran cogidas antespor este ó aquel personaje
importante. El resto era lo que se echaba a suertes. Aunque este procedi-
Éento no haya sido atestiguado directamente;podemos creer que estaba
enuso.
27「ル…ヤ巴 :
28 Π., XIX, 173 y ss.
791, XIX, 174. . _ …
EL PROCESO DE SECULARIZACIÓN 145
30Π., XIX, 242y SS. Es aproximadamentela misma fóila dei canto XXIII, 704,
mando Aquiles deposita los premios de bsjuegos.
xR∙,x!x,277yss.
32 Ну 1,123. En la Odisea es donde se afirma muy claramente la oposición de
ӀораьнсоуloprMado (!1,32; 1レ 44;砾 82; Μ 314; XX, 264-265,pasajescitadospor
Chester G. Starr, The Ongıns ofGreek Civilizations Nueva York, 1961, р. 336).
‫لد‬ Hdt.∕ VII, 152. Encontramos la misma historia, sin alusión al μέσον, en los
Dissoibgoi, Η, 18 Piels, F$$7, lĩ, p. 409,2yss.). Cfr٠ Heredas, & 90. En el curso
de unproceso quele oponeaun armadorde granos que๒viဝlentad‫ه‬auna
caballos, traen también sin dilacion siete mujeres diestras en las
labores impecables y, en octavo lugar, a la bella Briseida. Ulises
pesa un total de diez talentos de ero, después SE pone a la cabeza
de losjóvenes aqueos y éstos, siguiendo sus pasos, traen los pre-
sentes que depositan en medio de la asamblea» (%al τάμέν έν μέσση
άγορη θέσαν).3٥ Tías el gran juramento de Aginón, que san-
ciona solemnemente la reconcialiacxon con Aquiles; sacrificado
el verraco, cuyo cadáver arroja Taltibio «al inmenso remolino del
mar blanco», la asamblea se disoiv16. Es solamente entonces
cuando «los magnálos Mbdones se apresuran en tomo a
Ics presentes»: vienen a recogerlos al centro de la asambleas! allí
donde Ulises y sus acompañantes los han depositado. Sobre es-
tos objetos, convertidos en «propiedad com^n» porsu puesta Uq
। ٠
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٧ ejercen el mismo derecho de toma de posesión que un
vencedor sobreel premio puesto enjuego. El pecedimiento pre-
conizadopor Ulises permite, pues/ recrear las condiciones de un
reparto. Así se lleva a cabo la operaci6n que el mismo Aquiles
parece evocar en el canto I/ ante las exigencias de Agamenón:
«^Conviene que loshombres traigan de nuevo SUSbienes al mon-
tons» (πaλՆ^λoғτa ‫ذ‬
٦ ť‫غ‬πaγ‫اع‬pε‫ا‬v).32 AgỀenónno ha hecho un
presente а Aquiles; ha vuelto а poner en ckctüarión los bienes
que había acaparado.
Paratoda una ⅛ad1c16n, poner ές।၊έσονζ es poner «encomin».
«Todo lo que уо sé —escribe el alguna parte Heródoto—, es que
si los hombres trajeran al centro sus desgracias domesticas (τά
οΐχήια χαχά) para mtercembiarlas con las de SUS vecinos, des-
pu^s de haber examinado bien las desgracias del otro, volvería
cada imo a llevarse con alegría 1ο que hubiese traído».33 Se trate
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de SUS «hijas». Battaros declara que, si su adversario pide nuevas diligencias
en el sumario para 2İ asunto, ya que la víctima es de origen servii (confrón-
tese la introducci6n de J. Arbuthnot Naim y de L. Laloyz en la «Coll. Univ.
France», Pans, 1928, pp. 47-48), él se ofrece ensulugar,acondiciÖn deque el
precio del dģ sea depositado έν τcp μέσφ. Cfr. también Jen*/. Ecg‫״‬ VH, 26·
34 Plut., Deamorefraterno, р. 483 GE: a la muerte de un padre, Pìutarco reco-
Éendaaloshijos abandonareluso∣ydisfrutedelosbienes encomto (χpησov
№ χal %E6V Uv μέσω χ^σθαι χοίνήν χαϊ άνέμητον άπάντων). Sobre este
texto, véase Harry L. Le|zy, «Property Distribution by lot in Present-Day
Greece», Trans. Proc. Amer. PhiloL Assoc, t. LXXXVH, 1956, pp. 42-50.
35 Luciano, Cronosolon, 19, t. HI, p. 312Jacobitz. Cfr. Arist.缶幻ねマ 602· Pero el
sentido de la expresiónhapodido perdersebastante pronto, por ejemplo, en
Еги., I0& 1284, donde χoιv6v hace doble empleo de έν μέσφ.
36;Z.,v11,383-384.
37 IL, VII, 417. Se encuentra el mismo procedimiento en otras asambleas mili■
tares. Cfr. Jen” Ciropedia, VIĪ, 5,46. En ။, 2,3, se trata también de un ές μέσον
enrelaci6n conel χύχλοςχaτaχε‫ا‬μέvωv στρα‫׳‬π।ν.‫י‬
de dejar los bienes en indiviso" ο de ponerlos en común para
proceder а un nuevo reparto,® aparece siempre la misma expíe-
sión ές μέσον. A ⅛aves de las formas institucionales que est^n
puestas en practica tanto en la entrega de premios como en el
reparto del botin, los valores del centro se disciernen clarín-
te: el centro es a la vez «lo que es común» y «1ο que es público».
Conlos msmosvalores∕ la expresiónές μέσον aparece eno⅛os
planos, pero siempre en el mismo contexto social. En las asam-
bleas militares, el Uso de la palabía obedece a reglas desmidas
que confieren a las deliberaciones de la Iliada una forma
institucional muy acentuada. Tomar la palabra conlleva dos com-
portamientos gestuales: avanzar hada el centro por una parte, y
por otra, tomar el cetro en la mano. ¿El deseo es dirigirse a la
asamblea? Laregla ES rigurosa: hay que dừigừse hacia el «|^σον»·
Cuando Ideo, heraldo de los troyanos, se encami∏6 hacia las c6n”
cavas naves y encontr6 allí a los Donaos, sirvientes de Ares, re-
unidos en Asamblea cerca de la popa de la nave de Agamen6n,
no tomó ia palabra hasta que se hubo detergido «en medio de
ellos».3^ Cuando volvió a Ilión, dio cuenta de su gesti6n avan-
zando hacia «el centra» de los trayanos y los dárdanoS/ reunidos
en asamblea.37 La regla es valida para todo orador: cuando
EL PROCESO DE SECULARIZACION 147
Tel6maco toma la palabra en la asamblea, da lugar а ia misma
f6rmula: «se mantuvo de pie en el centro del Agora» и Зе μέση
άγορτ[).38 Cuando algún personaje по sigue la regla, el poeta lo
señala como una excepción. Se da este caso en el canto xıx, cuando
a las palabras de reconciliación pronunciadas por Aquiles,
Agamen6n responde «desde su sitio, sin dirigirse al centro de la
asamblea».39 Una vez que el orador ha Uegado al centro de la
asamblea, el heraldo le pone 2η las manos el cetro que le coıüıere
la autoridadnecesaria para hablar.40 Las afinidades entre el cetro
y el punto central son esenciales; en efecto, mucho más que una
«emanacıon del poder re?]»,el cetro parece տհոեօ1123րՀ en esta
costumbre, la sobernia impersonal del grupo. Ahorabien, hablar
en el centro en las asamDleas militares, es hablar si по en nombre
del grupo, si al menos de aquello que interesa al grupo COIRO tal:
asuntos comunes, especialmente asuntos militares. Cuando
1el6maco da orden a sus voceadores de convocar en el Agora a
los aqueos de Ítaca, el anciano Egipto, superEr en edad, se in-
quietapor еПо: «.」Nuncahemostenido asambleani consejodesde
el día en que nuestro divmo Ulises se embarc6 en SUS c6ncavas
naves... Henos aquí convocados; ¿por quién?, ¿cuál es la urgen-
ciar, ¿de la armada que retoma va a damos algunp de nuestros
j6venes o superiores una firme nueva de la que tengan las primi-
cias?, ¿es algún otro interés delpuebb (δήμιον) sobre el que quiera
hablar y debatir?»/] Cuando Tel6macQ toma la palabra para re-
pilcarle, SUS primeras palabras son para excusarse de no nablar y
debatir sobre la armada o algún otro interés del grupo. Toda la
escena muestra que hablar de sus asuntos personales a la asam-
bica es algo ms61ito, incluso incongruente. El punto central don-
de el orador se alza, cetro en mano es, pues, rigurosamente Һ0-
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39Л.,т,76-77.
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‫غا‬ Od., Πz 37 y ss., y las observaciones sobre el valor del cetro hechas por
L. Gemet, Droit etprédroti, p. 9b.
4〔 Od., Π/ 28 y ss. Sobre la dedaración de Egipto y elproblema de la convoca・
aon de la asamblea, ɗr. R. MarHn, Recherches sur FAgomgrecqxe, р. 31 y si・
guiantes, donde reconoce un ejemplo de lo que A. Severyns (Homère, lepoète
et son oeuvre^, Bruselas, 1946, pp. 23-26) llama «anacronismo compuesto».
MARCEL DETIEİ
146
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MARCEL DETIENNE EL PROCESO DE SECULARIZACION 149
248
44 L. Gemet, Droit es Société dans la Grèce ancienne, p. 1b.
45 Cuando Aquiles propone conceder el seg≡do premio aEumelos (几,XXIII,
539 y ss.), el público «aprueba» (έπα٦.νετν). Asimismo todos los pretendien∙
tes aprueban el discurso de Antinoo (0d., N, 673).
46 几,XV, 282-285. Cfr. Η. Jeanmaire, Couroi et Courèies, p. 42.
πes colocados en este punto central son cosas comunes, ξυνή٦٠α:
se oponen a los χτήματα/ que son objeto de una apropiación in-
dividual; las palabras^que se pronuncian allí son del mismo tipo:
conciernen а los intereses comunes. Punto com6m, el mesón es
por eso mismo &lugar público por excelencia: por su situación
geografica, es 5Ш0Ю de publicidad. Si lapalabra dichaές٦ιέσον
8ncieme а los intereses del grupo, se dirige necesariamente а
todos los miembros de la asamblea. También el reparto del botín
exige publicidad: cada гто va a tomar su parte bajo lamirada de
todos. Segtoiaf6rmula de IJlises, «todos los aqueospuedenverb
con sus ojos». Por otra parte, en el grupo de los guerreros, la
pubhcidad juega en todos los planos, ilumina toda la escuna de
los juegos: el resultado de las pruebas es proclamado solemne-
mente^ ante la asamblea que toma acta de la sentencia y le con-
fiere una verdadera eficacia jurídica.^ Las pruebas m⅛mas se
desarrollan bajo la mirada de todos: la mayor parte de las justas
tienen lugar ές μέσον y, cuando llega el momento de la carrera
de carros, Aquiles manda al anciano Fénix cerca de la meta del
campo de carreras con& tm de hacerrespetarfuera del círculo la
publicidad de la prueba. En todos los planos, en los juegos, en el
repaito del botín, en la asamblea, el centro es siempre a la vez lo
que esta someüao a la mirada de todos y lo que pertenece a to-
dos en común. Pubhcidad y puesta en comi&n son ios aspectos
complementarios de la centralidad.
Este contexto institucional y este marco mental permiten ex-
traer los rasgos esenciales de la palabra-saiogo. Cuando en la
Epopeya se quiere hacer el elogio de un joven guerrero, se dice
de 61, al igual que a Toante en la Iliada: «Es experto en la lanza,
valeroso en el cuerpo a cuerpo, y en la asamblea pocos aqueos le
pueden cuando los jovenes guerreros discuten sus pareceres».*
Buen artífice de hazafias, el guerrero consumado también sabe
mólogodel centro en el que est^n depositados los premios de los
juegosylos objetos del botín: éstos son los ξυνήτ-α, aquél es ya el
χ0٦νόν o el ξυνόν.42 En los Argonautas, cuando Jas6n quiere re-
cordar a SUS amigos que la expedición es ٦m asunto que concier-
ne a todos, se expresa en los térỂos siguientes: «La empresa es
comtin (guv" χρε!ώ) y los 8nsejosson commes (ξυνοίμΰθο!)»·43
Bien es verdad que la expresi6n aparede sólo en Apolonio de
Rodas, pero es postulada por tcdo el contexto de las asambleas
deliberativas en la Epopeya. 1
En eljuego de las diversas institucĸmes, asambleas delibera-
tivas, reparto del botín, juegos berarıos, un dsmo modelo es-
paciał se impone: un espacio circular y centrado, en el que ideal・
mehte, cadauno est3, mediante larelación conlos demWs, en una
relaci6nreciprocay reversible. Desde la Epopeya, esta represen*
taci6n del espacio es solidaria de dos nociones complementarias:
la посібп de publicidad y la de comunidad. El mesón es el punto
comSnatodos los hombres colocados en círculo. Todos los bie-
42 Ξυνόν es una noción política que desempeña un papel importante en los
siglos VII y VI. En Từteo, IX, 15 y SS” puede leerse uno de sus mas antiguos
empleos, que desarrolla la idea de un ξυνύν έσθλόν para la polis y el demos-
Hdt" vu, 53, 21 bien común es el ξυνόν άγαθόν. Es un sin6ni1po de χοινόν
para designar el Estado. Los filósofos harán de él gran uso: Dernócr. ар.
Diels,FVS7,¾p.l95∕ 15; 203,13;205,I0;HeråcHto, ар. Diels, FVS7,1, р. 151,
2 y SS.; 169, 4; 174,1; 176, 4, etc. En un estudio sugestivo, intitulado «Zur
Sociologie des archaischen Griechentums», Gymnasium, է. 65,1958, pp. 48∙
58, В. Seriell hasostet|ido que la idea de una comunidad, de una ξυvωv{η,
opuesta a un estatuto individual, tal у сото aparece, por ejemplp en
Arquilcco de Par٠s (ử. 98,7, Lasseưe-B٠nnard), señalaba un vừaje decisivo
con relación а Homero. Creo que pasajes emo el que yo estudio pueden
limitar el alcancede las conclusiones de B. Snellz por lo menos llevar a dis‫״‬
tinguir, junto a una ruptura, líneas de ċontíņui‫ه‬ad.‫ت‬ Pe los «bienes comu-
nes» del grupo militar de la epopeya al ξυνόν de los Нотоіог de Tứteo, по
hay ruptura.
Bajo ≡fo∣ compuesta, έπίξυνος, el mismo adjetivo califica g Hpo
de tierra que es, insntestablemente, objeto de proRFdad colectiva (IZ., ΧΠ,
421ysig5ent^)٠Ch٠las observaciones deEd.WİH, «Aux origmes dúrégíme
foncier grec. Homère, Hésiode et ľamére-pian mycénien». Rev. Ef. Anc.f է.
UX∕ 1957, р. 6 y SS.
43 ApoL Rod., Argon.,ПІ, 173, ed. Η. Fränkel.
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MARCEL DETIENNE
750
47 几,IX, 443. Cfr. Pínd./ Ì.y VIH, 8; Baqml.z XI, 89-91, ed. Snell6∙
48 Enla sociedad griega dela epopeya,los ancianos (γέροντες) se oponen, sin
embargo, a [0s jóvenes (νέοί, χoϋpo‫ر(أ‬ oposición que, en el plano de la pala-
bra, quedasefialada porla dualidad del b0"My delágora: elprimero, consejo
reservado a los ancianosy a los consejeros (μήδοντες)/ el segundo, asamblea
plenaria de los hombres en armas (cfr. H. Jea≡akβ∕ op∣ cif” р. 14 y SS■)·
49 A. Aymard, «Sur]assembléemacédonienne». Reo. étanciennes, է- ロレ 1950,
р. 127y SS. Enles estados arcaicos griegos, la asamblea delejercito es el susti-
tuto permanente de los ciudadanos: Arist., P0L, IV, 10,1297 B (citado por A.
Aymard, art.ゼレ р. 131). Sobre la reciprocidad de los āudadanos y de la
armada, cfr. CL Mosse, Rev.et anciennes, 1953,pp・2%35,yl963, pp∙290-297.
50PoHbio,v,27,l;4;6.
51'lσηγopiηap. Hdt.,v,78(cfr. lσoχpa^azv, 92);٠Ισαγόρηςαρ٠Ηά70;٠,٧/66‫؛‬;
72; 74. Cfr. E. Laroche,Histoire đe la racine NEM- engrec ancien, Paris, 1949, p.
186.
