SlideShare una empresa de Scribd logo
P á g i n a 1 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
Martyn Lloyd-Jones
P á g i n a 2 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
“Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte […].
Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.” —Lucas 7:40,50
Elijo estos dos versículos en particular como texto porque me parecen la
clave para una verdadera comprensión del famoso incidente que sucedió en
la casa de Simón el fariseo y del famoso comentario al respecto que hizo
nuestro Señor en la parábola de los dos deudores. En un episodio dramático
como este hay un grave peligro de «perder de vista el bosque a causa de los
árboles», y ese peligro se exagera en gran medida cuando consideramos la
parábola con sus muchas comparaciones y contrastes. La parábola es
notoriamente difícil y, como espero mostrar, puede ser gravemente
P á g i n a 3 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
malentendida si no somos muy cuidadosos. La forma de evitar todos estos
peligros y abismos es fijar la mirada en estas dos personas: Simón el fariseo
y la mujer «que era pecadora». Porque son los dramatis personae de la
parábola, así como del incidente que se produjo en casa de Simón. Los dos
versículos que he tomado en particular nos indican muy claramente la
diferencia extraordinaria entre estas dos personas, es decir, el resultado en
cada caso de su encuentro con Jesucristo. Uno se sorprende, es recriminado
y condenado, y probablemente se sintió enfadado y disgustado; la otra
encuentra exactamente lo que esperaba, es felicitada y bendecida, y se
marcha con la paz de Dios en su corazón. ¿No es un contraste perfecto?
¡Míralo, mira a esas dos personas! ¿No es verdaderamente asombroso e
increíble? Aquí hay dos individuos en presencia de la misma Persona. Ambos
desean verle. Ahí están, ambos en su presencia. En lo que a él concierne, el
poder para dar es obviamente el mismo en ambos casos y, sin embargo, qué
absolutamente distinto es el resultado. Una de las personas es condenada, la
otra es perdonada y recibe el don de la salvación.
¿No tenemos aquí un ejemplo perfecto de lo que sucedió constantemente y
en todas partes durante el ministerio terrenal de nuestro Señor, aunque la
forma exacta no fuera siempre tan dramática? La mejor forma de clasificar a
todas las personas que aparecen en los Evangelios es según lo que recibieron
de él. ¿Pero no es también un ejemplo perfecto de la forma en que él ha
dividido al género humano desde entonces, la forma en que la divide esta
noche? Allí estaba Jesús de Nazaret, el mismísimo Hijo de Dios, a quien han
sido dados todo el poder y el juicio, que fue capaz de obrar milagros, curar
enfermedades, perdonar pecados y dar descanso a las almas afligidas y
atormentadas: allí estaba en casa de Simón, lleno de poder, más aún, lleno
de un amor por el género humano que le hacía desear ejercitar ese poder
P á g i n a 4 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
para su bienestar. Ahí está en la casa, y dos personas entran en contacto con
él. Pero qué completamente distintos son los resultados de ese contacto. Ya
no está aquí en la carne, pero el gran hecho sigue siendo el mismo. Como
resultado de su vida en la tierra y, por encima de todo, como resultado de su
muerte expiatoria, su resurrección y ascensión, está presente entre nosotros
en este mundo por medio del Espíritu Santo y está esperando, dispuesto y
anhelando impartirnos los mayores dones y bendiciones que pueda recibir
un hombre: el don del perdón y el conocimiento de ello, el poder sobre el
pecado y la tentación, una nueva vida de gozo y felicidad, la eliminación del
miedo a la muerte y la tumba y una esperanza cierta del Cielo y la felicidad
eterna. Pero qué diferente y variado ha sido el género humano en sus
reacciones en todos los siglos, y qué evidente sigue siendo la división esta
noche. ¿No está presente aun aquí y ahora? ¿Has recibido tú la bendición?
¿Le amas como hizo esta pobre mujer, ha dado descanso a tu alma
atormentada y puesto paz en tu corazón? ¿Por qué sigue habiendo personas
desgraciadas e infelices, esclavas del pecado y las pasiones, débiles y
afligidas, perplejas en mente, alma y espíritu? Con toda la plenitud de la
Deidad en Aquel que nos ofrece y está esperando bendecirnos, ¿por qué está
el mundo tal como está? ¿Por qué son como son los hombres y las mujeres?
Por encima de todo, ¿por qué eres tú quien eres y lo que eres?
Ahora bien, me gustaría recalcar el hecho de que esto no es meramente una
diferencia entre aquellos que están interesados en nuestro Señor y su
religión y aquellos que no lo están. Ciertamente, en un sentido, todo el
propósito de la parábola es precisamente mostrar que esa es una distinción
ligera y superficial, que muy bien puede ocultar la verdad esencial. Porque el
propio Simón estaba interesado en nuestro Señor y su enseñanza, de otro
modo jamás le habría invitado a su casa en absoluto. Había oído hablar de él,
P á g i n a 5 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
probablemente le había oído en persona varias veces. Claramente había
despertado su interés y curiosidad. Debemos decir eso a su favor. Su actitud
es manifiestamente mejor que la de la mayoría de los fariseos que
ciertamente no invitaron a nuestro Señor a sus casas, sino que mostraron a
las claras su odio y desagrado. ¡No!, este hombre está interesado y se
esfuerza por mostrar ese interés. Lleva a cabo una acción sobre la base de
ese interés de la misma forma que la mujer actúa sobre la base de su interés.
La diferencia aquí, pues, no es entre dos personas, una de las cuales está
interesada en Cristo y la otra no.
Hago este comentario por la sencilla razón de que en la actualidad existe una