52Filodemo, Περί του χαθΌμηρον άγαθοΰ βα<πλέω، fr. 19# 14√Iσηγ□piav ٥
έχοντες... [χα١. έν] τοας σύνουσίάς χα! τοΐς φL1δ1]τ!o!ς..∙[
decir correctamente sus ophüones.47 Uno de los privilegios del
hombre de guerra es su derecho de palabra. La palabra ya no es
aquí el privileg de un hombre excepcional, dotado de poderes
religiosos. Las asambleas están abiertas a los guerreros," a todos
aquellos que ejercen plenamente el oficio de las armas. Esta son-
daridadentrelafirnciónguenerayel derecho de palabra/ atesti-
guada en ]a Epopeya, se ve confirmada tanto en las costumbres
de las ciudades griegas arcaicas, donde la asamblea del ejercito
es el sustituto permanente del pueblo como, por ejemplo, en las
costumbres conservadoras de la asamblea maced6nicd,49 Costum-
bres particularmente valiosas, pues aclaran un aspecto esencial
de la palabra en los medios guerreros. Cuando Polibio quiere
hablar del privilegio de la palabra délos guerreros macedoiucos,
habla de su igualdad de verbo, de su Ισηγορία।50 Emplea, pues,
una palabra del vocabulario político que en las bzsf0"ws de
Heródoto51 ofrece las mayores afinidades con la Ισοχραπα o la
Ισονομία. Pero٦es también la Ésma palabra que Filodemo em⅝
plea espontáneamente cuando quiere especificar los privilegios
de los compẳros de la Epopeya, tanto en las reunionesamu-
nes coino en los banquetes colectivos." Tarmino anacrónico, sin
duda, pero que traducealaperfeccibnunrasgo fundamentalde
EL PROCESO DE SECULARIZACION 151
53 Las comidas del kos son «comidas a partes iguales», en las que ninguna
presencia prevalece dontra el principio de igua3ad. Cfr٠ Л./ VII, 320; Ն 4§8;
Ođ; XIX, 425; ѴІП, 98; Пӌ їх, 225, y las observaciones de Atenea, р. 12 c., ed.
A.M. Desrousseaux. Sobre la comensalidad homerica, cư. Η. jeanmaire,
Couroi ef Coureies, uåe, 1939, р. 85 y ՏՏ.Հ que compara estas comidas en co-
m3 a los banqueteS (szsifSs) d6ricos.
Χ Scnuithess ha reunido muchos hechos en su.artículo «Нотоіоі», R.-E.,
1913, с. 2252у ss., si bienпо señala, por ejemplo, el momento enque Aquiles
se dice el homoios de Agamenón (Ո” XVI, 53 y ss.). Se podrían distinguir así
tres niveles de homoioi: ‫ل‬) los guerreros profesionales de la epopeya; 2) los
hippobotes, 16s hippies oligárquicos; 3) los ciudadanos del siglo VI (según la
declaración de Maiandrios. Cfr. infraf ρ٠ 100).
55 ữr٠ 0i, π,30⅛32,yπ,42-44.
la relación social que une al guerrero con el guerrero: la igualdad/
igualdad que caracteriza a la institución militar de los «banque-
tes iguales» (oatq έίση)53 donde se reúnen los hombres del laos,
como caracteriza también a las asambleas guerreras en las que
cada uno dispone de un mismo derecho de palabra. A partir de
la Epopeya, el grupo de los guerreros tiende a definirse como el
de los semejantes (るロ01。り产
En las asambleas guerreras, la palabra es un bien común, un
χοινόν depositado «enelcent3>.Cada uno se apodera de ella por
tumo con el acuerdo de sus iguales: de pie, en el centro de la asam-
blea, el orador se halla a Igual distancia de aquellos que le escu-
chan, y cada uno se encuentra mediante su relación con él, al
menos idealmente, en una situación de igualdad y reciprocidad.
Palabra-dialogo/de carácter igualitario, el verbo de los gue-
ггеноѕ pertenece tambi^naun tipo secularizado. Seinscribe enel
tiempo de los hombres. No es una palabra mágico-religiosa que
81ncιda con la acción que instituye en un mundo de fuerzas y
de potencias: por el contrario, es una palabra, que precede a la
acción huma∏az que es su complemento indispensable. Antes de
llevar a cabo una empresa, los aqueos Se reimen para deliberar;
cuando los Argonautas preparan una etapa de su expedición no
dejan nunca de pedirse consejo unos a otros. De entrada, este
tipo de palabra está inscrito en el tiempo de los hombres por su
objeto mismo: conéieme directamente alos asuntos del grupo;a
los que interesan a cada uno en su relación con los demás.55
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EL PROCESO DE SECULARIZACîÓN
MARCEL DETIENNE
152 İ53
Instrumento de dialogo, este tipo de palabra no obtiene ya su
eficacia de la puesta enjuego de fuerzas religiosas que trascien-
denaloshombres. Se funda esencialmente en 61 acuerdo del gru-
po social que se manifiesta mediante ỉa aprobación y la
desaprobación٠56 Será en las asambleas militares donde, por pri-
mera vez, la partịcipaciGn del grupo militar funde el valor de
una palabra. Serấ allí donde se prepare el futuro estatuto de la
palabra jurídica o de la palabra fil?s6fica, de la palabra que se
somete a la «publicidad» y que obtiene su fuerza del asentinuen-
todeungruposociaL‫״‬ ;
En este mismo ambiente hacen su араіісібп nociones como:
Pársoros, OarrsEs, Paraiphs/ que dibujan el campo de la per-
suasidn. Aquel que sabe decir biensu parecer, sabe hacerse escu-
char; conoce las palabras que ganan el asentimiento, que hacen
¿:◎der los corazones, que entravan la adhesi6n¥ En el vocabula-
rio һотбНсо, PamzpHasis (que es buena о mala сото la Peiihő)
‫״‬designala persuasi6n que nace de la frecuentaci6n;59 Одпѕѓиѕ, la
influencia recíproca que engendra el comercio íntimo de la са-
inaradería,60 mientras que Parégoros califica la palabra alentado-
ra que exhorta al comparsero de armas.61 Pero en el plan mitico.
56 Cfr. OÍ, IC. 673, y 〃.,XXIII, 539 y SS. L. Gernet, Droit es société dans la Grèce
ancieme, Paris, 1955, p. 16 y ss.∕ ha insistido sobre el papel de esta eficacia
cuasijtódica en la proclamación del resultado de los juegos y la atribución
de los premios a bs vencedores.
57En«Droit etprédroit», (L'Annéesociologique, 3esérie, 1948-1949, ۶^1951 ‫ر‬,
p. lil), L. Gemet ha mostrado de sobra cómo la eficacia de la palabra cede
su lugar а modos racionales: en el derecho а la voluntad colectiva, á la rati-
ficad6n del grupo social; en la filosofía, a los procedures racionalesz a las
pruebas verificables.
58Cfr. F. Sol∑nsen, «The"Gưt‫״‬ ofSpeechinHomerand Hesiod», Tr٥hs.Amer.
PhiloL Assσc,, vol. LXXXV, 1954, pp. 1-15. Sobre la|irnpprtancia de Βθώ en la
epopeya, véase Ebeling, Lexicon homericum, s.v.
59 n., XI, 793. Ơr. Hesiquio, s.s παραίφα<πς٠ άπολογία, πaρaλoγ‫ا‬σμóς,
παραμυθία, συμβoυλiaj παρηγορία,πειθώ, παραίνεσιςή άπά^,Eust.,979,
34: πε^θίΰέξ όμ!λίας. Tirteo, fr. 9,19 ΙΑ, muestra la importancia del estímulo
enelmedio∣tar (θαρσύη! δ ^πεσιv τύν πληένάνδρα παρεστώς). S0-
bre παραίφασνς, cfr. supra, ρ. 74.
6° Cir. Л٠, ΧΙΠ, 291 (όαριστυς προμάχων); Odư XIX/179; Hes., Trab., 789, etc.
허 paMgoros está emparentada con Πάρφασις γ٠0αρ၊στυς figuraba en un
estas ừes nociones son las potencias religiosas que forman parte
del cortejo de Afrodita y especifican la omnipotencia de ٠62‫قطحم‬
En las asambleas Ểitares, la palabra es ya un instrumento de
dominación sobre el otro, una primera forma de la «retórica». En
los medios guerreros funciona, pues, muy pronto, un tipo de
palabra que concieme al hombre, sus problemas, sus activida-
des, sus relaciones con los demás.
La clase guerrera, grupo social cerrado en sí mismo, desem-
boca# en el devedr de la sociedad griega, en la institución más
nu?va, más decisiva: la ciudad, como sistema de instituciones y
сөт٥ arquitectura espiritual. En el medio de los guerreros prose-
sionales se esbozan determinadas concepciones Esenciales del
primer pensamiento político de los griegos: el ideal de IsMømh,
representación de un espacio centrado y simétrico/ distinción
entre intereses personales e intereses electivos. A la muerte de
Folícrates de Samos, Maiandrios, su sucesor, hace una profesi6n
pública cuyos términos armonizan con el pensamiento político
de finales del siglo Vĩ: «Policrates по tenía ті apebaci6n cuando
rebaba com。口끄 despota sobre los hombres que eran sus seme֊
jantes (0μoiωv),yning⅛ otro la tendré si actúa de la misma for-
ma* Ahora bien, Policrates ha seguido su destino, y yo deposito
el poder eneZ centro (έγώδέ ές μέσον τήν άρχήν πθε(ς)yprocla-
m° paravosotros ỉãlsonomía».63 SemejanzaFcentralidad/ ausen-
cia de dominación unívoca: trestérminos que resume el concep-
templo de Afrodita con ၊〇, Erosf Himéros, Porhơs G⊃aus.∕ レ 43, 6); en un
vaso ático de figura roja {Arch∙ Іеііӌ 1896р. 36y ss,), sahn creído encontrar-
‫؛؛‬j‫؟‬nt٥aPÉ (àG٠ Herzog-Hauser, 5R. Pbdgoros, R∙E [1949], c. 1454).
‫ج‬ las Aτg0"^Hi8s (レ 479 У Ss), ApoL Rod. habla de los μύθο!‫״‬, παρήγοροι
016 περ &gp варобѵоі εταρον (cfr.叫 1347 y ss).
62 Sobre las formas de prerret6rica en la epopeya, véanse los hechos re*
dd0s P°rE∙ Buchholz‫׳‬ en Die homerischen Realien, ш, 2, Leipzig, 1885, р.ユ68
уѕѕ.
٥Hdt., 111142 ‫ر‬.
*Sobreel tema deògoîoçysusrelaciones conÍDoq véase R H-"L 丁力而ス,
Dike, und Ver3mdtes, Leipzig, 1907, p. 234 y ss., у las observaciones de Լ.
?၊[/RecherâiessuriedéOeloppemenidelapenséèjuridiaueetmoraleenGrècef
Paris,1917,p.457yss.
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EL PROCESO DE SECULARIZACION
MARCEL DETIENNE 155
154
to de ム。程0?加%65 tres términos que dibujan la imagen de≡mun-
do humano donde «aquellos que participan en la vida pública lo
hacen a título de iguales»¥ En la mediaa en que el ideal de
Isonomía va revelándose, desde el momento de su aparición/ soli-
67 Cfr. E Lobel y D. Page, Poetarum lesbiorumfra^ntat O⅛rd, 1955, fr. 129,
pp. 176-177.
‫قه‬ L. Robert, «Recherches épigraphiques, v, Inscriptions de Lesbos», Reu. ét.
апСӌ է. LX∏, 1960, р. 300 У SS. Parece darse una relación necesaria entre la
expresión «política» ές μέσον y el nombre de un santuario que goza de tal
situación geografica abarcando tales funciones. Conira, Picard, Rev. Arch,,
1962, t. II, рр. 43-69.
dario de las representaciones de semejanzay de centralidad, está
virtualmente presente en las instituciones y los comportamientos
característicos del grupo de los guerreros.
Juegos funerarios, reparto delbotín, asambleas deliberativas^
en tanto que instituciones que forman un plano de pensamiento
prepolítico. El espacio circular y simétrico que transmiten estas
instituciones eneuentr* su expresión puramente política en el
espacio social de la ciudad, centrado en ei Ágora. ЕІ poema de
Alceo, que data del sigio VH, nos ha permitido llegar a conocer la
existencia de un «gran santuario», calificado de ξ5‫؟‬νον;67 santua-
rio federal, «común a todoslos lesbios», que Louis Robert^ iden-
tifica precisamente con el santuario que nos dan a conocer dos
inscripciones delsimoΠ a. de C.,yque tiene elnombre deΜέσσον,
nombre antiguo del lugar de la actual Mesa, excavado por R.
Koldewey: nombre de lugar que traduce perfectamente la posi-
ción geográfica del templo, ya que—como escribe LouisRobeił-
«esta situado hacia el centro de la isla, cercano al fondo del gran
golfodeKaloniaquupenetraenelintBHÍGrde-Lesboscoinopara
cortar a la isla en dos...». Estos hechos nos hacen suponer que el
nombre del lugar no es sino una fomca obtenida de la expresión
ές μέσον, que puede aplicarse perfectmente a esas reuniones y
deliberaciones, en el curso de las sales todos los lesbios se re-
unían en el centro de la isla para tratar de sus asuntos comunes.
DesdeelsigloVII, la soluciónpolítica delos lesbiosprefíguraaque֊
11a que Tales debía proponer a los jonios, un siglo m^s tarde,
cuando en la asamblea genera] del Рдш٠пѓоп, «aconsejo crear un
único bouleterion que estaría en Teos que, a su vez, se encontraba
en 61 centro de Jörua; las otras ciudades по dejaran por ello de
estar más habitadas y tendrían la misma sıtuacıonque si fueran
65 La palabra y el concepto de tGQVoy(a plantean varios problemas. En pri-
mer lugai, 1а cuestión de la etimologia: Ισονομία puede derivar de νόμος, у
quiere decir igualdad ante la ley, lo qu, по significa: igualdad politica. Si
deriva de vdμwιv, como la mayorparte de 10s comentadores piensan puede
significar un igual reparto de las partes materiales ο ae los derechos politi~
COS (es el sentido conservado por ђ. Laroche: reparto igual). Sl se ⅛ata de
igualdad política, hay que observar, junto con bd. Will, Korinthiaka, Paris,
1955,p. 618 (del quenosotrosseguimoselexcelente «estado del problema$>),
que el «elemento iso- по implica ob!igatoriamente là igualdad absoluta».
Hay lugar para todos los matices de la igualdad. Pero este tipo de indaga-
ción, bastante estéril, sobre la etimología atomista, diacr6nica, que sueña
8n alcanzar el Ur-Bedeutung puede ser sustituido por la investigación de
una etimología,llamadaestática, según!a definieióncieVendryes (BSL,1953).
Se trata, Dor esta vez, de una etimologia sintetica y sincrónica. El método es
el siguiente: intentar defüur el lugar de cada palabra en ei espíritu, C1ΓC≡-
cribiendo su significado y empleo. Es por la puesta en pie y examen de to-
dos los 8ntextos en que esa palabra ugura сото podremos esperar hacer-
nos de ella una idea aproximada. En este momento se plantea la naturaleza
de Ισονομίαen los diferentes contextos. Trag Ios estudios de V. Ehrenbergy
otaS/ P. Lévêque y P. VidaLNaquet han distinguía。algunos aspectos de la
ισovoμiaafinales del siglo VI: 1) se definanegativamenteporsuoposiríóna
la tíг๗a٠ 2) en deterģados empleos, la ισονομία aparece! como un valor
aristocrático. La bibliografía es densa: V. Ehrenberg, Die Rechtsidee înfrühen
Griechentum, Leipzig, 1921; «Isonomıa»/ R.-E. SuppL:vi1/ 1940/ c. 293 y ss.,
Aspects ofthe Ancient World, Oxford, 1946, capítulo 1v; Origins ofDemocracy,
Historia, 2950, p. 515 y SS.; «DasHarmodioslied», Wiener 5f*die& 1956, p. 57
y ss.; G١ Vlastos, «Isonomia»/ Amer. Journ. PhiloL∕ 1953, pp. 337-366; J. A. ๐.
Larsen, Cleisthenes and the Development ofDemocracy, «Mélanges Sabine»,
Ithaca, 1948, pp. 6-16; Τ. A. Sinclau, Histoire de la pensée politique grecque (tr.
fr.)/ París, 2943, p. 39 y ss.;E. Laroche, Histoirede la racineNEM-en grecancien,
Paris, 1949, p. 186 y ss.; Ed. Wiiu Конукіака, París 1955, р: 618 y ss.; Ch.
Mugler, «Ľisonomie des atomistes»,Rev. PhiloL, է. XXX, 1956, р. 231 ySS.;J「Р.
Yτmant, Les engines debpensEegrecqg ٠
Ρaτis, 105Z?pp.5ZT3;Y、S^qye y
P. Vidal~Naquet, Clisthène VAthénien, París 2964, pp. 24~32; င. Vlastos, en
JsømMaAkademie-Verla& Berlin, 1963, pp.]~35.
66Segúnla prudente fórmula de P. LevêqueуР. Vidal-Naquet, ор. cit” pági-
па 31.
EL PROCESO DE SECULARIZACIÓN
MARCEL DETIENNE 257
256
69Hdt, Ỉ, 170. Cfr. J.-P. Vernant, Les Origines de Za pensée grecque, Paiís, 1962, p.
124yP.LévêqueyP.Vidal-Naquet,CZîsrhèneZ٠A‫؛‬henien, På/1964,p. 66yss.
70 Cfr. Р. Lévêque y P. Vid^-Naquet, ‫ק‬
٥ . cit., р. 66.
ね Hdt., VH, 8; 1,207; HI, 80. En VH, 8, la expresión ■пѲпцг τ0 πpηΥμa ές μέσον se
Opone а ίδιοβουλέειν, «aconsejarse s61o de sí mismo». La expresión es tam-
bi^nempleadaaveces sinvalor político (Hdt., vι, 129, VIII, 74)‫ف‬ Μέσον parece
tener en ese contexto valores pr6ximos a los de xoivóv: Hdt., ѴШ, 58, habla
de %0ιvbv πpnτμa. Sí se llega a un acuerdo, se nabla de χo!vω λόγω
%PQO&REV010,166; II, 30). Tờ %0ιv6v es la ciudad, el Estado (i, 67; v, 85; VĨ/14;
VIH, 135; IX, 117; Ш, 156; v, 109), aunque tambiénes el tesoro psbhco (vi, 58; VII,
144; IX, 85) o simplemente el interés general (ni, 82; 84). Sobre %0ιv6v, cfr.
Busolt∙Swoboda, Griechische Staatskund^, І y π, 1920-1925, passim (Index, II,
s.g.χ0ιy6v).
〃Hdt.,ıv,97・
^Hdt.,m,83.
74Hdt., IV, 118;VIH, 21,73; III,83. Salirdel μέαον es condenarse a t3ιo0ouλfeιv
(V11,8).
demos>>.69 Teos, cen⅛o geoinétóco delm≡dojθnicθ∕ se transfor­
maria así enel «hogar común» de la ciudad, su centro pontico, el :
lugar de los «asuntos comunes», el ξυνόν. Tees ocuparía enton­
ces la misma situación que la «ciudad» en la Atenas cHstepiana,
en la Atenas «isonbmica» del siglo VỈ." Desde la epopeya hasta
estas formas de pensamiento político no hay soiucion de conti­
nuidad, solamente el paso de un plano prepolítico a un plano 」
específicamente político.
Es, en definitiva/ en las deliberaciones de la clase guerrera -
donde seforjala oposiag capital eh el vocabulario de las asam-
Dleas políticas, entre los intereses colectivos y los rntereses per­
sonales. Poner a discusión la conducta a seguii se dice en griego
mediante la egresión«depositarel asunto enelcentro» (ές^σον y
προ‫׳‬πθένα٦ O %атааЄЄѵаі O ‫׳‬песѵаі tb πpηiμa).∏ Como el po~ Q
der, el asunto que se ha de debatir, el tema que concierne a los ;
intereses del grupo se deposita «en el centro». ∙MW5 precisamene
te, expjgşar su parecer en una asamblea política, es «llevar su
parecer al centro» (φέρειν γνώμην ές μιέσον)72。《decir en el cen-
Է0» (λέγε!νέςμέσον).73 Alaexpresión «hablareneicentro» (λέγε٦٠ν
ές μέσον) corresponde la expresi6n simétrica «retirarse del cen~
tro» (έχ μέσον χατήενος).74 Una vez fuera del centro, del meson, ٠
el orador vuelve a ser un ciudadano privado. Todas estas expre­
siones definen un espaciopolítico del que medimos la importan­
cia en el pensamienS griego mediante laantigua fórmula que el
heraldo pronuncia al comienzo de una asamblea, cuando invita
atodoslosciudadahøsaofrecersuspareceresala ciudad: «zQui&ı
quiere Uevar al centro un prudente parecer para su dudad?» (τίς
θέ^πόλει χρηστόν τι βού^υ^ ές μέσον фёрггу^ӕу).75 Separan­
do clạrinte lo publico de lo privado, oponiendo la palabra
que concieme a los intereses del grupo y la que guarda relaci6n
con los asuntos privados, el pensamiento político prolonga una
distincigfimdamentalenlas deliberaciones delosguerretospro-
fesionales. En estas asambleas igualitarias se preparan ]as sutu­
ras asambleas políticas de Grecia. En este mismo medio sgcial se
; va elaborando también la pareja раїаьга-ассібп'б que peỂtưá
distinguir mejor el plano del discurso y el plano de lo real.
La palabra-dialogo con sus rasgos específicos, continua sien­
do а pesar de todo, en el grupo de los guerreros profesionales,
un ρrivileg⅛, el privilegio de los «mejores», de los άριστοι del
75 Eur., S〃pL, 438-439. Tras un celebre elogio de la igualdad, Teseo dedara
con orgullo al heraldo de Tebas: «En cuanto а 1a libertad, está en estas pala­
bras: el que quiera…》. La fórmula aparece de nuevo en Orestes, 885, de una
forma mas breve que nosotros conocemos también por Démost, Pro corona,
170; Aııstof, Acarn., 45; Äsamb. mujeres, 130; Esquino, Contra Ctésiphon, 3.
Sobreeste derechodeισηγopia,cfr., por ejemplo, Busolt-Swoboda, Griechische
Staatskunde3, Munich, 1,1920, p. 453.
76 Sobre el esquema «palabra-ассібп» en la epopeya, cfr. E. Buchholz, Die
Homerischen Realienrш, 2, Leipzig, 1885,р. ]20 y SS. CL Ra।oux/ Hèradite0以
l'homme entre les choses et les mots, 1959, pp. 51-57; 293-297, ha mostrado su
importanciaenel siglo VI, enunmomento enque lapalabrase descubrepor
su oposic16n a la ассібп (cfr. también el anàlisis de F. Hemmann, Nomos und
Physis, Basilea, 1945, р. 46 y ss.). La oposici6n dela palabra y la ассібп es un
tema constante en el pensamiento político de los griegos; por ejemplo,
Petagoras se jacta de enseñar a cada uno, en lo que endeme а las cosas de
la ciudad, el talento para guiarlas а la perfecci6n en los actos y en las pala~
bras (Plat., Prot, 318 E-319 A. Cfr. Тис., 1,139, 4; Jenof., An., ∏1,1, 45). La
distinci6n prolonga el tema aristocrático del «hombre excelente en el com­
bate como en el consejo» (cfr. Pind., Nem.f VIII, 8), «capaz de pronunciar dis­
cursos (μύθων τε βητ∏p*..,) y capaz de llevar а cabo las hazafias (πpηχτηpa
τε έρ^ν)» (cfr. 〃., їх, 443%
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EL PROCESO DE SECULARIZACION 159
de se opera, en el curso de los siglo VII y VI/ un proceso de
secularización de las formas de pensamiento. Enla vida social se
8nstruyen a la vez el marco conceptual y las tédcas mentales ∙
que favorecerán el advenimiento del pensamiento racional.
En este marco general, donde lo social y lo mental se inter-
fieren constantemente, se opera la secularización de la palabra.
Se efectúa a diferentes niveles: a través de la elaboraci6n de la
ret6rica y la filosofía, y también a travos de la del derecho y la
historia.
Respecto a la problemática de la palabra en el pensamiento
griego, este fenomeno tiene una doble consecuencia: por una
parte, consagra el deterioro de la palabra mágico-religiosa, s٠li٠
daria del antiguo sistema de pensamiento; por otra, determina el
advenimiento de un mundo autónomo de la palabra y de una
reflexión sobre el lenguaje smo instrumento.
La decadencia de la palabra mágico-religiosa coincide
señaladamente con un momento privilegiado de la historia del
derecho.77 E] prederecho ofrece un estado de pensamento en el
que las palabras y los gestos eficaces dirigen el desarrollo de to-
das las operaciones. Eneste nivel, la adm⅛istraci6n de la prueba
no se dirige a un juez que deba valorar, srno a un adversario al
que S2trata de vencer. Nohay testigos que proporcionenlasprue~
bas. Todos los procedimientos son ordRHcos. Estos determinan
mecánicamente lo «verdadero»z y la función deljuez consiste en
ratificar las «pruebas decisorias».% El advenimiento de la ciudad
griega señala el fin de este sistema: es el momento que Atenea
evoca declarando a las Eumemdes durante el proceso de Orestes:
«Digo que las cosas no justas no triunfan con los juramentos».
Palabra decisiva que el coro de ciudadanos prolonga con las si-
guientus: «Entonces, haz tu indagaci6ny pronuncia el juicio rec-
77 Cfr. Gemet «Droit et prédroit», pp. 110-1:19, y CL Ra≡ou×∕ La Nuit 風 les
enfants de la №íř, ?31959 ‫ر‬
3
‫ل‬
٢ , р. 145 y SS.
78 Seguimos el anàlisis de L. Gemet, op, cit., р. 98 y SS. Se encontraran análisis
más detallados y Pdas las referencias en L. Gemet, «Le temps dans les for-
mes archafques du droit», J。〃m. Psychoi, 1956, p. 387 y SS. Cfr. también င.
Sautel, «Les preuves dans le droit grec archaïque», Recueils de la Société jean
Bodin, t. XVI, La Preuve, Bruselas, 1965, pp. 128~130.
MARCEL DETIENNE
158
76a ỈL, XIII, 128429, y XV, 295-296 (ճp‫ا‬στ0Ն distinguidos de πληθύς).
76bH.Jeanma⅛e, Couroi es Courềres, p. 45.
Iaos. A esta élite se opone la «masa»,76a el demos, que designa la
cừcunscripción territorial, y ademas el conjunto de gente que la
habita. El demos «no ordena, по juzga, по delibera… todavía по
es ni el pueblo, пі el Estado>>.76b El hombre del demos. Tersites, y
la manera conque Ulises lo trata, señala IOS límites dela palabra
igualitaria. Cuando Tersites eleva la voz, Ulises no intenta соп-
vencerle con palabras, le golpea con el cetro. Tersites 6S el villa-
no. No t⅛ne el derecho de habla!‫־‬, porqueno es combatiente. Para
que pueda tomar parte en el dialogo, para que la frontera que se
alza entre el laos y el demos desaparezca, se hara necesaria una
transformaci6n mayor: la extensión de los privilegios del gue-
nero a todos los miembros de un grupo social más amplio. Es la
falange, la Crmaci6n hoplita en la que cada embatiente ocupa
un lugar enla fila, en la que cada ciudadano-soldado es concebi-
de como unidad intereambiable, lo que permite la demouatiza-
ción de la función guerrera y solidariamente, la adquisición, por
paite de un grapo de «escogidos>>, de un mayor número de pri،
vilegios políticos hastaentonces reservados aia aiistocracia. Fun-
dándose en progresos tecnol6gicos, la reforma hoplita no se lie-
va a cabo solamente en.el orden técnico, es también, a la vez,
producto y agente de nuevas estructuras mentales, las mismas
que dibujan el modøo de la ciudad griega. Reforma hoplita y
nacimiento de la ciudad griega, ambas en sí mismas, en su soli-
daridad, no pueden separarse de la más decisiva mutaci6n inte-
lectual para el pensamiento griego: la construcci6n de un siste-
madu pensamiento racional que señalalamanifiestaruptura con
el antiguo pensamiento religioso, de carácter general, en el que
una misma forma de expresi6n abarcaba diferentes tipos de ex-
perienda. Numerosas investigaciones han mostrado —en parti-
cularlas deLouis GemetyJ.-P.Vemant—que el paso deldtoa
la raz6n no fue el milagro aceptado por J. Bumet, ni tampoco la
decantación progresiva de un pensamiento mítico en una
conceptualización filosófica, reconocida por E-M. Comford: en
las prácticas institucionales de tipo político yjurídico es en don-
‫יי‬
휴:理^
많懿쒂렯麻:형:看:녁빼쟈여
—
EL PROCESO DE SECULARIZACION
MARCEL DETIENNE 161
160
«suplicantes», el rey recurre a la persuasión como cualquier ora-
dor، Ya по habla de lo elevado de su ńmción; pronuncia un dis-
curso ante una asamblea donde el voto reside en la mayoría٠83 Su
antiguo privilegio se transforma en el de las decisiones colecti-
vas: «Así ha decidig。(χραινεί) sobre ello un voto unánime emi-
tido por la ciudad».* El pueblo es el que da los decretos decisorios
(π<xvτελτf |ψηφίσματα), el conjunto de los ciudadanos «realiza»
(χραίνε ٦
)
٠ Las antiguas nociones de τέλος y de χραίνειν no son
más que metaforas: La eficacia mágico-religiosa se ha converti-
do en la ratificación del grupo social.85 Es el acta de deceso de la
palabra eficaz.
Desde ahora en adelante lapalabra-dialogo la aventajara. Con
el advenimiento de la ciudad, pasa a ocupar el primer puesto. Es
; el «itíl político por excelencia»,% instrumento privilegiado de las
relaciones sociales. Por ella los hombres obran en el seno dr ka
asambleas, por ella gobieman, ejercensu denKnio sobre el otro.87
&Esq., S〃pL, 604.
84 Esq., SupL, 942-943: τοιάδε δημόπραχτοςέχ πόλεωςμ{α٦।٢ΐ١φ〇ςχέχρανταί.
CoỂóntese 96965‫ب‬: ώνπερ ήδε χραίνεται٦1/τ1φος٠
85 Esq., Supl., 601: παντελή |ψηφίσματα.
36 СЃГ- J.-P. Vernant, íes origines de la pensée grecquer Paris, 1962, p. 40.
87 Toda una parte de la argumentación del Elogio de Helena de Gorgias est§
constriuda sobre una relación «violencia-persuasión>>: según Platón, FZ∕⅛,
p. 58 A-B, que refiere una palabra de Gorgias, la potencia del logos sobre el
alma a la que persuade es claramente la del maestro sobre el esclavo, con la
diferencia de que el alma està reducida a la esclavitud porla misteriosa соас-
ci6n ejercida sobre su consentimientoynọ por la fuerza (cfr٠ A. DièS/Autour
de Platon,し París, 1927, p. 120). Sobre este punto, Critias (109 b-c) merece ser
citado: «(tras el reparto de la tierra entre los dioses) se establecieron (los
dioses) en SUS regiones respectivas y, una vez que se hubieron establecido,
semejantes a pastores al ciudad。de SUS rebasaos, eran cebadores para noso・
tros, que somos propiedad suya y su ganado; no obstante esta diferencia de
que no utilizaban sus cuerpos para violentar los de SUS animales, a la mane-
ra de los pastores que golpean cuando los llevan a pastar; por el con⅛ariθ∕
ellos se elocaban en la popa, por donde mejor se deja un animal dar la
vuelta (εΰστροφον), para dirigír la marcha, usando ia persuasión, según SUS
propios designios, como un tim6n para poner la mano en su alma, y lleven-
dolos de tai forma, gobemaban, como se gobiemaa un navío, la totalidad de
los seres mortales» (trad. L. Robin en la Coì. La Pléiade, t. π, París, 1950, p.
to».79 Los juramentos que decidían mediante la fuerza religiosa
ceden su lugarala discusiónque permiteala raz6ndar SUS r^zo-
ոցՏհ ofreciendo asi al juez la ocasión de construirse una opinión
después de haber oído el pro y el contra،80 Triunfa el diálogo·
Pero, al Ésmo tiempo, la antigua palabra deja de tener bpor‫־‬
tancia. Las Suplicantes de Esquilo nos lo muesträn claramente:
cuando el cora celebra a Pelasgos, rey de Argos, le canta: «Es
tuya la ciudad, es tuyo el consejo; jefe de pleno dominio, eres el
señor del altar, hogar común de la ciudad»،81 Pero el rey rehusa
el homenaje de g coro que le ofrece la máscara de su antiguo
prestito. Él se dice servidor del pueblo: «Cualquiera que sea mi
pode,nada puedo hacer sin el pueblo».82 Para defender a la§
79 Esq. Eum., 432~433.
80 Desde este punto de vista, dos versos atribuidos a Hesiodo (?), son del
más alto interesψηδfe δiχηv διχ&Ε¢ πplv &y άμφοτν μύθον &%O$EG (Hes”
fr. 271 [àbíWm],ed. Rzach3). Convariantes, este dicho es citad。gran n13me∙
ro de *veces, y уа por Eur., Heråd., 179-180; Aristóf-z Avispas, 725, 919-920;
Caballerosf 1036; Eur., fr. 362, 9-10 №. Varios autores (H٠ G. Evelyn-White
Sc⅛eidewin, etc.) han querido ver en él un fragmento de los Χείρωνος
Ύποθηχοα, perc J. Schwartz, Pseudo-Hesiodeia, París, 1960, р. 77‫׳‬ ո٠ 3; 98; 329,
241‫ر‬ es hostílaesta hipótesis. Queda dedr que la recomendación «N٠ juzgo
rnngıma causa antes de haber escuchado los dos discursos» (c£r. [Platón],
Demodocos, 382E٠383 A,yDemóst, Decorona,2γ6)es confome al juramen∙
to de los heliasUs, que se comprometen, entre otras cosas, a escuhar al acu-
sadory al acusado con toda imparcialidad (cfr. H. Lipsius, Das attische Rechi
und Rechtsverfahren, Leipzig/ ϊ, 1905, р. 151) y que es el primer testimonio de
ima mutación decisiva en la practica judicial. En este plano jurídico puede
también verse c6mo se desgaja una посібп de lo verdaderos el histdr es un
testigo, es el que ve y el que oye y, en su calidad de heredero del mn^0∏r es
también memorialista. En su «verdad» quedan testimoniados al menos dos
componentes: el no-olvido y, complementariinte, el relato completo, ex-
haustivo, el relato de lo que ha pasadorealmente. Resde este punto devista,
〃.,XXIII, 359, 361, es un testimonio capital.
81 Esq., S"pL, 370 y ss. Sobre el valor privilegiado del hoggr real, sobre SUS
relaciones con el «hogarpúblico»,cfr.L. Gemet,«Surle spWismepolitique
en Gr&:e ancienne: le foyer coiun», Cah. Intern- sociologie^ է. XI, 1951, р. 26
y ss., J.-P. Vernant, «Hestia-Herinès. Sur l'expression religieuse de l'espace
et du mouvement chez les Grecs», VHomme, t. Ill, n٠٠ 3,1963, P・ 38 y SS∙ (٥ M∙
P., p. I28yss.).
82Esq،, SupZ.,398-399.