tendencia a decir que nada importa salvo que estemos interesados en
nuestro Señor y su enseñanza. A las personas no les gusta que se les
interrogue acerca de la naturaleza exacta de ese interés; objetan a la
insistencia en ciertas condiciones y definiciones fundamentales con respecto
a ello. Parece como si se diera por supuesto que cada uno puede ir a Cristo a
su manera y encontrar lo que le guste, y que mientras cada uno esté
satisfecho personalmente y obtenga alguna experiencia en particular, no le
incumbe a nadie inquirir al respecto. Todo esto se expresa en términos de
tolerancia y hablando de unidad, y debemos considerar como verdaderos
cristianos a todos los que de una forma u otra invitan a Cristo a comer a su
casa porque están interesados en él. ¡Pero qué erróneo y equivocado es todo
eso a la luz de este incidente con sus incisivas preguntas acerca de la
naturaleza de ese interés y, por encima de todo, del resultado de ese interés!
Nuevamente, ese es el motivo por que elegimos los versículos 40 y 50 como
nuestro texto, porque subrayan la distinción verdaderamente importante y
muestran que se aplica como prueba no solo a los que se encuentran fuera
de la Iglesia, sino también a los que han sido miembros durante muchos años,
P á g i n a 6 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
quizá toda la vida, y siempre han estado «interesados» en Cristo y su religión
tal como ellos la entienden. Simón podía decir que estaba familiarizado con
Cristo y su enseñanza y que estaba muy interesado en ambos; pero lo que
nunca podía decir era que había sido bendecido por él, que Cristo había
supuesto una diferencia fundamental para él y su vida y que sentía que se lo
debía todo. Mas eso es lo que la mujer podía decir y, después de todo, es lo
que hace de uno un verdadero cristiano. Todo el interés del mundo no puede
reemplazar eso, todo el conocimiento posible acerca de su vida y su
enseñanza no puede sustituirlo. ¿En qué situación de las dos te encuentras
tú? ¿En la de Simón o en la de esa otra mujer? Procedamos en primer lugar
a considerar ambas situaciones tal como están representadas en las figuras
de Simón y la mujer y consideremos luego los principios subyacentes que
determinan estas actitudes respectivas tal como los enuncia nuestro Señor
en la parábola de los dos deudores.
La naturaleza de nuestra relación con Jesucristo puede descubrirse con
facilidad al aplicar dos sencillas pruebas indicadas por la narración de este
incidente en casa de Simón. Tanto Simón como la mujer están interesados
en Cristo y ambos le tratan de cierta forma. Nuestro interés por él y la forma
en que le tratamos o bien se corresponden a los de Simón o bien a los de la
mujer.
Ahora bien, está perfectamente claro que el interés de Simón por nuestro
Señor es principal y esencialmente intelectual, si no lo es por completo.
Como ya hemos indicado, probablemente había oído hablar de él en varias
ocasiones y quizá le había intrigado su personalidad y se había interesado en
su enseñanza. Porque, después de todo, había mucho de novedoso y extraño
en su enseñanza. Y Simón tenía la suficiente inteligencia para valorarlo y para
P á g i n a 7 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
comprender que merecía una investigación adicional y que no debía
rechazarse sobre la base de sus viejos prejuicios y su educación. Simón era
un estudiante de la vida y de la religión. Aquí se encontró con algo que nunca
había visto. Sentía, pues, curiosidad y se disponía a investigar. Más aún, había
escuchado algunas declaraciones asombrosas proferidas por este extraño
nuevo maestro. Afirmaba ser el Mesías, se ponía a sí mismo por encima de la
ley y pedía y exigía obediencia absoluta. «¿Estaba en lo cierto o no?». Esa era
la pregunta que Simón se hacía a sí mismo. Y se decidió a investigar. Invitaría
a este maestro a comer con él y le observaría de cerca para probarle tanto a
él como su enseñanza. Esa era la naturaleza del interés de Simón. Era
puramente intelectual. Cristo y su enseñanza eran un problema intelectual
digno de su consideración y examen. ¡Qué diferente es el caso de la mujer!
Su interés de ningún modo es intelectual. Ella acude más bien sobre la base
de su necesidad, sobre la base del fracaso de su vida, sobre la base de su
vergüenza. No acude meramente por fascinación de sus facultades
intelectuales y porque aquí haya una tesis moral y una filosofía vital dignas
del ejercicio de todas sus facultades críticas. No acude a examinar y probar,
sino más bien para escuchar y recibir.
Otra forma quizá mejor de expresar todo esto es decir que el propio Simón
como tal no estaba implicado en absoluto en la reunión. Solo una parte de
él. ¿No sientes al leer el relato que hay un extraño distanciamiento por su
parte? Qué tranquilo, sosegado e imperturbable parece estar. Es
completamente dueño de sí mismo. No cabe duda de que estaba siendo
adecuadamente cortés y hospitalario y parecía absorto en la conversación
sentado a la mesa; y, sin embargo, durante todo el tiempo estuvo inmerso a
sus propios pensamientos, llegando a sus propias conclusiones y haciendo su
propio análisis intelectual acerca de su invitado. Todo eso estaba fuera de él,
P á g i n a 8 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
fuera de su verdadero yo. Era meramente su cabeza la que estaba implicada.
Ni por un solo momento da la sensación de que aquella reunión fuera el
momento más vital y decisivo de su vida, de que en aquel momento podía
obtener algo que supusiera una diferencia eterna para él. ¡No!, no hay
emoción alguna, no hay tensión ni entusiasmo. Está tranquilo y sin
implicarse. ¡Qué diferente es la mujer! Toda su personalidad está implicada.
Lejos de ser indiferente y tener dominio propio, no puede contenerse. Las
lágrimas fluyen por sus mejillas: está conmovida en lo más profundo de su
ser. ¿Cómo te acercas tú a Jesucristo? ¿Cuál es tu interés en él y en la
religión? ¿Desde una perspectiva meramente intelectual? ¿Es Jesucristo para
ti solo un personaje histórico, solo un hombre; quizá mejor que otros, quizá
más grande, pero aun así un hombre que hizo ciertas cosas y propuso una
cierta idea y filosofía de vida? ¿Y estás interesado en todo esto meramente
como un problema de tu mente? ¿Has comprendido que Jesucristo y su
religión no conciernen meramente a tu mente o a cierta parte de ti, sino a
toda tu persona, a tu vida y a todo lo que eres y esperas ser? Cuando le
consideras a él y su evangelio ¿hasta qué punto te implicas todo tú?
Pero esta pregunta puede contestarse de inmediato observando cómo estas
dos formas diferentes de acercarse al Señor afectan inevitablemente a la
manera en que le tratamos. No me disculpo por utilizar esa frase porque, tal
como demostraré, es literalmente precisa. Observa cómo le trata Simón. No
duda en sentarse a su lado y mirarle a los ojos sin pestañear. Ni siquiera le
trata con el civismo y la cortesía que se debe a un huésped y que
invariablemente mostraba con la mayoría de sus huéspedes. No le
proporciona agua para lavarse los pies, no le da la bienvenida besándole y no
unge su cabeza con aceite. ¡Oh, sí!, le invita a su casa. Está interesado. Pero
no hay una verdadera calidez en su invitación. El Señor no es honrado como
P á g i n a 9 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
habían sido honrados muchos huéspedes en esa casa. ¡Qué diferente es la
acción de la mujer! Cae a sus pies, se avergüenza de mostrarle su cara y
mirarle a sus ojos puros. Le besa los pies, los lava con sus lágrimas y los seca
con el cabello de su cabeza y, de hecho, los unge con ungüento. ¡Oh, sí; la
forma de acercarse y las razones para ello se muestran de inmediato en la
conducta y el comportamiento!
¿Cómo le tratas? ¿Le das el lugar de honor en tu vida? No es el primer ni el
único huésped que entra en tu casa. ¿Quién recibe el mejor trato: él o alguno
de los demás? ¿A quién prestas más atención, a quién muestras el mayor
respeto? ¿A quién prodigas las mayores muestras de admiración y respeto?
Aquella mujer había guardado el ungüento durante años. Era uno de los más
grandes tesoros que poseía. Esto es lo que le trae, y no lo derrama sobre su
cabeza sino sobre sus pies. Lo más preciado que tiene es indigno de él. ¿En
quién utilizas el frasco de ungüento que tienes? ¿A quién y a qué te entregas
absolutamente y por entero? ¿Quién atrae tu interés, quién despierta tu
alabanza y agradecimiento? ¿Cuál es tu actitud hacia Jesucristo esta noche?
¿Es meramente un hombre, un maestro con una cierta idea de la vida que te
interesa y que estás dispuesto a considerar y quizá a probar en la medida que
te convenga? ¿O reconoces en él al Hijo de Dios venido a la tierra, al Salvador
de tu alma? ¿Le consideras más o menos como un igual con quien puedes
sentarte a la mesa y a quien puedes examinar y criticar o comprendes que es
el Señor de gloria? ¿Has caído a sus pies completamente avergonzado y
humillado, entregándote a su misericordia y mirándole tan solo en busca de
liberación y perdón? Porque ese es el verdadero interés cristiano en Cristo
que lleva a la rendición, al amor y a la adoración. Ya no está aquí en la carne
como lo estaba en los días de Simón y la mujer. Ya no puedes caer ante sus
pies físicos y lavarlos, besarlos y ungirlos. Pero la cuestión de la forma en que
P á g i n a 10 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
le tratamos sigue siendo tan vital y pertinente como siempre. ¿Recuerdas lo
que dijo a Saulo de Tarso en el camino a Damasco? La pregunta fue: «¿Por
qué me persigues?», dejando muy claro a Saulo que era él quien estaba
siendo perseguido, aunque la intención de Saulo era hostigar a los cristianos.
¡Y cuán a menudo se nos advierte en contra de entristecerle y crucificarle de
nuevo! En la actualidad muestras tu amor hacia él abandonando tus pecados,
obedeciendo a sus mandamientos y adorándole con tus labios y por medio
de tu vida ante los hombres y las mujeres que te rodean, y diciéndoles que
él ocupa un lugar central en tu vida.
Ahí vemos, pues, analizadas y retratadas las dos actitudes hacia nuestro
Señor. Vemos que la verdadera actitud cristiana es de interés amante que
lleva a la adoración, a la alabanza y al sometimiento a él. Ahora debemos
hacer una segunda pregunta. ¿Qué es lo que lleva a esa actitud? O, si así lo
prefieres, ¿por qué algunas personas se interesan únicamente de manera fría
y distante en nuestro Señor y se mantienen indiferentes a su religión como
Simón en la antigüedad, mientras que otros le adoran, le aman y le alaban
como aquella mujer, y sienten el deseo de darle todo lo que tienen? De
acuerdo con nuestro Señor mismo, en la parábola hay dos respuestas
fundamentales a esa pregunta.
1) En primer lugar, dice Cristo, nuestra idea de él y nuestra actitud hacia él
dependen de la idea que tengamos de nosotros mismos, de la idea con
respecto a nuestra necesidad o, si así lo prefieres, nuestra idea del pecado y
de los pecadores. Ese es el gran asunto de la parábola que Jesús dirige a
Simón (versículos 40–43), el asunto, pues, que debemos dilucidar y
desarrollar cuidadosamente. Podemos recordar los hechos. Había un
hombre que tenía dos deudores, uno que le debía 500 denarios y otro que le
P á g i n a 11 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
debía 50. Ninguno tenía medio alguno de pago o forma de afrontar la deuda,
por lo que el acreedor perdonó a ambos y les dijo que podían considerarla
saldada. Sobre la base de esto, nuestro Señor pregunta a Simón: «¿Cuál de
ellos le amará más?». A lo que Simón responde: «Pienso que aquel a quien