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EL PROCESO DE SECULARIZACIÓN 163
cuados, ¿qué queda de Alétheia, su configuración, su contenido
semántico, tras la secularización de la palabra? La respuesta no
puede ser unívoca, ya que el pensamiento griego nos ofrece dos
soluciones, antitéticas en unplano, complementariasenotro. Dos
soluciones: la de las sectas fnos6ficorel⅛iosas, la de la Retórica
y la Sofística. Antitéticas: las primeras colocan en el centro de su
pensairuento aAZértósl que pasaa seruma посібпcardinal, mien-
tras que los segundos B∑^salzan а Apatės que desempefia en su
pensamiento elmismo papelfundamental. Complementarias: las
condiciones en las que AZérb, en un caso re⅛ocede, se funde,
desaparece y, en o⅛o, se mantiene, se afirma, seconsolida, son la
prueba, encierto modo experimental,de que Aléửàes realmente
el centro de una configισaci6n de potencias religiosas que man-
tienen entre sí relaciones necesarias.
MARCEL DECENNE
162
La palabra по está piendida ya en una red simbólico-religiosa,
accede a la autonomía, constituye su mundo реріо en el juego
del dialogo que define una suerte de espacio,88 un campo cerra-
do donde se enfrentan los dos discursos. Mediante su función
politica89 el logos se convierte en una realidad aut6noma, somėti-
da a SUS pmpias leyes. Una refleχi6n sobre el lenguaje puede
elaborarse tomando dos grandes direcciones: por una parte, so-
bre el logos, como instrumento de las relaciones sociales; por otra,
sobre el logos tomando como medio de conocimiento de lo real.
La R2t6rica y laSofística exploran la primera de las vías forjando
técnicas de persuasi6n, desarrollando el análisis gramatical y
estilístico delnuevo instrumento¥ La otra vía es el objeto de una
parte de la reflexión filos6fica: ¿Es la palabra lo real?, ¿todo lo
real? Problema tanto más urgente cuanto que el desarrollo del
pensamiento matematico ha hecho nacer la idea de que lo real
está también expresado por los numeras.어
Estos problemas nuevos, esta doble reflexión sobre el lengua-
je 8mo mstrumento;se desacollan en el marco genera] de un
pensamiento racional. Una cuesttón se plantea en consecuencia:
¿Qué estructuras mentales relacionan, el uno con el otro, al pen-
sarniento míticoyalpensamento racional? Entérminosmás ade-
529). Texto notable por varias razones: SUS imágenes pastoriles, SUS image・
nes de navegación, es decir, los dos tipos de metafora que dominan 21 pen-
semiento político de lós griegos; pero también la idea de la persuasión,
homóloga v distinta^ a la vez, de la violencia. Es en un contexto de ese géne-
го donde el Hermes Logos cobra su significación: señor todopoderoso, lleva
su rebato con el aguijen que Apolo le ha confiado.
88 De entre una literatura abundantísima, mencionemos un librito, E.
Hoffmann, Die Sprache und die archaïsche Logik, Tubinga, 1925, y un grueso
volumen, Cl. Rainnoux, HNmdfte ou Γhomme entre les choses ei les mots, Paris,
1959.
89 Cfr. J.-P. Vernantz ơp. a٤., p. 41: «El logos, en su origen, toma conciencia de
si mismo, de SUS reglas, de su eficacia, a trav6s de su funci6n politica».
9° Cfr. E. Dupréel, Les Sophistes, Neuchatel, 1948, passim, y М. Untersteiner,
The Sophists, Oxford, 1954, passim.
‫او‬ Ըր. las observaciones de Լ Meyerson, «Thèmes nouveaux de psycholo-
gie objective: Phistoire/ la construction, la structure», /0UE. PsycboL, 1954, p.
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  • 1. li । 巫 ii MARCEL maestros de٦ enlabrecia -^เ ヘ08 8] Ms 户彳이/丿 ١ ‫كمع‬ & わクルゼね &‫״‬ ٥r;e،nứ¿ Re /ғ ٠ bao ‫هب؛ةب‬ ‫ج‬ ٩٧ ◎】SQ
  • 2. MARCEL DETIENNE 136 1 in6ditas, en nuevas condiciones sociales y políticas. las relaciones entre la palabra y la realidad/ para que la Sofística ylaRetoricaconstruyanunateoríadellenguajecomo instrumento de persuasiones necesaria laminaconsumada de un sistema de pensamiento en el que la palabra est^ prendida en una red de valores srnbólicos, en el que la palabra es, naturalmente, una poteπciaz una realidad dinamica donde, en tanto que potencia, actuasobre elotro. Estos problexnasnovienenaplanteaerse, pues, sino enunnuevo marco conceptual,©la luz de técnicas mentales CAPIIOV EL PROCESO DESECULARİZAC16N Por absoluto que sea el imperio de la palabra mágico-religiosa『 determinados medios sociales parecen haber escapado, a 61. Des- de la época más remota están en posesión de ๐๒ tipo de pala- bra: la palabra-dialogo. Estos dos tipos de palabra se oponen en toda una serie de puntos: la primera es eficaz, intemporal; Mse- parable de conductas y de valores simbólicos; privilegio de un tipo de hombre excepcional. Por el contario, la palabadiAlogo está secularizada, complementaria de la ассіоп/ inscrita en el tiem- po, provista de una autonomía propia y ampliada a las dimen- siones de un grupo social. Este grup6 social está constituido por los hombres especializados en la fupci6n guerrera, cuyo estatuto particular parece prolongarse desde la época miscénica hasta la reforma hoplita que señala el fin del guerrero como individuo particular y la extensión de SUS privilegios al ciudadano de la Ciudad} En el plano de las estructuras sociales como un el de las estructuras mentales, el grupo de los guerreros ocupa, en efecto. ١ Por supuesto que hacemos abstración de los USQS profanos de la palabra, cuya importancia no queremos ignorar, pero, entre los tipos de palabra que responden a instituciones, la palabra eficaz de carácter religioso y la pala- bra~di&logo de carácter profano parecen ser las dos categorías más impor- tantes. Qaro esta que también hay una historia de la «verdad» а nivel de los usos profanos de la palabra: los trabajos de Luther, Boeder y demás nos lo han mostrado. 2 Cfr. Η. Jeanmaire, Couroi er Couretesf 1939, Lille, passim; J.-P. Vemant, Les origines de la pensée grecque, Paris, 1962, p. 9 y SS.; «Le mythe h6siodiqu2 des races. Essai d∣analyse structurale», Rev. hỉst. rel., 1960, p. 34 y ss. (= М. P., р. Зі y ss);£. Yian, La guerre ảes Géants. Le mythe anant ľepoque hell&HstÍQue, París, 1952, passim; Les origines de Thèbes. Cadmos es les Spartes, París, 1963, passim. VGase también G. Dum6zil, Aspects de lafonction guerrière chez les Indo- ‫י‬ ‫י‬ ■ — 1 ♦ ^ ^ ‫יי‬ แ ‫י‬ # ။ ・ フ モ デ = モ = = = = ^ ^ 三 チ « £ ‫ع‬ ٠ ^ H । Ü g ، ‫ج‬ ^ ^ ^ ^ ^ ‫ي‬ ‫ق‬ ‫ي‬ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ‫ح‬ ^ ^ ^ ^
  • 3. MARCEL DETIENNE EL PROCESO DE SECULARIZACION 138 139 Exrop6egPaHs, 1956. Sobrelosproblemas dela reformahoplita, léase Μ. P. Nilsson, «Die Hoplitentaktik und das Staatswesen», Klio, 1928, pp. 240-249; H. M. Lorimer, «The hoplite phalanx with special reference to the poems of Archilochus and Tyrtaeus», Annual ofBrit. School at Athens, t. XL11,1947, pp. 76-138; A. Andrewes, ThegreekTyrants4, Londres, 1956, pp. 31・42; P, Courbin, «Une tombe géométrique d'Argos», BuỉL Corr. He".,ヒ 81,1957, pp. 322-384; A. Snodgrass^ «[!Introduzione degli opliti in Grecia e in Italia», Ria storica ita, t. uxvπ,1965z pp. 434-444; «:The Hoplite Reform and History»J”Ea!qf Hellenic Studies, է. LXXXV, 1965, pp. 110-112; Early GreekArmourฟ Weapons, Edimburgo, 1964۶рдѕѕѓт. : 3 En las paginas que siguen manejamos libreínente algunos puntos de un estudio publicado en los Annales ESC, 1965, pp. 425-441, bajo ei título «En Grace archaïque: Geometrie, PolíHque et Société». 4Sobre losjuegos funerarios, véase L. Malten, «Leichenspiel und Totenkulb>, Mitt. deut. archÖl. msfif. Rom. Abt., t. 38-39, 1923-24, p. 300 y ss., у 5.ひ. Leichenagon, R.-E. (1925), c. 1859-1861. 5 El aspecto jurídico de los juegos ha sido intensamente subrayado por L. Gemet, «Jeux et Droit (remarques sur le XXIIIe chant de !1Iliade)», Rea hist, droitfrançais es étranger, 1948, p. I"y SS., tomado de nuevo en D,0ifes Sodd±d dans la Grèce ancienne, Paris, 1955, pp. 9-18. 6 En el estudio citado anteriomente, L. Gemet ự)roit es Sociétés p. 1η ha escrito: «El derecho que Comienza а aparecer en la escena по lo háce сото una técnica especial y profesional: emana él mismo de la vida de losjuegos; hay continuidad entró la costumbre agonística y la costumbrejudicial». 7 IL, XXIII, 256 y SS. Sobre el valor del hierro, cfr., por Ultimo, L. Deroy, «Les noms duferengrec et enlatin», L'Antiquitéclassique, 1.11962, pp. 98-100. 8 IL, XXIII, 704: γυνατχ ές μέσσον ^θηχε. Pueden encontrarse o⅛ras fórmulas, así θηχ'ές &γ6να φέρων،٠. (〃., XXIII, 799 y 886). Sobre los valores de αγών enla epopeya, cfr. R. Marti∏∕ Recherches sur l'Agora grecque. EřwJes d∣histoire et d'architecture urbaines, Paris, 1951, pp. 19,22,48,162,169,244. Es en el ¿،γών, en el centro ae la asamblea, donde se desarrollan la mayorparte de las prue- bas: 1/ XXHI, 507,685,710,814. Observemos, en definitiva, que siempre es el verbo πθέναι el empleado aquí, como en el vocabulaHo político del que Heródoto (cfr. infra, pp. 102-103) es testigo. Cfr. IL, XXIII, 263, 631, 653, 656, 7。0,740,74&750,751,799;。d.,xx】v,86y9L ciones definıdas:5 plano social en el que se atestiguan costum- bres muy antiguas, antiguos estados de pensamiento, pero tam- bién terreno de predeiecho, «privilegiado momento de vida co- lectiva», en el que surgen procedimientos que serán más tarde los de un derecho constituido.° Losjuegos no sernprovisan, obe- decen a unas reglas. Cuando la hoguera de Patroclo se ha extiπ- gu1d0, Aquiles «retiene allí a sugenteparareunirse engran asi blea(&bgv άγ۵να). De ias naves trae los premios (敢①€ブ άεθλα): calderos, trípodes, caballos, mulos, robustas cabezas de bueyes, cautivasdebonitacmturayiüeno gris».7La asamblea delosgue- ιτeros define el espacio material de los juegos: es en SUS límites donde se desarrollan las pruebas principales. Pero el espacio di- bujado por la asamblea no es un espacio informe, sino un espa- ; cio centrado: cuando Aquiles ⅛ae los premios que,por generosi- dad de prìncipe, pone en concurso, los «deposita en el centro» (ές μέσσον ểỡn%e).8 No es una casualidad, smo ила costumbre muyatestiguada. Tras losfunerales de Aquiles, cuando los aqueos hubieron erigido «el mis grande, el más noble dalos túmulos», Tetjs en persona organizó los juegos funerarios: los premios in- ٦mlugar central y excepcional. Por una parte, yano cubre al gru~ po familiar más que al grupo territorial: los guerreros estan re- partidos en clases por edad y agrupados en hermandades. Que- danvinculados entreSÍmedianterelacionescon⅛actuales,no por vínculos de sangre o parentela. Por otra parte, el grupo de los guerreros se singulariza por sus comportamientos y técnicas de educación. Como así lo atestiguan las Sociedades d6ricas, los guerreros surren unas pruebas iniciáticas que aseguran su cualificaron profesional, consagran su promoción social y desi- nensuvocacionalamuerte, 10 que les distingueradicalmentede los vivos. Este estatuto particular del grupo de los guerreras se define por igual en determinadas practicas institucionales:3 jue- gos funerarios, reparto del botm, asambleas deliberativas que, en su solidaridaa, dibujan una especie de campo ideol6gico, es- pecífis de este grupo social. Extraer los rasgos esenciales de la palabra-dialogo —que se opone absolutamente a la mag1co-reli⅜ giosa— consiste en desarropar estas instituciones diversas, mos- trar su recíproca iluminación, obtener —a ữavés de su funciona- miento— una representación del espacio original, alcanzar, en definitiva, determinadas estructuras mentales inéditas. Con los juegos funerarios nos situamos en un plano s6hda- mente estructurado/ en e1 que gestasy palabras tienensignifica- ‫^^ج^ي^ت‬ : - - ‫ب‬ - ; 透 覆 弓 쭤 整 号 쯘 ‫س‬ ‫ع‬ 8 ‫س‬ ٠ ‫س‬ ‫ع‬ ، ‫س‬ ٠ ‫د‬ ‫ج‬ ‫ء‬ ‫س‬ ‫س‬ ‫؛‬ ٠ ‫س‬ ، ‫س‬ # ٠ ‫ف‬ ٠ ٠ | ^ ‫د‬ ^ ‫ح‬ ^ ^ ^ ^ | ‫د‬ | ٠ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ‫ع‬ ‫ق‬ ‫ق‬ । ‫ى‬ ‫ع‬ ‫د‬ ‫ق‬ 9 ‫س‬ । ‫ئ‬ ‫ئ‬ ‫ي‬ ‫ج‬ ‫س‬ ‫ج‬ ‫ع‬ ! ^ : : ‫ت‬ ‫؛‬ ‫ذ‬ ٠ ‫؛‬ ‫ت‬ ^ ‫ت‬ ‫^ي‬ ٠ ‫؛ش‬ 感 億 グ パ 頂 も - 臧 レ ボ ゝ 二 ば 仆 ー ゼ 」 济 1 め 成 ; 宀 Q 른 偷 麻 & : 通 加:휾3 ‫د‬ ‫ال‬ ‫ا‬ ‫ا‬ ‫ا‬ ‫ع‬ ザ 瓯 苻 「 上 飞