perdonó más». Y nuestro Señor contesta: «Rectamente has juzgado».
Ahora bien, ¿qué significa realmente todo eso? Hay algunos que no dudan
en decir abiertamente que la enseñanza de nuestro Señor es que aquellos
que han cometido el mayor número de pecados y a los que, por tanto, se ha
perdonado también el mayor número de pecados, deben necesariamente
amar más a Dios que aquellos que han cometido menos pecados. Esperan
que los pecadores más obvios y manifiestos que han tocado las
profundidades y llegado a la mayor degradación sean más agradecidos por
su salvación que aquellos que siempre han vivido vidas buenas, morales y
respetables. Consideran que el primer grupo no solo necesita un mayor
perdón sino que también recibe un mayor perdón; uno 500 y el otro solo 50.
Esperan un tipo de religión menos reservado, más amante y apasionado por
parte de aquellos que en un tiempo fueron pecadores virulentos que de
aquellos que fueron criados en una atmósfera y un estilo religioso. En otras
palabras, esperan que personas como esta mujer amen más a Dios y nuestro
Señor que personas como Simón, por la razón de que ella había sido una
pecadora notoria y había vivido en la maldad, mientras que Simón había sido
siempre un hombre recto, bueno y moral.
La manera más sutil en que suele expresarse esto es que no todas las
personas necesitan convertirse. ¡Los borrachos, los ludópatas y los
maltratadores de mujeres, etc., ciertamente! Pero no tu buena persona
moral. Y obviamente, pues, el cambio en el primer caso será más grande que
P á g i n a 12 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
en el segundo. «Predica la salvación —dicen— entre la escoria y los libertinos
e insiste en la conversión. Pero lo único que se precisa entre las personas que
asisten a la iglesia es instrucción y conocimiento». Ahora bien, eso es
exactamente lo contrario de lo que nuestro Señor quería enseñar, porque el
objeto de la parábola no es justificar a Simón por su falta de amor y explicar
por qué su amor era menor que el de esta mujer, sino más bien condenarle
y mostrarle lo falsa que era su idea del pecado. Y esto es forzosamente
verdadero, porque de otro modo estaremos diciendo que nuestro Señor
enseñó que el bien puede salir delmal, y que la mejor forma de aprender a
amar a Dios era pecar contra él violentamente; ¡lo que, por supuesto, es
ridículo, porque en ese caso nuestro propio Señor habría amado menos a
Dios que aquellos que tanto necesitaban ser perdonados por sus pecados!
¡No!, no se debe pensar tan equivocadamente ni por un solo momento. Este
fue precisamente el error en que habían incurrido Simón y los fariseos.
Juzgaban a las personas solamente por el número de pecados que habían
cometido o por su aparente grado de pecaminosidad. Él y todas las personas
de la ciudad condenaban a esta mujer simplemente porque cometía pecados
de cierto tipo. ¡Ella era la pecadora! ¡Ellos no! ¿Por qué? Simplemente a
causa de la naturaleza de sus pecados. Pero nuestro Señor condena en toda
su enseñanza ese tipo de pensamiento y de hecho les dice a los fariseos y a
las personas «buenas» que los publicanos y las prostitutas entrarán en el
Reino de los cielos antes que ellos. Su razonamiento es siempre en todas
partes que un grupo necesita el perdón tanto como el otro.
«¿Cuál es, entonces —pregunta alguien—, el significado de los 500 y los 50
en la parábola? ¿A qué se debe el contraste? La pregunta puede contestarse
con facilidad. Es una figura que pretende mostrar no la necesidad en sí
mismo, sino la comprensión de la necesidad en ambos casos. Pero dejemos
P á g i n a 13 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
esto claro considerando las dos personas representadas en la parábola. La
enseñanza es, afirmo, que lo que importa no es el número de pecados que
podamos haber cometido o no, sino nuestra situación o nuestro estado
pecaminoso. Y en ese aspecto somos todos idénticos. «Pero, sin duda —
argumenta alguien—, ¡no irás a decir que todas las personas son
exactamente iguales y cometen los mismos pecados!». ¡No!, no estoy
afirmando eso en absoluto. Lo que estoy diciendo es que, en última instancia,
todo eso no supone diferencia alguna, y que lo que hace de uno un pecador
no es el número de pecados sino su estado pecaminoso, su deseo de pecar,
su naturaleza desviada hacia el mal. Con qué perfección se muestra eso aquí.
Aquí están estos dos hombres. Ambos son deudores. Ninguno de los dos
tiene con qué pagar. Ambos habrían acabado sin duda en la cárcel. Y ambos
son perdonados exactamente de la misma forma. ¡Son idénticos! «¿Y los 500
y los 50?», dices. No suponen diferencia alguna en absoluto. Aunque uno solo
debía 50 en comparación con los 500 del otro, era deudor igualmente.
Aunque la deuda que se le perdonó ascendía a 50, eso no creaba dinero con
que pagar. Estaba igualmente sin blanca. Aunque eran 50 y no 500, sería
igualmente condenado por la ley e iría a prisión. Y aunque eran 50 y no 500,
fue perdonado exactamente de la misma forma que el otro. ¡La situación de
ambos hombres era idéntica! ¡Deudores, sin blanca, impotentes! Intenta
interpretar los 50 y los 500 como quieras, a excepción de la forma en que te
he indicado, y verás que no sirve de nada. El estado de estos dos hombres
era idéntico. Simón pensaba que su estado ante Dios y el de la mujer eran
muy distintos. La respuesta de nuestro Señor es que eran idénticos. Era tan
solo en la conciencia de su estado en lo que diferían.
¿Tienes esto claro? En un sentido es la verdad más vital de la religión
cristiana. Solo aquellos que comprenden su necesidad del Salvador podrán
P á g i n a 14 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
llegar a encontrarle y agradecerle su gloriosa salvación. ¿Te sientes
agradecido a él? ¿Le amas? Si no, ¿por qué no? ¿Has sentido la necesidad de