  • 4. MARCEL DERENNE EL PROCESO DE SECULARIZACION 140 141 hay rasgos de otra costumbre: los bienes tomados al enemigo sondepositados «en 61 centro». CuandoTeogńis de Megara evo- са el infortunio de losgrandes propietarios/ las desgracias de la ciudad, el naufragio del Orden, deplora по ver sino desastre y pillaje: «А viva fuerza, saquean (los villanos) las riquezas, todo orden ha desaparecido… ¿Quién sabe si el botín es tambiénobje- to de un reparto semejante?>>15. El reparto del botín es δασμός ές τό μέσον, pues el botín es con toda precision «aquello que esta depositado en ei centro». 々CapturaUlises en una expedıcıonnoc֊ tuma ai adivino Heleno? Lo lleva al «centro» (ές μέσον)16 por dos razones; en primer lugar, porque es el punto más a la vista de la asambleay, en segundo lugar, porque es el lugar reservad。 a una «gran captura» que forma parte del botín de guerra de los aqueos. Al igual que los premios de los juegos funerarios, el bo- tín delos guerreros es depositado ές μέσον، Ahorabien, conoce- mos por la querella de Aquiles y Agamenón, el nombre que los griegos reservaban para estos bienes destinados al reparto: «las cosas puestas № comíin» (ξυνήϊα χείμενά).17 Mediante este го- da abstracción, aunque peligrosa, para subsumis la diversidad de los dise- rentes modos de posesión. Sobre el botin en la sociedad homerica, coÉón- tese М. Delcourt, Oedipe ou la légende du conquérant, París^Lieja, 1944, pp. 239-244, y los análisis de E. Buchholz, Die homerische Realien, Н/ Լ Leipzig, 1881, р. 328 y SS. En su artículo sobre «Le partage des profits de la guerre dans les traitas d'alliance antiques», Red histońque, 1958, pp. 233-249, A. Aymard по toma en consideraci6n los hechos arcaicos. P. Vidal٠Naquet me indica el pasaje de Tucídides, Vil, 85, 3, donde se encuentra una oposici6n entre la parte del Estado (%0ιv6v) y las partes individuales. La noción de acuerdo hecho entre los beligerantes desempeña un papel importante. Cfr. también A: Dain, «Le partage du butin diapres les traitas juridiques et militakes>b Actes du Vf congrès international des études byzantines, París, 1948, 1.1, Paris 1950, pp. 347-354, que observa: «El reparto se hace por vìa de auto- ridad. Los lotes son repartidos, bien entre los individuos, bien entre las uni- dades militares constituidas», pero «los soldados más distinguidos pueden obtenez sus partes por elección». 15 Teognis, 678 y ss.: δασμός 5 οϋχέτ٠ίσως ،γίνετε ές τb μέσον. 16 Sós., Filoct., 609: Heleno es una «Θήραν χαλήν». 17 A Agamen6n, que 12 pide otra parte de honor a cambio de la que debe dar а Apolo, le responde Aquiles: «No tenemos más tesoro común en reserva... todo lo que hemos conseguido del saqueo de las ciudades ha sido repartido 9 Od., xx1v,80٠86. 1° [Hes], Escuẁ/312. Cfr. ί/.,χχπι, 273. Π Jen., Anabasis, I11, ĩ, 21. 12 Teognis, 9941 13 Demost., Filip., ĩ, 5‫ج‬. 14 En efecto, el botínforma parte de los bienes que los griegos llamanχτήματα y que se oponen los πατρ©α. Cŕr. E. F. Brueck, «Tợtẹnteil und Seelgerdt im griechischen Recht», Münchener. Beiträge zur P^ymsforschun¡ und antiken Rechfsgesic7ifc;ヒ IX, Munich, 1926, р. 39 y ss. El autor observa justamente que по hay en esta epoca una concepción abstracta, propiamente jurídica, del derecho de propiedad. La «propiedad individual» no es mas que una cómo- comparables «que ella había obtenido de los dioses para 21 con- curso de los capitanes aqueos», los «deposita en el centro de la asamblea» (θηχεμεσωέν 6q%W1).9N0 es el пшсо ejemplo: cuando el autor del Escudo hesiodico describe la carrera de carros, preci- sa que «en 61 interior de la asamblea (έντύς άγώνος) veíase, des- tinado al vencedor, un gran trìpode de oroz obra llustre del muy sabio Hefestos>>.w Ciro decreta que los bienes de los persas sonla partida de la guerra, empleando la Rxpresıon siguiente: «Estos bienes son como los premios depositados en el centro» (έν μέσω .γάρ ήδη χέΐϊοαταυτατά &ya8&)Ј1 Teognis evoca imajusta que le enfrenta а un amigo, unajusta cuyo premio es unjoven en la flor de la juventud; el premio (άθλον) se encuentra «en el centra> (év μέσσω)٠12 Demóstenes, en definitiva, habla en sentido figurado de «premios depositados en el centro» (αθλα χείμενα έν μ£σφ)J3 Si en el marco de la epopeya la expresión impone la imagen de ima asamblea de guerreros sentados en círculo, ¿cuál es el , valor de estepunto central? %Cu^l es la imagen mental que trans- miteUsta costumbre institucional? Para definir el valor del centro en este contexto de juegos, es necesario dar un rodeo por una mstítución que ocupa un lugar fundamental en el mismo grupo social de los hombres especializados en el oficio de las armas: el reparto del botín. En la mayor parte de los casos, cada comba- tiente trata de ganar las armas de SUS enerngos, cada uno se es- fuerza en hacer un botín «individual». Pero junto a la toma (mainmise) inmediata y personal de bienes que van 3 engrosar la parte de las riquezas que cada uno lleva consigo a la tumbaJ4 s π a ≈ g ⅛ g g ⅜ s 5 i≡ g ^ ^ i≡ e ⅛ ≈ ≡ s ⅛ j ⅛ Ξ ⅛ ⅛ f ≡ H ¾ ^ ^ H ∣ ¾ ^ H ≡ ^ ≡ 1 ≡ ∣ 1 ^ ∣ - 5
  • 5. MARCEL DETIENNE EL PROCESO DE SECULARIZACION 143 142 A los concursantes desafortunados, а Néstor, demasiado vie- jo para participar en la caưera y, en general, a aquellos que no tienenning"n derecho de posesión [main mise] sobre los premios. Aquiles «pone en la mano» un objeto, trípode ο coraza, de SUS reservas. Sin duda se trata en uno y otro casos de bienes que pertenecen а Aquiles; pero, en el primer caso porque han sido depositados «en el centro», los bienes propios de Aquiles, SUS χτήματα, se convierten, como los objetos del botín, en «cosas со- munes» (&‫׳‬υντ^α);.pierden su carácter de objeto distinguido por un derecho de propiedad. Son «res nullius».” La toma de pose- sión del vencedor puede ejercerse sobre ellos srn demora. Por el conừario, cuando Aquiles pone en manos de Néstor la copa que él mismo ha recogido «del centro», le concede un don personal, semejante eh todo al que concede a Eumelos, cuando, para re- compensate, hace traer de su tienda una coraza у se la «pone en la mano».24 Al don personal que crea un vínculo entre dos һот- bres y obliga al beneficiario al contra-don,25 se оропе тиу clara- mente el ejercidownmediatodeimderechodepropiedad sinсоп- trapartida. La toma de posesi6n по puede ejercerse sino por mediaci6n de ^σov, cuyas virtudes anulan las relaciones de «propiedad 23 Cfr٠ L. Gemet, 0p∙ ٥t/ p. 13. E. Cassin, L'Année sociologique। 1952, р. 219, piensa que los premios «estan en realidad consagrados porAquiles al héroe muerto… será del más allá de donde serán cogidos por el valor, la destreza ο la suerte de los concurrentes». Pero nada nos hace pensar que ei centro ten- ga aquí un val。r religioso. Sobre las significaciones religiosas, sobre su ŗela٠ ci6nconlos dem^s valores del centro, cfr. las observaciones deJ.-P. Vernant, «Geometrie et astronomie sphérique dans la preinière cosmologie grecque», ‫ئ‬ Pensée, ո.٥109,1963, p. 91yss. (= M.P., pp. 157-158). 24Cfr.".,xxm, 565. 25 Sobre el don, cfr. L. Gémet, «La notion mythique de la valeur en GrQce», ]0u1 de PsychoL, 1948, p. 430 y SSJ Droit etprédroit en Grèce ancienne, 3e série, 1948;949, Paris, 1951, p. 26 y SS; Μ. Mauss, Essai sur le don. Forme et raison de l'échange dans les sociétés archaïques, tomado de nuevo en Sociologie es Anthropologie, París, 1950, р. 145 y ss.; R. Maunier, Recherchessur les échanges rituels en Afrique du Nord, «L'Annie sociologique», Nouv. Série, t. Π, 1924♦ 1925, París, 1927, р. 11 y ss.; Μ. I. Finley, «Marriage, Sale and Gift in the Homeric World», Rev. int. droits de l'Antiquité, 3e série, п, 1955, ρρ. 167∙194. dao podemos establecer una equivalencia entre el centro y lo que es común, equivalencia que se encuentra confirmada por todob que nosotros, por otra parte, sabemos de μέσον٠18 Después de cada victoria, después de cada saqueo, el botín vuelve a dejarse en manos de aquel que representa a la colectividad.19 A travos deljefe de guerra, es el grupo mismo el que ejerce un derecho de fiscalización sobre las riquezas, derecho que conserva hasta el momento del reparto. Las modalidades no nos son directamente conocidas: por el discurso vehemente de Aquiles# sabemos sola- mente que «el rey distribuye poco, pero guarda mucho». Sin embargo, la escena de los juegos puede paliar a su vez este de- fecto de información, pues el reparto del botín y la aừibución de los premios en losjuegos parecen obedecer a un mismo mecanis- то institucional." Cada vez que Aquiles «pone en juego» un objeto de premio lo deposita Ες μ£οον; allí es donde 61 vencedor viene a cogerlo, propiamente hablando a «recogerlo». Uno de los gestos más ca- racterísticos de los juegos es, en efecto, la toma de posesi6n de los premios.21 Pero el carácter específico de esta adquisición no se muestra claramente sino en su oposiciGn a o⅛a forma de apro- piaci6n que la misma escena menciona repetidasveces: el recibir y, correlativamente, dar, el acto de «poner en la mano» (έν χεpσl ‫׳‬πθέναΌ٠22 (δέδασται)» (几,I, 124-125). Este texto prueba claramente cómo antes del δασμός, los bienes 5οηξυνήϊα. โร cừ. infraf рр٠ 96-97. 19 ỈL, IX, 328 y SS. Cfr. L. Gemet, op. cit, р. 15٠ 20 Cfr. L. Gernet, ор. rit, р. 16. .21 La aρr2hensi6n es designada a menudo por el verbo 0tε(pε1-v (Һре٠ө%ц άναείρειν) que posse «su valor concreto» (几,XXIII, 614,778,823,856,822), ဝ incluso por verbes como λαμβάνειν, απτεσθαι (273,511, 666) ο 臥£~ (613)• Es el gesto de Ajax: «él toma el buey salvaje» (779-781). L. Gemet, 0p∙ ci£" P∙ 11, observa que Dares hace exactamente el mismo gesto en los Juegos de honor de Anchises (E?2eid% Vf 380 y ss.), gesto del que F. de Visschèr, Etudes de droit romain, p. 353 y ss., ha destacado la significación. 22 Cfr٠ 2, XXIII, 624,537,565. L. Gemet, op. cit., р. 11, һа sido sobre la oposi- cióñ de ambos gustos: el del don y el de la toma de posesión (mar∏m∕se)∣
  • 6. MARCEE DETIENNE 144 personal» que existan entre Aquiles y su parte de χτήματα. De~ positados «en el centro», les bienes propios de Aquiles son, de alguna manera,puestos de nuevo en circulación;pasana ser «ob~ jetos comunes»/disponibles para una nueva apropiación perso- nal. Es, muy verosímilmente, el mismo procedimiento el que re‫״‬ gula el reparto del botín: cada objeg Smado por un guenero en elmomento del saqueo, es «puesto en comSi», es decừ, deposi- tado «en el centro». Es allí donde el hombre designado por la suerte26 —al igual que el vencedor designado por los dioses- vendra а «reggerlo» (&EÍpEiv, 0cv⅛εipειv) bajo la mirada de to- dos* El gesto de la aprehensión deterÉna el «derecho de propia- daa lutable»27 del que habla Aquiles. De esta puesta a disposición el canto XIX ofrece un notable ejemplo. Cuando Agamenón se retracta públicamente, cumdo contiesa que ha sido víctima de Error (λτη), ofrece a Aquiles SUS bienes, §u «parte en la еіессібп», pero los bienes no son en⅛ega- dds qe inano en mano: un procedimiento tal hasia qưe Aquiles quedase obligado ante Agamenón. Se recurre a una formalidad que Ulises propone con la competencia de un arbitro: «Que Ag≡non, protector de su pueblo, traiga SUS presentes е? medio de la asamblea» (οίσέτω ές μέσσην άγορήν)،28 Procedimiento que Ulisesjustificamediante una exigencia de publicidad que, enefec- to, es fundamental en este contextojurídico y en este medio gue- rgo: «De este modo, todos los aq1aeos podrán verb 8n SUS pro- pios ojos y tú tendrás, tú, el alma ⅛anquila>>.29 Pero hay otrarazón igual de imperiosa, y la continuaci6n del episodio la sugiere cla- famente. A la invitación de Agamenón, Ulises y los jóvenes %0Up0ι del campo aqueo se van a la tienda de Agamenón: «En- tonces, tanpronto dicho, tan pronto hecho. De la tienda traen los siete trípodes prometidos, veinte calderos ŗeşpbdecientes, doce 26Sin duda, laspartes dehonor eran cogidas antespor este ó aquel personaje importante. El resto era lo que se echaba a suertes. Aunque este procedi- Éento no haya sido atestiguado directamente;podemos creer que estaba enuso. 27「ル…ヤ巴 : 28 Π., XIX, 173 y ss. 791, XIX, 174. . _ … EL PROCESO DE SECULARIZACIÓN 145 30Π., XIX, 242y SS. Es aproximadamentela misma fóila dei canto XXIII, 704, mando Aquiles deposita los premios de bsjuegos. xR∙,x!x,277yss. 32 Ну 1,123. En la Odisea es donde se afirma muy claramente la oposición de ӀораьнсоуloprMado (!1,32; 1レ 44;砾 82; Μ 314; XX, 264-265,pasajescitadospor Chester G. Starr, The Ongıns ofGreek Civilizations Nueva York, 1961, р. 336). ‫لد‬ Hdt.∕ VII, 152. Encontramos la misma historia, sin alusión al μέσον, en los Dissoibgoi, Η, 18 Piels, F$$7, lĩ, p. 409,2yss.). Cfr٠ Heredas, & 90. En el curso de unproceso quele oponeaun armadorde granos que๒viဝlentad‫ه‬auna caballos, traen también sin dilacion siete mujeres diestras en las labores impecables y, en octavo lugar, a la bella Briseida. Ulises pesa un total de diez talentos de ero, después SE pone a la cabeza de losjóvenes aqueos y éstos, siguiendo sus pasos, traen los pre- sentes que depositan en medio de la asamblea» (%al τάμέν έν μέσση άγορη θέσαν).3٥ Tías el gran juramento de Aginón, que san- ciona solemnemente la reconcialiacxon con Aquiles; sacrificado el verraco, cuyo cadáver arroja Taltibio «al inmenso remolino del mar blanco», la asamblea se disoiv16. Es solamente entonces cuando «los magnálos Mbdones se apresuran en tomo a Ics presentes»: vienen a recogerlos al centro de la asambleas! allí donde Ulises y sus acompañantes los han depositado. Sobre es- tos objetos, convertidos en «propiedad com^n» porsu puesta Uq । ٠ ‫غل‬ 〇 ‫ر‬ ٧ ejercen el mismo derecho de toma de posesión que un vencedor sobreel premio puesto enjuego. El pecedimiento pre- conizadopor Ulises permite, pues/ recrear las condiciones de un reparto. Así se lleva a cabo la operaci6n que el mismo Aquiles parece evocar en el canto I/ ante las exigencias de Agamenón: «^Conviene que loshombres traigan de nuevo SUSbienes al mon- tons» (πaλՆ^λoғτa ‫ذ‬ ٦ ť‫غ‬πaγ‫اع‬pε‫ا‬v).32 AgỀenónno ha hecho un presente а Aquiles; ha vuelto а poner en ckctüarión los bienes que había acaparado. Paratoda una ⅛ad1c16n, poner ές।၊έσονζ es poner «encomin». «Todo lo que уо sé —escribe el alguna parte Heródoto—, es que si los hombres trajeran al centro sus desgracias domesticas (τά οΐχήια χαχά) para mtercembiarlas con las de SUS vecinos, des- pu^s de haber examinado bien las desgracias del otro, volvería cada imo a llevarse con alegría 1ο que hubiese traído».33 Se trate 二 쇠 二 꽠 亡 쓱 브 쏴 으 쐬 스 国 L t í l H 矚 醉 筵 , 総 卷 シ® 一 ㊞ 珊 ® 卷 ٩ ü ^ ^ ^ ^ i ^ S ä । ٠ i ^ ^ ^ ^ ^ । ! ^ ! ^ ! ‫؛‬ ^ ! ‫ت‬ ‫ه‬ ‫جق‬ ‫^ا‬ ^ ^ ‫^ا‬ ^ ^ ‫^ه‬ ^ ^ ‫ع‬ ‫ه‬ ^ ‫د‬ ‫هلق‬ ^ ‫ق‬ ‫هق‬ ^ ‫ح‬ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ။ ^‫^؟؟»؛؟‬ । ‫^؛‬ ^ ‫^؛‬ ‫؛‬ ^W AFm FG/;M ^EEkEr;Q:yyM ?ki5?TFF!!!^R!*aFøFkT|;kERm A^:K?W i^m p*^?"^W ^*i^*¥^?R*im ^H??^^k;ti?FEFQ?!£iH% ^';