él? ¿Comprendes tu estado pecaminoso ante Dios? ¿Sigues pensando en
términos de pecados específicos o del número de pecados que has cometido
en comparación con otro? ¿No ves que ese es precisamente el error que
condena aquí nuestro Señor? ¿Ves el cuaderno de caligrafía del niño con la
página perfectamente limpia elogiada por el maestro? Pero ocurre un
accidente, cae una gota sobre la página. ¡Oh!, eso no es nada, dices. Es
simplemente una gota. Pero el niño lo sabe. Sabe que echa a perder su
creación. Es tan terrible como si hubiera varias manchas. O consideremos un
paseo por una feria de horticultura. ¡Qué manzana más perfecta! Sin duda
debe de haber recibido el primer premio. Su forma y color son perfectos. Y,
sin embargo, no ha recibido premio alguno. ¿Por qué? Hay una sola
imperfección, un punto deteriorado. Es preciso darle la vuelta a la manzana
para observarlo. ¡Pero el juez lo ha hecho y ahí está! ¿Ves ese magnífico
espécimen de caballo? Aparentemente de pura raza, se controla a la
perfección y se mueve con una precisión mayor que cualquier máquina que
haya existido. Y, sin embargo, no recibe el premio. Ciertamente, se encuentra
en el último lugar de la clasificación. ¿Por qué? ¡Oh!, es tan solo una pequeña
imperfección en una de sus patas. El neófito no lo habría advertido. Pero ahí
está, y significa que el caballo está enfermo y que probablemente transmitirá
esta enfermedad a su progenie. ¡Muy pequeña! Es cierto. Pero el veterinario
la vio y es suficiente para condenar al caballo.
¿Necesito seguir multiplicando mis ilustraciones? Si un hombre es tan
sensible a tan leves imperfecciones y tan sensible a tales fallas menores; si el
juicio de un hombre se esmera tanto, ¿cuánto más sucederá con el de Dios?
Nos ha dicho los términos de la competición en la ley. Nos ha indicado allí sus
P á g i n a 15 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
expectativas, deseos y exigencias. ¿Lo has cumplido? ¿Puedes satisfacerlos?
«Ah —dices—, no he pecado mucho, ciertamente muy poco en comparación
con este y el otro. No he quebrantado muchas leyes; en mi opinión soy casi
perfecto». A lo que la respuesta de Santiago es: «Porque cualquiera que
guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos».
¿Se espera que las manzanas, los caballos y animales sean perfectos y, sin
embargo, al hombre, señor de la creación, en quien Dios ha vertido sus
mayores dones y de quien más espera, se le permite ser imperfecto? El Señor
Dios Todopoderoso creó perfecto al hombre y así espera que siga. Exige una
página completamente blanca. Una mancha es tan mala como cientos, una
imperfección, un defecto, es suficiente para condenar. «Sí—dice el apóstol
Pablo, que había hecho todo lo posible para vivir una vida perfecta y
justificarse a sí mismo—, no hay justo, ni aun uno». Ya hayas cometido
muchos errores o solo unos pocos, eres pecador, deudor. Más aún, no tienes
disculpa alguna que ofrecer. Si has cometido un solo pecado en tu vida, no
puedes borrarlo, no puedes expiarlo, no puedes eliminarlo. «Sin duda —
puedes argumentar— será fácil borrar esa única mancha en la copia. Si
hubiera muchas sería imposible, pero es solamente esa. Consígueme una
goma de borrar». ¿Pero se puede? Puede que logres borrar gran parte de la
tinta, pero la señal, la rugosidad y la irregularidad permanecerán. Jamás
puedes devolver una página a la blanca perfección que una vez tuvo. No
puedes extirpar esa imperfección de la manzana sin dejar una huella de su
existencia. No se puede eliminar ese defecto del hueso de la pata de ese
caballo. ¡Si se pudiera hacer eso, qué diferente sería! Por supuesto, el
hombre se ha esforzado en hacerlo. Se ha utilizado cera para rellenar las
grietas, se ha empleado barniz. El hombre ha ejercitado todo su ingenio y su
inventiva en su intento de eliminar y cubrir estos leves defectos y estas
P á g i n a 16 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
imperfecciones. Se puede engañar al hombre de a pie con estas cosas, pero
jamás al experto.
¿Puedes tratar estos pecados? Dices que son pocos y estos aun leves y sin
importancia en términos comparativos. ¡Muy bien! ¿Puedes librarte de ellos?
¿De verdad sientes que tu historial está limpio? ¿Estás satisfecho? ¿Lo has
borrado? Has echado a un lado ese pecado, has hecho mucho bien, ¿pero ha
desaparecido esa sensación de vergüenza? ¿Te ha abandonado la sensación
de condenación? ¿De verdad sientes que nunca has pecado? Vamos, sé sabio
y reconócelo. No solo eres deudor como todos los demás, sino que es tan
cierto de ti como de ellos que no tienes con qué pagar. No puedes limpiar tu
historial. No puedes satisfacer a Dios. Todas tus acciones y todas tus mejores
obras jamás podrán expiar la injuria que has lanzado contra él con un solo
pecado. Estás en deuda con él y con su ley. Estás alienado de él y jamás
podrás reconciliarte con él. Estás condenado ante el Juez no importa lo que
digas a tu favor o acerca de ti mismo: las reglas de la competición están
claras. Una sola imperfección descalifica. ¿Comprendes eso cuando
consideras a Jesucristo y su evangelio? Comprendiendo esa verdad acerca de
ti mismo, ¿de verdad piensas que te corresponde sentarte a la mesa con él y
que tu actitud debe ser de crítica y examen de él para ver cómo es y lo que
tiene que decir? Al mirarle y considerar su historial de perfección y recordar,
cuando se te desafía a ello, que nadie pudo condenarle de pecado, ¿aún
sientes que puedes acercarte a él de esa manera fría e indiferente? ¡Cae a
sus pies con lágrimas de contrición y fracaso! ¡Escúchale! ¡Bebe de sus
palabras! Comprende que es una necedad que el criminal condenado juzgue.
¡Ponte por completo a merced de su misericordia y acepta cada una de sus
palabras! Aquellos que han recibido su bendición han sido siempre los que,
P á g i n a 17 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
como esta mujer, se acercan con una profunda conciencia de su fracaso y su
sentimiento de necesidad.
2) La otra condición para la bendición es que tengamos perfectamente claro
que estamos en lo correcto con respecto a nuestra idea de la salvación. Y
esto, por fuerza, se deriva de lo que ya hemos estado considerando.
Nuevamente encontramos aquí ese increíble contraste entre Simón y la
mujer. La mujer no tuvo ni idea de la salvación hasta que acudió a Cristo y
escuchó lo que este tenía que decirle. Había oído en muchas ocasiones la
idea de los fariseos y la había condenado por completo. Sabía que no había
esperanza alguna para ella. Porque la idea de los fariseos era que un hombre
se ganaba la salvación por sí mismo guardando la ley, ayunando, haciendo el
bien, etc. La condenaba por completo. No había esperanza. Era un completo
fracaso. Simón no tenía necesidad alguna de Cristo y su ayuda porque creía
que lo había hecho todo muy bien. Su vida había sido buena. Ya lo tenía todo.
Las personas «buenas» no ven necesidad alguna del Salvador y, por tanto, no
aman a Jesucristo, no sienten que se lo deben todo a él. ¡Pero qué diferente
es cuando uno se ve a sí mismo como un pecador condenado, cuando uno
comprende que una mancha es suficiente para condenarnos para toda la
eternidad y hacernos tan malos como el pecador virulento! ¡Qué diferente
es cuando uno comprende que es un deudor, sí, un deudor sin blanca, que
no tiene nada con qué pagar! ¡Ay!, uno empieza a clamar pidiendo ayuda, un
Salvador. Uno es entonces exactamente igual que la mujer, consciente de su
necesidad completa y desesperada. ¡Y, oh!, ¡qué dulces son las palabras de
Cristo para tal alma en semejante situación! Escúchalas: «Y no teniendo ellos
con qué pagar, perdonó generosamente a los dos» (versículo 42, LBLA). Sigue
sin haber diferencia alguna entre ellos. Pero mira lo que dice. Eran
impotentes. Estaban sin blanca. No podían hacer nada. Su caso es
P á g i n a 18 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
desesperado entonces, ¿y debe seguir la ley su curso? ¡No!, bendito sea su
nombre, los perdonó a ambos. La salvación no la logramos nosotros, la hizo
posible de una vez por todas el Hijo de Dios mismo. ¡Él lo hace! «Porque
Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos»
(Romanos 5:6). Cuando no podíamos pagar, él pagó. La salvación es
completamente obra suya. Sin él estamos condenados. ¿No anhelas caer a
sus pies, besarlos y lavarlos con tus lágrimas de gozo y ungirlos con
ungüento?
Pero consideremos la forma en que lo hace: «perdonó generosamente a los
dos». ¡Qué palabra más gloriosa es ese generosamente! No solo significa
gratuitamente, sino también habla de la forma en que se hace. Está lleno de
gracia y encanto. No hay ley alguna en ello. No va a los dos deudores y les
dice: «Quiero trataros a los dos exactamente por igual y perdonaros
exactamente el mismo número de pecados, lo que significa que tú que me
debes 50 eres libre, y tú que me debes 500 ahora solo me debes 450 y, por
tanto, debes permanecer en prisión». ¡No!, ¡no!, esa es la manera legalista
que tiene el hombre de computar el perdón según el número de pecados
perdonados. ¡Ese no es el camino del Señor, bendita sea la gracia! No
considera el número de pecados sino el estado. Ambos eran deudores,
ambos eran fracasados, ambos se encontraban en el mismo estado, de modo
que perdonó generosamente a ambos. Ambos fueron limpiados, ambos
liberados, el de 500 como el de 50. ¡Sí!, y en un solo momento. No se le
impuso condición alguna al que debía 500 por el hecho de que debiera más.
Perdón gratuito y absoluto, sin condición alguna en absoluto, ni hipoteca del
futuro a causa del pasado. Ambos están en libertad, ambos tienen las mismas
posibilidades para el futuro. Así como eran idénticos en prisión, así son
idénticos fuera de ella. La mujer que era pecadora está tan perdonada y es
P á g i n a 19 | 19
Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero
tan libre y tan hija de Dios como el que siempre ha vivido una vida respetable
externamente. Ella recibe el nuevo comienzo y la nueva vida tanto como el
otro.
Y podría seguir, pero debo terminar. No nos sorprende ahora su acción y su
marcado contraste con la de Simón. Sabía que era una pecadora. Era
desgraciada e infeliz. Se sentía desesperada y perdida. Temía la vida, pero
especialmente la muerte y ese encuentro con Dios más allá de la tumba.
Sabía que no podía hacer nada. Pero entonces escuchó a este nuevo maestro
que le aseguró que Dios la perdonaba gratuita y completamente en él, que
todo su pasado era borrado, que Dios le sonreiría y ella podría comenzar una
nueva vida. No comprendía toda la verdad con respecto a la forma en que
esto se hizo posible. No sabía que el perdón dependía de su muerte en lugar
de ella y tomando sus pecados sobre sí. Lo único que sabía era que confiaba
en él y que él había cambiado su vida. Había hecho lo que ella jamás podría
hacer, había resuelto el problema y él había quitado su carga.
Vuélvete a él, pues, esta noche en lo más profundo de tu ser, en tu debilidad,
con tu temor y vergüenza secreta. Escúchale mientras te dice que ha muerto
por ti, que te ha reconciliado con Dios, que tu pasado puede ser borrado y tu
futuro eterno está a salvo. Escúchale mientras te abre una nueva vida, con
nuevas posibilidades y energías. No importa lo que hayas sido, el
ofrecimiento está abierto para ti. La puerta sigue abierta. No tienes más que
caminar hacia la libertad. Hazlo reconociéndole ante todos, confesando tu
pecaminosidad, aceptando su salvación y confiando únicamente en su poder
para capacitarte para vivir una vida agradable a sus ojos. Por el amor de su
nombre. Amén.