  • 7. de SUS «hijas». Battaros declara que, si su adversario pide nuevas diligencias en el sumario para 2İ asunto, ya que la víctima es de origen servii (confrón- tese la introducci6n de J. Arbuthnot Naim y de L. Laloyz en la «Coll. Univ. France», Pans, 1928, pp. 47-48), él se ofrece ensulugar,acondiciÖn deque el precio del dģ sea depositado έν τcp μέσφ. Cfr. también Jen*/. Ecg‫״‬ VH, 26· 34 Plut., Deamorefraterno, р. 483 GE: a la muerte de un padre, Pìutarco reco- Éendaaloshijos abandonareluso∣ydisfrutedelosbienes encomto (χpησov № χal %E6V Uv μέσω χ^σθαι χοίνήν χαϊ άνέμητον άπάντων). Sobre este texto, véase Harry L. Le|zy, «Property Distribution by lot in Present-Day Greece», Trans. Proc. Amer. PhiloL Assoc, t. LXXXVH, 1956, pp. 42-50. 35 Luciano, Cronosolon, 19, t. HI, p. 312Jacobitz. Cfr. Arist.缶幻ねマ 602· Pero el sentido de la expresiónhapodido perdersebastante pronto, por ejemplo, en Еги., I0& 1284, donde χoιv6v hace doble empleo de έν μέσφ. 36;Z.,v11,383-384. 37 IL, VII, 417. Se encuentra el mismo procedimiento en otras asambleas mili■ tares. Cfr. Jen” Ciropedia, VIĪ, 5,46. En ။, 2,3, se trata también de un ές μέσον enrelaci6n conel χύχλοςχaτaχε‫ا‬μέvωv στρα‫׳‬π।ν.‫י‬ de dejar los bienes en indiviso" ο de ponerlos en común para proceder а un nuevo reparto,® aparece siempre la misma expíe- sión ές μέσον. A ⅛aves de las formas institucionales que est^n puestas en practica tanto en la entrega de premios como en el reparto del botin, los valores del centro se disciernen clarín- te: el centro es a la vez «lo que es común» y «1ο que es público». Conlos msmosvalores∕ la expresiónές μέσον aparece eno⅛os planos, pero siempre en el mismo contexto social. En las asam- bleas militares, el Uso de la palabía obedece a reglas desmidas que confieren a las deliberaciones de la Iliada una forma institucional muy acentuada. Tomar la palabra conlleva dos com- portamientos gestuales: avanzar hada el centro por una parte, y por otra, tomar el cetro en la mano. ¿El deseo es dirigirse a la asamblea? Laregla ES rigurosa: hay que dừigừse hacia el «|^σον»· Cuando Ideo, heraldo de los troyanos, se encami∏6 hacia las c6n” cavas naves y encontr6 allí a los Donaos, sirvientes de Ares, re- unidos en Asamblea cerca de la popa de la nave de Agamen6n, no tomó ia palabra hasta que se hubo detergido «en medio de ellos».3^ Cuando volvió a Ilión, dio cuenta de su gesti6n avan- zando hacia «el centra» de los trayanos y los dárdanoS/ reunidos en asamblea.37 La regla es valida para todo orador: cuando EL PROCESO DE SECULARIZACION 147 Tel6maco toma la palabra en la asamblea, da lugar а ia misma f6rmula: «se mantuvo de pie en el centro del Agora» и Зе μέση άγορτ[).38 Cuando algún personaje по sigue la regla, el poeta lo señala como una excepción. Se da este caso en el canto xıx, cuando a las palabras de reconciliación pronunciadas por Aquiles, Agamen6n responde «desde su sitio, sin dirigirse al centro de la asamblea».39 Una vez que el orador ha Uegado al centro de la asamblea, el heraldo le pone 2η las manos el cetro que le coıüıere la autoridadnecesaria para hablar.40 Las afinidades entre el cetro y el punto central son esenciales; en efecto, mucho más que una «emanacıon del poder re?]»,el cetro parece տհոեօ1123րՀ en esta costumbre, la sobernia impersonal del grupo. Ahorabien, hablar en el centro en las asamDleas militares, es hablar si по en nombre del grupo, si al menos de aquello que interesa al grupo COIRO tal: asuntos comunes, especialmente asuntos militares. Cuando 1el6maco da orden a sus voceadores de convocar en el Agora a los aqueos de Ítaca, el anciano Egipto, superEr en edad, se in- quietapor еПо: «.」Nuncahemostenido asambleani consejodesde el día en que nuestro divmo Ulises se embarc6 en SUS c6ncavas naves... Henos aquí convocados; ¿por quién?, ¿cuál es la urgen- ciar, ¿de la armada que retoma va a damos algunp de nuestros j6venes o superiores una firme nueva de la que tengan las primi- cias?, ¿es algún otro interés delpuebb (δήμιον) sobre el que quiera hablar y debatir?»/] Cuando Tel6macQ toma la palabra para re- pilcarle, SUS primeras palabras son para excusarse de no nablar y debatir sobre la armada o algún otro interés del grupo. Toda la escena muestra que hablar de sus asuntos personales a la asam- bica es algo ms61ito, incluso incongruente. El punto central don- de el orador se alza, cetro en mano es, pues, rigurosamente Һ0- . π,37yss ‫ا‬ ٠ ‫ن‬،‫ی‬ 38 39Л.,т,76-77. 40 ٠ ‫غا‬ Od., Πz 37 y ss., y las observaciones sobre el valor del cetro hechas por L. Gemet, Droit etprédroti, p. 9b. 4〔 Od., Π/ 28 y ss. Sobre la dedaración de Egipto y elproblema de la convoca・ aon de la asamblea, ɗr. R. MarHn, Recherches sur FAgomgrecqxe, р. 31 y si・ guiantes, donde reconoce un ejemplo de lo que A. Severyns (Homère, lepoète et son oeuvre^, Bruselas, 1946, pp. 23-26) llama «anacronismo compuesto». MARCEL DETIEİ 146 : : '? : … '· ? ” ; / y . « T - , 。 — … ٠ " ‫ر‬ ‫حت‬ 德 노 พ à 内 A 、 , W4.: : ほぎE 可? 呼キ家ボ ‫־‬ : : W 中ョ , 竺 常 皆 弟 ? 曲 ^ a Ề 出 蕊 卜 . ‫ع‬
  • 8. MARCEL DETIENNE EL PROCESO DE SECULARIZACION 149 248 44 L. Gemet, Droit es Société dans la Grèce ancienne, p. 1b. 45 Cuando Aquiles propone conceder el seg≡do premio aEumelos (几,XXIII, 539 y ss.), el público «aprueba» (έπα٦.νετν). Asimismo todos los pretendien∙ tes aprueban el discurso de Antinoo (0d., N, 673). 46 几,XV, 282-285. Cfr. Η. Jeanmaire, Couroi et Courèies, p. 42. πes colocados en este punto central son cosas comunes, ξυνή٦٠α: se oponen a los χτήματα/ que son objeto de una apropiación in- dividual; las palabras^que se pronuncian allí son del mismo tipo: conciernen а los intereses comunes. Punto com6m, el mesón es por eso mismo &lugar público por excelencia: por su situación geografica, es 5Ш0Ю de publicidad. Si lapalabra dichaές٦ιέσον 8ncieme а los intereses del grupo, se dirige necesariamente а todos los miembros de la asamblea. También el reparto del botín exige publicidad: cada гто va a tomar su parte bajo lamirada de todos. Segtoiaf6rmula de IJlises, «todos los aqueospuedenverb con sus ojos». Por otra parte, en el grupo de los guerreros, la pubhcidad juega en todos los planos, ilumina toda la escuna de los juegos: el resultado de las pruebas es proclamado solemne- mente^ ante la asamblea que toma acta de la sentencia y le con- fiere una verdadera eficacia jurídica.^ Las pruebas m⅛mas se desarrollan bajo la mirada de todos: la mayor parte de las justas tienen lugar ές μέσον y, cuando llega el momento de la carrera de carros, Aquiles manda al anciano Fénix cerca de la meta del campo de carreras con& tm de hacerrespetarfuera del círculo la publicidad de la prueba. En todos los planos, en los juegos, en el repaito del botín, en la asamblea, el centro es siempre a la vez lo que esta someüao a la mirada de todos y lo que pertenece a to- dos en común. Pubhcidad y puesta en comi&n son ios aspectos complementarios de la centralidad. Este contexto institucional y este marco mental permiten ex- traer los rasgos esenciales de la palabra-saiogo. Cuando en la Epopeya se quiere hacer el elogio de un joven guerrero, se dice de 61, al igual que a Toante en la Iliada: «Es experto en la lanza, valeroso en el cuerpo a cuerpo, y en la asamblea pocos aqueos le pueden cuando los jovenes guerreros discuten sus pareceres».* Buen artífice de hazafias, el guerrero consumado también sabe mólogodel centro en el que est^n depositados los premios de los juegosylos objetos del botín: éstos son los ξυνήτ-α, aquél es ya el χ0٦νόν o el ξυνόν.42 En los Argonautas, cuando Jas6n quiere re- cordar a SUS amigos que la expedición es ٦m asunto que concier- ne a todos, se expresa en los térỂos siguientes: «La empresa es comtin (guv" χρε!ώ) y los 8nsejosson commes (ξυνοίμΰθο!)»·43 Bien es verdad que la expresi6n aparede sólo en Apolonio de Rodas, pero es postulada por tcdo el contexto de las asambleas deliberativas en la Epopeya. 1 En eljuego de las diversas institucĸmes, asambleas delibera- tivas, reparto del botín, juegos berarıos, un dsmo modelo es- paciał se impone: un espacio circular y centrado, en el que ideal・ mehte, cadauno est3, mediante larelación conlos demWs, en una relaci6nreciprocay reversible. Desde la Epopeya, esta represen* taci6n del espacio es solidaria de dos nociones complementarias: la посібп de publicidad y la de comunidad. El mesón es el punto comSnatodos los hombres colocados en círculo. Todos los bie- 42 Ξυνόν es una noción política que desempeña un papel importante en los siglos VII y VI. En Từteo, IX, 15 y SS” puede leerse uno de sus mas antiguos empleos, que desarrolla la idea de un ξυνύν έσθλόν para la polis y el demos- Hdt" vu, 53, 21 bien común es el ξυνόν άγαθόν. Es un sin6ni1po de χοινόν para designar el Estado. Los filósofos harán de él gran uso: Dernócr. ар. Diels,FVS7,¾p.l95∕ 15; 203,13;205,I0;HeråcHto, ар. Diels, FVS7,1, р. 151, 2 y SS.; 169, 4; 174,1; 176, 4, etc. En un estudio sugestivo, intitulado «Zur Sociologie des archaischen Griechentums», Gymnasium, է. 65,1958, pp. 48∙ 58, В. Seriell hasostet|ido que la idea de una comunidad, de una ξυvωv{η, opuesta a un estatuto individual, tal у сото aparece, por ejemplp en Arquilcco de Par٠s (ử. 98,7, Lasseưe-B٠nnard), señalaba un vừaje decisivo con relación а Homero. Creo que pasajes emo el que yo estudio pueden limitar el alcancede las conclusiones de B. Snellz por lo menos llevar a dis‫״‬ tinguir, junto a una ruptura, líneas de ċontíņui‫ه‬ad.‫ت‬ Pe los «bienes comu- nes» del grupo militar de la epopeya al ξυνόν de los Нотоіог de Tứteo, по hay ruptura. Bajo ≡fo∣ compuesta, έπίξυνος, el mismo adjetivo califica g Hpo de tierra que es, insntestablemente, objeto de proRFdad colectiva (IZ., ΧΠ, 421ysig5ent^)٠Ch٠las observaciones deEd.WİH, «Aux origmes dúrégíme foncier grec. Homère, Hésiode et ľamére-pian mycénien». Rev. Ef. Anc.f է. UX∕ 1957, р. 6 y SS. 43 ApoL Rod., Argon.,ПІ, 173, ed. Η. Fränkel. ;J= W i ^ ⅛ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ l ^ ∣^ ^ ^ ^ ^ ∣W ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ! ^ ⅛ sii F 7 1 τ i!
  • 9. MARCEL DETIENNE 750 47 几,IX, 443. Cfr. Pínd./ Ì.y VIH, 8; Baqml.z XI, 89-91, ed. Snell6∙ 48 Enla sociedad griega dela epopeya,los ancianos (γέροντες) se oponen, sin embargo, a [0s jóvenes (νέοί, χoϋpo‫ر(أ‬ oposición que, en el plano de la pala- bra, quedasefialada porla dualidad del b0"My delágora: elprimero, consejo reservado a los ancianosy a los consejeros (μήδοντες)/ el segundo, asamblea plenaria de los hombres en armas (cfr. H. Jea≡akβ∕ op∣ cif” р. 14 y SS■)· 49 A. Aymard, «Sur]assembléemacédonienne». Reo. étanciennes, է- ロレ 1950, р. 127y SS. Enles estados arcaicos griegos, la asamblea delejercito es el susti- tuto permanente de los ciudadanos: Arist., P0L, IV, 10,1297 B (citado por A. Aymard, art.ゼレ р. 131). Sobre la reciprocidad de los āudadanos y de la armada, cfr. CL Mosse, Rev.et anciennes, 1953,pp・2%35,yl963, pp∙290-297. 50PoHbio,v,27,l;4;6. 51'lσηγopiηap. Hdt.,v,78(cfr. lσoχpa^azv, 92);٠Ισαγόρηςαρ٠Ηά70;٠,٧/66‫؛‬; 72; 74. Cfr. E. Laroche,Histoire đe la racine NEM- engrec ancien, Paris, 1949, p. 186. 52Filodemo, Περί του χαθΌμηρον άγαθοΰ βα<πλέω، fr. 19# 14√Iσηγ□piav ٥ έχοντες... [χα١. έν] τοας σύνουσίάς χα! τοΐς φL1δ1]τ!o!ς..∙[ decir correctamente sus ophüones.47 Uno de los privilegios del hombre de guerra es su derecho de palabra. La palabra ya no es aquí el privileg de un hombre excepcional, dotado de poderes religiosos. Las asambleas están abiertas a los guerreros," a todos aquellos que ejercen plenamente el oficio de las armas. Esta son- daridadentrelafirnciónguenerayel derecho de palabra/ atesti- guada en ]a Epopeya, se ve confirmada tanto en las costumbres de las ciudades griegas arcaicas, donde la asamblea del ejercito es el sustituto permanente del pueblo como, por ejemplo, en las costumbres conservadoras de la asamblea maced6nicd,49 Costum- bres particularmente valiosas, pues aclaran un aspecto esencial de la palabra en los medios guerreros. Cuando Polibio quiere hablar del privilegio de la palabra délos guerreros macedoiucos, habla de su igualdad de verbo, de su Ισηγορία।50 Emplea, pues, una palabra del vocabulario político que en las bzsf0"ws de Heródoto51 ofrece las mayores afinidades con la Ισοχραπα o la Ισονομία. Pero٦es también la Ésma palabra que Filodemo em⅝ plea espontáneamente cuando quiere especificar los privilegios de los compẳros de la Epopeya, tanto en las reunionesamu- nes coino en los banquetes colectivos." Tarmino anacrónico, sin duda, pero que traducealaperfeccibnunrasgo fundamentalde EL PROCESO DE SECULARIZACION 151 53 Las comidas del kos son «comidas a partes iguales», en las que ninguna presencia prevalece dontra el principio de igua3ad. Cfr٠ Л./ VII, 320; Ն 4§8; Ođ; XIX, 425; ѴІП, 98; Пӌ їх, 225, y las observaciones de Atenea, р. 12 c., ed. A.M. Desrousseaux. Sobre la comensalidad homerica, cư. Η. jeanmaire, Couroi ef Coureies, uåe, 1939, р. 85 y ՏՏ.Հ que compara estas comidas en co- m3 a los banqueteS (szsifSs) d6ricos. Χ Scnuithess ha reunido muchos hechos en su.artículo «Нотоіоі», R.-E., 1913, с. 2252у ss., si bienпо señala, por ejemplo, el momento enque Aquiles se dice el homoios de Agamenón (Ո” XVI, 53 y ss.). Se podrían distinguir así tres niveles de homoioi: ‫ل‬) los guerreros profesionales de la epopeya; 2) los hippobotes, 16s hippies oligárquicos; 3) los ciudadanos del siglo VI (según la declaración de Maiandrios. Cfr. infraf ρ٠ 100). 55 ữr٠ 0i, π,30⅛32,yπ,42-44. la relación social que une al guerrero con el guerrero: la igualdad/ igualdad que caracteriza a la institución militar de los «banque- tes iguales» (oatq έίση)53 donde se reúnen los hombres del laos, como caracteriza también a las asambleas guerreras en las que cada uno dispone de un mismo derecho de palabra. A partir de la Epopeya, el grupo de los guerreros tiende a definirse como el de los semejantes (るロ01。り产 En las asambleas guerreras, la palabra es un bien común, un χοινόν depositado «enelcent3>.Cada uno se apodera de ella por tumo con el acuerdo de sus iguales: de pie, en el centro de la asam- blea, el orador se halla a Igual distancia de aquellos que le escu- chan, y cada uno se encuentra mediante su relación con él, al menos idealmente, en una situación de igualdad y reciprocidad. Palabra-dialogo/de carácter igualitario, el verbo de los gue- ггеноѕ pertenece tambi^naun tipo secularizado. Seinscribe enel tiempo de los hombres. No es una palabra mágico-religiosa que 81ncιda con la acción que instituye en un mundo de fuerzas y de potencias: por el contrario, es una palabra, que precede a la acción huma∏az que es su complemento indispensable. Antes de llevar a cabo una empresa, los aqueos Se reimen para deliberar; cuando los Argonautas preparan una etapa de su expedición no dejan nunca de pedirse consejo unos a otros. De entrada, este tipo de palabra está inscrito en el tiempo de los hombres por su objeto mismo: conéieme directamente alos asuntos del grupo;a los que interesan a cada uno en su relación con los demás.55 I ■ < : 《 :& 사낼:드宀 ; ヤ キ ¥ ギ ぬ % ^ 淞 鹹 ။ เ ။ ٦ ٠ ‫م‬ ‫ب‬ . ▼ | ။ ;¥ ‫ئ‬ バ£ บ ] ; [£ ; ; 展 的 ; ,ホ ‫^¡־‬:¡^ ٢ lk ٢ i٦ ، ՝ ‫׳‬ ‫״‬ : ; Ì Î ٣ ‫׳‬ í ‫׳‬ ٢ Î ™ r l- ।k T - ií ، ٦ ^ r í ‫״‬ ، L 7t ‫؛‬ r í ‫؛‬ i 3 ; ٣ . : .