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

3. Intimidad de una Princesa de Dios. pureza y virginidad. UCAS
3. Intimidad de una Princesa de Dios. pureza y virginidad. UCAS3. Intimidad de una Princesa de Dios. pureza y virginidad. UCAS
3. Intimidad de una Princesa de Dios. pureza y virginidad. UCAS
Gloria Loupiac
 
Juventud e influencias
Juventud e influenciasJuventud e influencias
Juventud e influencias
Doralba Mena
 
7. limites de una princesa de dios. dominio propio.
7. limites de una princesa de dios. dominio propio.7. limites de una princesa de dios. dominio propio.
7. limites de una princesa de dios. dominio propio.
Gloria Loupiac
 
5. La Diversion de una princesa de Dios.UCAS
5. La Diversion de una princesa de Dios.UCAS5. La Diversion de una princesa de Dios.UCAS
5. La Diversion de una princesa de Dios.UCAS
Gloria Loupiac
 
Juventud con proposito
Juventud con propositoJuventud con proposito
Juventud con proposito
Jhonny Rojas
 

La actualidad más candente (17)

3. Intimidad de una Princesa de Dios. pureza y virginidad. UCAS
3. Intimidad de una Princesa de Dios. pureza y virginidad. UCAS3. Intimidad de una Princesa de Dios. pureza y virginidad. UCAS
3. Intimidad de una Princesa de Dios. pureza y virginidad. UCAS
 
Varon o un hombre de verdad
Varon o un hombre de verdadVaron o un hombre de verdad
Varon o un hombre de verdad
 
Juventud e influencias
Juventud e influenciasJuventud e influencias
Juventud e influencias
 
Manual noviazgo
Manual noviazgoManual noviazgo
Manual noviazgo
 
Por Qué Llegar Virgen Al Matrimonio
Por Qué Llegar Virgen Al MatrimonioPor Qué Llegar Virgen Al Matrimonio
Por Qué Llegar Virgen Al Matrimonio
 
Nuestra sociedad crédula o indiferente
Nuestra sociedad crédula o indiferenteNuestra sociedad crédula o indiferente
Nuestra sociedad crédula o indiferente
 
7. limites de una princesa de dios. dominio propio.
7. limites de una princesa de dios. dominio propio.7. limites de una princesa de dios. dominio propio.
7. limites de una princesa de dios. dominio propio.
 
Si no oras te mueres
Si no oras te mueresSi no oras te mueres
Si no oras te mueres
 
Hogar Cristiano
Hogar CristianoHogar Cristiano
Hogar Cristiano
 
Estorbando a tus hijos pr. carlos lopez777
Estorbando a tus hijos pr. carlos lopez777Estorbando a tus hijos pr. carlos lopez777
Estorbando a tus hijos pr. carlos lopez777
 
Pre ìdica sobre la iniquidad.
Pre ìdica sobre la iniquidad.Pre ìdica sobre la iniquidad.
Pre ìdica sobre la iniquidad.
 