  • 10. EL PROCESO DE SECULARIZACîÓN MARCEL DETIENNE 152 İ53 Instrumento de dialogo, este tipo de palabra no obtiene ya su eficacia de la puesta enjuego de fuerzas religiosas que trascien- denaloshombres. Se funda esencialmente en 61 acuerdo del gru- po social que se manifiesta mediante ỉa aprobación y la desaprobación٠56 Será en las asambleas militares donde, por pri- mera vez, la partịcipaciGn del grupo militar funde el valor de una palabra. Serấ allí donde se prepare el futuro estatuto de la palabra jurídica o de la palabra fil?s6fica, de la palabra que se somete a la «publicidad» y que obtiene su fuerza del asentinuen- todeungruposociaL‫״‬ ; En este mismo ambiente hacen su араіісібп nociones como: Pársoros, OarrsEs, Paraiphs/ que dibujan el campo de la per- suasidn. Aquel que sabe decir biensu parecer, sabe hacerse escu- char; conoce las palabras que ganan el asentimiento, que hacen ¿:◎der los corazones, que entravan la adhesi6n¥ En el vocabula- rio һотбНсо, PamzpHasis (que es buena о mala сото la Peiihő) ‫״‬designala persuasi6n que nace de la frecuentaci6n;59 Одпѕѓиѕ, la influencia recíproca que engendra el comercio íntimo de la са- inaradería,60 mientras que Parégoros califica la palabra alentado- ra que exhorta al comparsero de armas.61 Pero en el plan mitico. 56 Cfr. OÍ, IC. 673, y 〃.,XXIII, 539 y SS. L. Gernet, Droit es société dans la Grèce ancieme, Paris, 1955, p. 16 y ss.∕ ha insistido sobre el papel de esta eficacia cuasijtódica en la proclamación del resultado de los juegos y la atribución de los premios a bs vencedores. 57En«Droit etprédroit», (L'Annéesociologique, 3esérie, 1948-1949, ۶^1951 ‫ر‬, p. lil), L. Gemet ha mostrado de sobra cómo la eficacia de la palabra cede su lugar а modos racionales: en el derecho а la voluntad colectiva, á la rati- ficad6n del grupo social; en la filosofía, a los procedures racionalesz a las pruebas verificables. 58Cfr. F. Sol∑nsen, «The"Gưt‫״‬ ofSpeechinHomerand Hesiod», Tr٥hs.Amer. PhiloL Assσc,, vol. LXXXV, 1954, pp. 1-15. Sobre la|irnpprtancia de Βθώ en la epopeya, véase Ebeling, Lexicon homericum, s.v. 59 n., XI, 793. Ơr. Hesiquio, s.s παραίφα<πς٠ άπολογία, πaρaλoγ‫ا‬σμóς, παραμυθία, συμβoυλiaj παρηγορία,πειθώ, παραίνεσιςή άπά^,Eust.,979, 34: πε^θίΰέξ όμ!λίας. Tirteo, fr. 9,19 ΙΑ, muestra la importancia del estímulo enelmedio∣tar (θαρσύη! δ ^πεσιv τύν πληένάνδρα παρεστώς). S0- bre παραίφασνς, cfr. supra, ρ. 74. 6° Cir. Л٠, ΧΙΠ, 291 (όαριστυς προμάχων); Odư XIX/179; Hes., Trab., 789, etc. 허 paMgoros está emparentada con Πάρφασις γ٠0αρ၊στυς figuraba en un estas ừes nociones son las potencias religiosas que forman parte del cortejo de Afrodita y especifican la omnipotencia de ٠62‫قطحم‬ En las asambleas Ểitares, la palabra es ya un instrumento de dominación sobre el otro, una primera forma de la «retórica». En los medios guerreros funciona, pues, muy pronto, un tipo de palabra que concieme al hombre, sus problemas, sus activida- des, sus relaciones con los demás. La clase guerrera, grupo social cerrado en sí mismo, desem- boca# en el devedr de la sociedad griega, en la institución más nu?va, más decisiva: la ciudad, como sistema de instituciones y сөт٥ arquitectura espiritual. En el medio de los guerreros prose- sionales se esbozan determinadas concepciones Esenciales del primer pensamiento político de los griegos: el ideal de IsMømh, representación de un espacio centrado y simétrico/ distinción entre intereses personales e intereses electivos. A la muerte de Folícrates de Samos, Maiandrios, su sucesor, hace una profesi6n pública cuyos términos armonizan con el pensamiento político de finales del siglo Vĩ: «Policrates по tenía ті apebaci6n cuando rebaba com。口끄 despota sobre los hombres que eran sus seme֊ jantes (0μoiωv),yning⅛ otro la tendré si actúa de la misma for- ma* Ahora bien, Policrates ha seguido su destino, y yo deposito el poder eneZ centro (έγώδέ ές μέσον τήν άρχήν πθε(ς)yprocla- m° paravosotros ỉãlsonomía».63 SemejanzaFcentralidad/ ausen- cia de dominación unívoca: trestérminos que resume el concep- templo de Afrodita con ၊〇, Erosf Himéros, Porhơs G⊃aus.∕ レ 43, 6); en un vaso ático de figura roja {Arch∙ Іеііӌ 1896р. 36y ss,), sahn creído encontrar- ‫؛؛‬j‫؟‬nt٥aPÉ (àG٠ Herzog-Hauser, 5R. Pbdgoros, R∙E [1949], c. 1454). ‫ج‬ las Aτg0"^Hi8s (レ 479 У Ss), ApoL Rod. habla de los μύθο!‫״‬, παρήγοροι 016 περ &gp варобѵоі εταρον (cfr.叫 1347 y ss). 62 Sobre las formas de prerret6rica en la epopeya, véanse los hechos re* dd0s P°rE∙ Buchholz‫׳‬ en Die homerischen Realien, ш, 2, Leipzig, 1885, р.ユ68 уѕѕ. ٥Hdt., 111142 ‫ر‬. *Sobreel tema deògoîoçysusrelaciones conÍDoq véase R H-"L 丁力而ス, Dike, und Ver3mdtes, Leipzig, 1907, p. 234 y ss., у las observaciones de Լ. ?၊[/RecherâiessuriedéOeloppemenidelapenséèjuridiaueetmoraleenGrècef Paris,1917,p.457yss. ^ |Տ |Ս ^ ^ ^ ٠ ≡ ⅞ l^ ^ ^ ^ ^ ι^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ l≈ ^ ^ ^ ^ ^ ^ R ^ ^ ≡ !⅞
  • 11. EL PROCESO DE SECULARIZACION MARCEL DETIENNE 155 154 to de ム。程0?加%65 tres términos que dibujan la imagen de≡mun- do humano donde «aquellos que participan en la vida pública lo hacen a título de iguales»¥ En la mediaa en que el ideal de Isonomía va revelándose, desde el momento de su aparición/ soli- 67 Cfr. E Lobel y D. Page, Poetarum lesbiorumfra^ntat O⅛rd, 1955, fr. 129, pp. 176-177. ‫قه‬ L. Robert, «Recherches épigraphiques, v, Inscriptions de Lesbos», Reu. ét. апСӌ է. LX∏, 1960, р. 300 У SS. Parece darse una relación necesaria entre la expresión «política» ές μέσον y el nombre de un santuario que goza de tal situación geografica abarcando tales funciones. Conira, Picard, Rev. Arch,, 1962, t. II, рр. 43-69. dario de las representaciones de semejanzay de centralidad, está virtualmente presente en las instituciones y los comportamientos característicos del grupo de los guerreros. Juegos funerarios, reparto delbotín, asambleas deliberativas^ en tanto que instituciones que forman un plano de pensamiento prepolítico. El espacio circular y simétrico que transmiten estas instituciones eneuentr* su expresión puramente política en el espacio social de la ciudad, centrado en ei Ágora. ЕІ poema de Alceo, que data del sigio VH, nos ha permitido llegar a conocer la existencia de un «gran santuario», calificado de ξ5‫؟‬νον;67 santua- rio federal, «común a todoslos lesbios», que Louis Robert^ iden- tifica precisamente con el santuario que nos dan a conocer dos inscripciones delsimoΠ a. de C.,yque tiene elnombre deΜέσσον, nombre antiguo del lugar de la actual Mesa, excavado por R. Koldewey: nombre de lugar que traduce perfectamente la posi- ción geográfica del templo, ya que—como escribe LouisRobeił- «esta situado hacia el centro de la isla, cercano al fondo del gran golfodeKaloniaquupenetraenelintBHÍGrde-Lesboscoinopara cortar a la isla en dos...». Estos hechos nos hacen suponer que el nombre del lugar no es sino una fomca obtenida de la expresión ές μέσον, que puede aplicarse perfectmente a esas reuniones y deliberaciones, en el curso de las sales todos los lesbios se re- unían en el centro de la isla para tratar de sus asuntos comunes. DesdeelsigloVII, la soluciónpolítica delos lesbiosprefíguraaque֊ 11a que Tales debía proponer a los jonios, un siglo m^s tarde, cuando en la asamblea genera] del Рдш٠пѓоп, «aconsejo crear un único bouleterion que estaría en Teos que, a su vez, se encontraba en 61 centro de Jörua; las otras ciudades по dejaran por ello de estar más habitadas y tendrían la misma sıtuacıonque si fueran 65 La palabra y el concepto de tGQVoy(a plantean varios problemas. En pri- mer lugai, 1а cuestión de la etimologia: Ισονομία puede derivar de νόμος, у quiere decir igualdad ante la ley, lo qu, по significa: igualdad politica. Si deriva de vdμwιv, como la mayorparte de 10s comentadores piensan puede significar un igual reparto de las partes materiales ο ae los derechos politi~ COS (es el sentido conservado por ђ. Laroche: reparto igual). Sl se ⅛ata de igualdad política, hay que observar, junto con bd. Will, Korinthiaka, Paris, 1955,p. 618 (del quenosotrosseguimoselexcelente «estado del problema$>), que el «elemento iso- по implica ob!igatoriamente là igualdad absoluta». Hay lugar para todos los matices de la igualdad. Pero este tipo de indaga- ción, bastante estéril, sobre la etimología atomista, diacr6nica, que sueña 8n alcanzar el Ur-Bedeutung puede ser sustituido por la investigación de una etimología,llamadaestática, según!a definieióncieVendryes (BSL,1953). Se trata, Dor esta vez, de una etimologia sintetica y sincrónica. El método es el siguiente: intentar defüur el lugar de cada palabra en ei espíritu, C1ΓC≡- cribiendo su significado y empleo. Es por la puesta en pie y examen de to- dos los 8ntextos en que esa palabra ugura сото podremos esperar hacer- nos de ella una idea aproximada. En este momento se plantea la naturaleza de Ισονομίαen los diferentes contextos. Trag Ios estudios de V. Ehrenbergy otaS/ P. Lévêque y P. VidaLNaquet han distinguía。algunos aspectos de la ισovoμiaafinales del siglo VI: 1) se definanegativamenteporsuoposiríóna la tíг๗a٠ 2) en deterģados empleos, la ισονομία aparece! como un valor aristocrático. La bibliografía es densa: V. Ehrenberg, Die Rechtsidee înfrühen Griechentum, Leipzig, 1921; «Isonomıa»/ R.-E. SuppL:vi1/ 1940/ c. 293 y ss., Aspects ofthe Ancient World, Oxford, 1946, capítulo 1v; Origins ofDemocracy, Historia, 2950, p. 515 y SS.; «DasHarmodioslied», Wiener 5f*die& 1956, p. 57 y ss.; G١ Vlastos, «Isonomia»/ Amer. Journ. PhiloL∕ 1953, pp. 337-366; J. A. ๐. Larsen, Cleisthenes and the Development ofDemocracy, «Mélanges Sabine», Ithaca, 1948, pp. 6-16; Τ. A. Sinclau, Histoire de la pensée politique grecque (tr. fr.)/ París, 2943, p. 39 y ss.;E. Laroche, Histoirede la racineNEM-en grecancien, Paris, 1949, p. 186 y ss.; Ed. Wiiu Конукіака, París 1955, р: 618 y ss.; Ch. Mugler, «Ľisonomie des atomistes»,Rev. PhiloL, է. XXX, 1956, р. 231 ySS.;J「Р. Yτmant, Les engines debpensEegrecqg ٠ Ρaτis, 105Z?pp.5ZT3;Y、S^qye y P. Vidal~Naquet, Clisthène VAthénien, París 2964, pp. 24~32; င. Vlastos, en JsømMaAkademie-Verla& Berlin, 1963, pp.]~35. 66Segúnla prudente fórmula de P. LevêqueуР. Vidal-Naquet, ор. cit” pági- па 31.
  • 12. EL PROCESO DE SECULARIZACIÓN MARCEL DETIENNE 257 256 69Hdt, Ỉ, 170. Cfr. J.-P. Vernant, Les Origines de Za pensée grecque, Paiís, 1962, p. 124yP.LévêqueyP.Vidal-Naquet,CZîsrhèneZ٠A‫؛‬henien, På/1964,p. 66yss. 70 Cfr. Р. Lévêque y P. Vid^-Naquet, ‫ק‬ ٥ . cit., р. 66. ね Hdt., VH, 8; 1,207; HI, 80. En VH, 8, la expresión ■пѲпцг τ0 πpηΥμa ές μέσον se Opone а ίδιοβουλέειν, «aconsejarse s61o de sí mismo». La expresión es tam- bi^nempleadaaveces sinvalor político (Hdt., vι, 129, VIII, 74)‫ف‬ Μέσον parece tener en ese contexto valores pr6ximos a los de xoivóv: Hdt., ѴШ, 58, habla de %0ιvbv πpnτμa. Sí se llega a un acuerdo, se nabla de χo!vω λόγω %PQO&REV010,166; II, 30). Tờ %0ιv6v es la ciudad, el Estado (i, 67; v, 85; VĨ/14; VIH, 135; IX, 117; Ш, 156; v, 109), aunque tambiénes el tesoro psbhco (vi, 58; VII, 144; IX, 85) o simplemente el interés general (ni, 82; 84). Sobre %0ιv6v, cfr. Busolt∙Swoboda, Griechische Staatskund^, І y π, 1920-1925, passim (Index, II, s.g.χ0ιy6v). 〃Hdt.,ıv,97・ ^Hdt.,m,83. 74Hdt., IV, 118;VIH, 21,73; III,83. Salirdel μέαον es condenarse a t3ιo0ouλfeιv (V11,8). demos>>.69 Teos, cen⅛o geoinétóco delm≡dojθnicθ∕ se transfor­ maria así enel «hogar común» de la ciudad, su centro pontico, el : lugar de los «asuntos comunes», el ξυνόν. Tees ocuparía enton­ ces la misma situación que la «ciudad» en la Atenas cHstepiana, en la Atenas «isonbmica» del siglo VỈ." Desde la epopeya hasta estas formas de pensamiento político no hay soiucion de conti­ nuidad, solamente el paso de un plano prepolítico a un plano 」 específicamente político. Es, en definitiva/ en las deliberaciones de la clase guerrera - donde seforjala oposiag capital eh el vocabulario de las asam- Dleas políticas, entre los intereses colectivos y los rntereses per­ sonales. Poner a discusión la conducta a seguii se dice en griego mediante la egresión«depositarel asunto enelcentro» (ές^σον y προ‫׳‬πθένα٦ O %атааЄЄѵаі O ‫׳‬песѵаі tb πpηiμa).∏ Como el po~ Q der, el asunto que se ha de debatir, el tema que concierne a los ; intereses del grupo se deposita «en el centro». ∙MW5 precisamene te, expjgşar su parecer en una asamblea política, es «llevar su parecer al centro» (φέρειν γνώμην ές μιέσον)72。《decir en el cen- Է0» (λέγε!νέςμέσον).73 Alaexpresión «hablareneicentro» (λέγε٦٠ν ές μέσον) corresponde la expresi6n simétrica «retirarse del cen~ tro» (έχ μέσον χατήενος).74 Una vez fuera del centro, del meson, ٠ el orador vuelve a ser un ciudadano privado. Todas estas expre­ siones definen un espaciopolítico del que medimos la importan­ cia en el pensamienS griego mediante laantigua fórmula que el heraldo pronuncia al comienzo de una asamblea, cuando invita atodoslosciudadahøsaofrecersuspareceresala ciudad: «zQui&ı quiere Uevar al centro un prudente parecer para su dudad?» (τίς θέ^πόλει χρηστόν τι βού^υ^ ές μέσον фёрггу^ӕу).75 Separan­ do clạrinte lo publico de lo privado, oponiendo la palabra que concieme a los intereses del grupo y la que guarda relaci6n con los asuntos privados, el pensamiento político prolonga una distincigfimdamentalenlas deliberaciones delosguerretospro- fesionales. En estas asambleas igualitarias se preparan ]as sutu­ ras asambleas políticas de Grecia. En este mismo medio sgcial se ; va elaborando también la pareja раїаьга-ассібп'б que peỂtưá distinguir mejor el plano del discurso y el plano de lo real. La palabra-dialogo con sus rasgos específicos, continua sien­ do а pesar de todo, en el grupo de los guerreros profesionales, un ρrivileg⅛, el privilegio de los «mejores», de los άριστοι del 75 Eur., S〃pL, 438-439. Tras un celebre elogio de la igualdad, Teseo dedara con orgullo al heraldo de Tebas: «En cuanto а 1a libertad, está en estas pala­ bras: el que quiera…》. La fórmula aparece de nuevo en Orestes, 885, de una forma mas breve que nosotros conocemos también por Démost, Pro corona, 170; Aııstof, Acarn., 45; Äsamb. mujeres, 130; Esquino, Contra Ctésiphon, 3. Sobreeste derechodeισηγopia,cfr., por ejemplo, Busolt-Swoboda, Griechische Staatskunde3, Munich, 1,1920, p. 453. 76 Sobre el esquema «palabra-ассібп» en la epopeya, cfr. E. Buchholz, Die Homerischen Realienrш, 2, Leipzig, 1885,р. ]20 y SS. CL Ra।oux/ Hèradite0以 l'homme entre les choses et les mots, 1959, pp. 51-57; 293-297, ha mostrado su importanciaenel siglo VI, enunmomento enque lapalabrase descubrepor su oposic16n a la ассібп (cfr. también el anàlisis de F. Hemmann, Nomos und Physis, Basilea, 1945, р. 46 y ss.). La oposici6n dela palabra y la ассібп es un tema constante en el pensamiento político de los griegos; por ejemplo, Petagoras se jacta de enseñar a cada uno, en lo que endeme а las cosas de la ciudad, el talento para guiarlas а la perfecci6n en los actos y en las pala~ bras (Plat., Prot, 318 E-319 A. Cfr. Тис., 1,139, 4; Jenof., An., ∏1,1, 45). La distinci6n prolonga el tema aristocrático del «hombre excelente en el com­ bate como en el consejo» (cfr. Pind., Nem.f VIII, 8), «capaz de pronunciar dis­ cursos (μύθων τε βητ∏p*..,) y capaz de llevar а cabo las hazafias (πpηχτηpa τε έρ^ν)» (cfr. 〃., їх, 443% ٠ โ ٦ ، โ โ ٦٦ H ≡ χ ! ≡ ^ ^ ^ ≡ B ^ i ^ ! g i ^ S g ≡ g ≡ S ≡ ^ ^ i ≡ H H S s ^ ^ ι r S j
  • 13. EL PROCESO DE SECULARIZACION 159 de se opera, en el curso de los siglo VII y VI/ un proceso de secularización de las formas de pensamiento. Enla vida social se 8nstruyen a la vez el marco conceptual y las tédcas mentales ∙ que favorecerán el advenimiento del pensamiento racional. En este marco general, donde lo social y lo mental se inter- fieren constantemente, se opera la secularización de la palabra. Se efectúa a diferentes niveles: a través de la elaboraci6n de la ret6rica y la filosofía, y también a travos de la del derecho y la historia. Respecto a la problemática de la palabra en el pensamiento griego, este fenomeno tiene una doble consecuencia: por una parte, consagra el deterioro de la palabra mágico-religiosa, s٠li٠ daria del antiguo sistema de pensamiento; por otra, determina el advenimiento de un mundo autónomo de la palabra y de una reflexión sobre el lenguaje smo instrumento. La decadencia de la palabra mágico-religiosa coincide señaladamente con un momento privilegiado de la historia del derecho.77 E] prederecho ofrece un estado de pensamento en el que las palabras y los gestos eficaces dirigen el desarrollo de to- das las operaciones. Eneste nivel, la adm⅛istraci6n de la prueba no se dirige a un juez que deba valorar, srno a un adversario al que S2trata de vencer. Nohay testigos que proporcionenlasprue~ bas. Todos los procedimientos son ordRHcos. Estos determinan mecánicamente lo «verdadero»z y la función deljuez consiste en ratificar las «pruebas decisorias».% El advenimiento de la ciudad griega señala el fin de este sistema: es el momento que Atenea evoca declarando a las Eumemdes durante el proceso de Orestes: «Digo que las cosas no justas no triunfan con los juramentos». Palabra decisiva que el coro de ciudadanos prolonga con las si- guientus: «Entonces, haz tu indagaci6ny pronuncia el juicio rec- 77 Cfr. Gemet «Droit et prédroit», pp. 110-1:19, y CL Ra≡ou×∕ La Nuit 風 les enfants de la №íř, ?31959 ‫ر‬ 3 ‫ل‬ ٢ , р. 145 y SS. 78 Seguimos el anàlisis de L. Gemet, op, cit., р. 98 y SS. Se encontraran análisis más detallados y Pdas las referencias en L. Gemet, «Le temps dans les for- mes archafques du droit», J。〃m. Psychoi, 1956, p. 387 y SS. Cfr. también င. Sautel, «Les preuves dans le droit grec archaïque», Recueils de la Société jean Bodin, t. XVI, La Preuve, Bruselas, 1965, pp. 128~130. MARCEL DETIENNE 158 76a ỈL, XIII, 128429, y XV, 295-296 (ճp‫ا‬στ0Ն distinguidos de πληθύς). 76bH.Jeanma⅛e, Couroi es Courềres, p. 45. Iaos. A esta élite se opone la «masa»,76a el demos, que designa la cừcunscripción territorial, y ademas el conjunto de gente que la habita. El demos «no ordena, по juzga, по delibera… todavía по es ni el pueblo, пі el Estado>>.76b El hombre del demos. Tersites, y la manera conque Ulises lo trata, señala IOS límites dela palabra igualitaria. Cuando Tersites eleva la voz, Ulises no intenta соп- vencerle con palabras, le golpea con el cetro. Tersites 6S el villa- no. No t⅛ne el derecho de habla!‫־‬, porqueno es combatiente. Para que pueda tomar parte en el dialogo, para que la frontera que se alza entre el laos y el demos desaparezca, se hara necesaria una transformaci6n mayor: la extensión de los privilegios del gue- nero a todos los miembros de un grupo social más amplio. Es la falange, la Crmaci6n hoplita en la que cada embatiente ocupa un lugar enla fila, en la que cada ciudadano-soldado es concebi- de como unidad intereambiable, lo que permite la demouatiza- ción de la función guerrera y solidariamente, la adquisición, por paite de un grapo de «escogidos>>, de un mayor número de pri، vilegios políticos hastaentonces reservados aia aiistocracia. Fun- dándose en progresos tecnol6gicos, la reforma hoplita no se lie- va a cabo solamente en.el orden técnico, es también, a la vez, producto y agente de nuevas estructuras mentales, las mismas que dibujan el modøo de la ciudad griega. Reforma hoplita y nacimiento de la ciudad griega, ambas en sí mismas, en su soli- daridad, no pueden separarse de la más decisiva mutaci6n inte- lectual para el pensamiento griego: la construcci6n de un siste- madu pensamiento racional que señalalamanifiestaruptura con el antiguo pensamiento religioso, de carácter general, en el que una misma forma de expresi6n abarcaba diferentes tipos de ex- perienda. Numerosas investigaciones han mostrado —en parti- cularlas deLouis GemetyJ.-P.Vemant—que el paso deldtoa la raz6n no fue el milagro aceptado por J. Bumet, ni tampoco la decantación progresiva de un pensamiento mítico en una conceptualización filosófica, reconocida por E-M. Comford: en las prácticas institucionales de tipo político yjurídico es en don- ‫יי‬ 휴:理^ 많懿쒂렯麻:형:看:녁빼쟈여 —
  • 14. EL PROCESO DE SECULARIZACION MARCEL DETIENNE 161 160 «suplicantes», el rey recurre a la persuasión como cualquier ora- dor، Ya по habla de lo elevado de su ńmción; pronuncia un dis- curso ante una asamblea donde el voto reside en la mayoría٠83 Su antiguo privilegio se transforma en el de las decisiones colecti- vas: «Así ha decidig。(χραινεί) sobre ello un voto unánime emi- tido por la ciudad».* El pueblo es el que da los decretos decisorios (π<xvτελτf |ψηφίσματα), el conjunto de los ciudadanos «realiza» (χραίνε ٦ ) ٠ Las antiguas nociones de τέλος y de χραίνειν no son más que metaforas: La eficacia mágico-religiosa se ha converti- do en la ratificación del grupo social.85 Es el acta de deceso de la palabra eficaz. Desde ahora en adelante lapalabra-dialogo la aventajara. Con el advenimiento de la ciudad, pasa a ocupar el primer puesto. Es ; el «itíl político por excelencia»,% instrumento privilegiado de las relaciones sociales. Por ella los hombres obran en el seno dr ka asambleas, por ella gobieman, ejercensu denKnio sobre el otro.87 &Esq., S〃pL, 604. 84 Esq., SupL, 942-943: τοιάδε δημόπραχτοςέχ πόλεωςμ{α٦।٢ΐ١φ〇ςχέχρανταί. CoỂóntese 96965‫ب‬: ώνπερ ήδε χραίνεται٦1/τ1φος٠ 85 Esq., Supl., 601: παντελή |ψηφίσματα. 36 СЃГ- J.-P. Vernant, íes origines de la pensée grecquer Paris, 1962, p. 40. 87 Toda una parte de la argumentación del Elogio de Helena de Gorgias est§ constriuda sobre una relación «violencia-persuasión>>: según Platón, FZ∕⅛, p. 58 A-B, que refiere una palabra de Gorgias, la potencia del logos sobre el alma a la que persuade es claramente la del maestro sobre el esclavo, con la diferencia de que el alma està reducida a la esclavitud porla misteriosa соас- ci6n ejercida sobre su consentimientoynọ por la fuerza (cfr٠ A. DièS/Autour de Platon,し París, 1927, p. 120). Sobre este punto, Critias (109 b-c) merece ser citado: «(tras el reparto de la tierra entre los dioses) se establecieron (los dioses) en SUS regiones respectivas y, una vez que se hubieron establecido, semejantes a pastores al ciudad。de SUS rebasaos, eran cebadores para noso・ tros, que somos propiedad suya y su ganado; no obstante esta diferencia de que no utilizaban sus cuerpos para violentar los de SUS animales, a la mane- ra de los pastores que golpean cuando los llevan a pastar; por el con⅛ariθ∕ ellos se elocaban en la popa, por donde mejor se deja un animal dar la vuelta (εΰστροφον), para dirigír la marcha, usando ia persuasión, según SUS propios designios, como un tim6n para poner la mano en su alma, y lleven- dolos de tai forma, gobemaban, como se gobiemaa un navío, la totalidad de los seres mortales» (trad. L. Robin en la Coì. La Pléiade, t. π, París, 1950, p. to».79 Los juramentos que decidían mediante la fuerza religiosa ceden su lugarala discusiónque permiteala raz6ndar SUS r^zo- ոցՏհ ofreciendo asi al juez la ocasión de construirse una opinión después de haber oído el pro y el contra،80 Triunfa el diálogo· Pero, al Ésmo tiempo, la antigua palabra deja de tener bpor‫־‬ tancia. Las Suplicantes de Esquilo nos lo muesträn claramente: cuando el cora celebra a Pelasgos, rey de Argos, le canta: «Es tuya la ciudad, es tuyo el consejo; jefe de pleno dominio, eres el señor del altar, hogar común de la ciudad»،81 Pero el rey rehusa el homenaje de g coro que le ofrece la máscara de su antiguo prestito. Él se dice servidor del pueblo: «Cualquiera que sea mi pode,nada puedo hacer sin el pueblo».82 Para defender a la§ 79 Esq. Eum., 432~433. 80 Desde este punto de vista, dos versos atribuidos a Hesiodo (?), son del más alto interesψηδfe δiχηv διχ&Ε¢ πplv &y άμφοτν μύθον &%O$EG (Hes” fr. 271 [àbíWm],ed. Rzach3). Convariantes, este dicho es citad。gran n13me∙ ro de *veces, y уа por Eur., Heråd., 179-180; Aristóf-z Avispas, 725, 919-920; Caballerosf 1036; Eur., fr. 362, 9-10 №. Varios autores (H٠ G. Evelyn-White Sc⅛eidewin, etc.) han querido ver en él un fragmento de los Χείρωνος Ύποθηχοα, perc J. Schwartz, Pseudo-Hesiodeia, París, 1960, р. 77‫׳‬ ո٠ 3; 98; 329, 241‫ر‬ es hostílaesta hipótesis. Queda dedr que la recomendación «N٠ juzgo rnngıma causa antes de haber escuchado los dos discursos» (c£r. [Platón], Demodocos, 382E٠383 A,yDemóst, Decorona,2γ6)es confome al juramen∙ to de los heliasUs, que se comprometen, entre otras cosas, a escuhar al acu- sadory al acusado con toda imparcialidad (cfr. H. Lipsius, Das attische Rechi und Rechtsverfahren, Leipzig/ ϊ, 1905, р. 151) y que es el primer testimonio de ima mutación decisiva en la practica judicial. En este plano jurídico puede también verse c6mo se desgaja una посібп de lo verdaderos el histdr es un testigo, es el que ve y el que oye y, en su calidad de heredero del mn^0∏r es también memorialista. En su «verdad» quedan testimoniados al menos dos componentes: el no-olvido y, complementariinte, el relato completo, ex- haustivo, el relato de lo que ha pasadorealmente. Resde este punto devista, 〃.,XXIII, 359, 361, es un testimonio capital. 81 Esq., S"pL, 370 y ss. Sobre el valor privilegiado del hoggr real, sobre SUS relaciones con el «hogarpúblico»,cfr.L. Gemet,«Surle spWismepolitique en Gr&:e ancienne: le foyer coiun», Cah. Intern- sociologie^ է. XI, 1951, р. 26 y ss., J.-P. Vernant, «Hestia-Herinès. Sur l'expression religieuse de l'espace et du mouvement chez les Grecs», VHomme, t. Ill, n٠٠ 3,1963, P・ 38 y SS∙ (٥ M∙ P., p. I28yss.). 82Esq،, SupZ.,398-399. ≡ ^ ∣ s g g ⅞ ¾ F S ≡ g ≈ F ≡ Γ ! ≈ ¾ g ≈ ≈ s g ≡ ! ξ t r g ‫יי‬ ‫י‬ ‫י‬ ‫י‬ । ٠ ‫י‬ ‫י‬ ‫ן‬ ‫י‬ ‫י‬ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ H ^ ^ ^ ≡ i ^ ≡ ^ ≡ i ^ S ^ ^ I H
  • 15. EL PROCESO DE SECULARIZACIÓN 163 cuados, ¿qué queda de Alétheia, su configuración, su contenido semántico, tras la secularización de la palabra? La respuesta no puede ser unívoca, ya que el pensamiento griego nos ofrece dos soluciones, antitéticas en unplano, complementariasenotro. Dos soluciones: la de las sectas fnos6ficorel⅛iosas, la de la Retórica y la Sofística. Antitéticas: las primeras colocan en el centro de su pensairuento aAZértósl que pasaa seruma посібпcardinal, mien- tras que los segundos B∑^salzan а Apatės que desempefia en su pensamiento elmismo papelfundamental. Complementarias: las condiciones en las que AZérb, en un caso re⅛ocede, se funde, desaparece y, en o⅛o, se mantiene, se afirma, seconsolida, son la prueba, encierto modo experimental,de que Aléửàes realmente el centro de una configισaci6n de potencias religiosas que man- tienen entre sí relaciones necesarias. MARCEL DECENNE 162 La palabra по está piendida ya en una red simbólico-religiosa, accede a la autonomía, constituye su mundo реріо en el juego del dialogo que define una suerte de espacio,88 un campo cerra- do donde se enfrentan los dos discursos. Mediante su función politica89 el logos se convierte en una realidad aut6noma, somėti- da a SUS pmpias leyes. Una refleχi6n sobre el lenguaje puede elaborarse tomando dos grandes direcciones: por una parte, so- bre el logos, como instrumento de las relaciones sociales; por otra, sobre el logos tomando como medio de conocimiento de lo real. La R2t6rica y laSofística exploran la primera de las vías forjando técnicas de persuasi6n, desarrollando el análisis gramatical y estilístico delnuevo instrumento¥ La otra vía es el objeto de una parte de la reflexión filos6fica: ¿Es la palabra lo real?, ¿todo lo real? Problema tanto más urgente cuanto que el desarrollo del pensamiento matematico ha hecho nacer la idea de que lo real está también expresado por los numeras.어 Estos problemas nuevos, esta doble reflexión sobre el lengua- je 8mo mstrumento;se desacollan en el marco genera] de un pensamiento racional. Una cuesttón se plantea en consecuencia: ¿Qué estructuras mentales relacionan, el uno con el otro, al pen- sarniento míticoyalpensamento racional? Entérminosmás ade- 529). Texto notable por varias razones: SUS imágenes pastoriles, SUS image・ nes de navegación, es decir, los dos tipos de metafora que dominan 21 pen- semiento político de lós griegos; pero también la idea de la persuasión, homóloga v distinta^ a la vez, de la violencia. Es en un contexto de ese géne- го donde el Hermes Logos cobra su significación: señor todopoderoso, lleva su rebato con el aguijen que Apolo le ha confiado. 88 De entre una literatura abundantísima, mencionemos un librito, E. Hoffmann, Die Sprache und die archaïsche Logik, Tubinga, 1925, y un grueso volumen, Cl. Rainnoux, HNmdfte ou Γhomme entre les choses ei les mots, Paris, 1959. 89 Cfr. J.-P. Vernantz ơp. a٤., p. 41: «El logos, en su origen, toma conciencia de si mismo, de SUS reglas, de su eficacia, a trav6s de su funci6n politica». 9° Cfr. E. Dupréel, Les Sophistes, Neuchatel, 1948, passim, y М. Untersteiner, The Sophists, Oxford, 1954, passim. ‫او‬ Ըր. las observaciones de Լ Meyerson, «Thèmes nouveaux de psycholo- gie objective: Phistoire/ la construction, la structure», /0UE. PsycboL, 1954, p. ٠ ._ ٠ ..- ٠ -- ٠ . ٠٦٠٠ - ٠٠ . 7yss ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ။ ^ ^ ^ ^ ‫ي‬ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ‫ع‬ ‫د‬ ٠ ‫ق‬ ‫ر‬ ‫ا‬ 翻 1 Ế 1 Ề Ề Ế Ế । ٠٠٦ 厂 ) ざ 愈 懿 を 》 Ề Ế เ Ề Ế 豳 ‫ف‬ ‫عی‬ 磁 । ≡ ≡ ≡ ^ ^ ^ ။ ။٩٢ ‫؛‬ ٩ ‫؛‬ РТ7٦У ‫؟‬ т ‫؟؟؟‬ ٣ ‫؛‬ ।г а и ٥ ٣ ٠ ٥ Ҿ « И ٥ ‫ئ‬ ‫ه‬ ‫د‬