5. La Diversion de una princesa de Dios.UCAS
5. La Diversion de una princesa de Dios.UCAS5. La Diversion de una princesa de Dios.UCAS
5. La Diversion de una princesa de Dios.UCAS
 
Jesus Bendice a los Niños
Jesus Bendice a los NiñosJesus Bendice a los Niños
Jesus Bendice a los Niños
 
Es busqueda de mi identidad
Es busqueda de mi identidadEs busqueda de mi identidad
Es busqueda de mi identidad
 
Juventud con proposito
Juventud con propositoJuventud con proposito
Juventud con proposito
 
Estorbando a tus hijos pr. carlos lopez777
Estorbando a tus hijos pr. carlos lopez777Estorbando a tus hijos pr. carlos lopez777
Estorbando a tus hijos pr. carlos lopez777
 
Estrechando lazos con tus hijos que impactaran en su pureza
Estrechando lazos con tus hijos que impactaran en su purezaEstrechando lazos con tus hijos que impactaran en su pureza
Estrechando lazos con tus hijos que impactaran en su pureza
 

Similar a Devoción a cristo

LA NIÑEZ Y JUVENTUD DE JESUS
LA NIÑEZ Y JUVENTUD DE JESUSLA NIÑEZ Y JUVENTUD DE JESUS
LA NIÑEZ Y JUVENTUD DE JESUS
Naty Gonzalez
 
Nuestra sociedad crédula o indiferente
Nuestra sociedad crédula o indiferenteNuestra sociedad crédula o indiferente
Nuestra sociedad crédula o indiferente
Simon Tadeo Echeverri
 
Nuestra sociedad crédula o indiferente
Nuestra sociedad crédula o indiferenteNuestra sociedad crédula o indiferente
Nuestra sociedad crédula o indiferente
Simon Tadeo Echeverri
 
Tres pruebas de una verdadera iglesia
Tres pruebas de una verdadera iglesiaTres pruebas de una verdadera iglesia
Tres pruebas de una verdadera iglesia
Ausberto Escobar
 
Tres pruebas de una verdadera iglesia
Tres pruebas de una verdadera iglesiaTres pruebas de una verdadera iglesia
Tres pruebas de una verdadera iglesia
Ausberto Escobar
 

Similar a Devoción a cristo (20)

07 jesus y deshechaados sociales
07 jesus y deshechaados sociales07 jesus y deshechaados sociales
07 jesus y deshechaados sociales
 
E bs21 10
E bs21 10E bs21 10
E bs21 10
 
LA NIÑEZ Y JUVENTUD DE JESUS
LA NIÑEZ Y JUVENTUD DE JESUSLA NIÑEZ Y JUVENTUD DE JESUS
LA NIÑEZ Y JUVENTUD DE JESUS
 
Domingo iv to ciclo b-
Domingo iv to ciclo b-Domingo iv to ciclo b-
Domingo iv to ciclo b-
 
52 26ord (3)
52 26ord (3)52 26ord (3)
52 26ord (3)
 
4. compartiendo
4. compartiendo4. compartiendo
4. compartiendo
 
Nuestra sociedad crédula o indiferente
Nuestra sociedad crédula o indiferenteNuestra sociedad crédula o indiferente
Nuestra sociedad crédula o indiferente
 
Nuestra sociedad crédula o indiferente
Nuestra sociedad crédula o indiferenteNuestra sociedad crédula o indiferente
Nuestra sociedad crédula o indiferente
 
Tiempos peligrosos
Tiempos peligrososTiempos peligrosos
Tiempos peligrosos
 
Padre Federico Carrasquilla - Retiros Espirituales Semana Santa 2017
Padre Federico Carrasquilla - Retiros Espirituales Semana Santa 2017Padre Federico Carrasquilla - Retiros Espirituales Semana Santa 2017
Padre Federico Carrasquilla - Retiros Espirituales Semana Santa 2017
 
Analisis de 6 parábolas
Analisis de 6 parábolasAnalisis de 6 parábolas
Analisis de 6 parábolas
 
VocesQueClaman.pdf
VocesQueClaman.pdfVocesQueClaman.pdf
VocesQueClaman.pdf
 
Pureza principio 2019 mayo
Pureza principio 2019 mayoPureza principio 2019 mayo
Pureza principio 2019 mayo
 
31 amaban más la gloria del hombre
31        amaban más la gloria del hombre31        amaban más la gloria del hombre
31 amaban más la gloria del hombre
 
El sacramento del matrimonio y la vida de los divorciados vueltos a casar
El sacramento del matrimonio y la vida de los divorciados vueltos a casarEl sacramento del matrimonio y la vida de los divorciados vueltos a casar
El sacramento del matrimonio y la vida de los divorciados vueltos a casar
 
Pmnf tema 2
Pmnf tema 2Pmnf tema 2
Pmnf tema 2
 
2. Mateo 1.1-6 Gracia divina. (Serie 2015)
2.  Mateo 1.1-6 Gracia divina. (Serie 2015)2.  Mateo 1.1-6 Gracia divina. (Serie 2015)
2. Mateo 1.1-6 Gracia divina. (Serie 2015)
 
Tres pruebas de una verdadera iglesia
Tres pruebas de una verdadera iglesiaTres pruebas de una verdadera iglesia
Tres pruebas de una verdadera iglesia
 
Tres pruebas de una verdadera iglesia
Tres pruebas de una verdadera iglesiaTres pruebas de una verdadera iglesia
Tres pruebas de una verdadera iglesia
 
Leccion El amor y la ley
Leccion El amor y la leyLeccion El amor y la ley
Leccion El amor y la ley
 

Más de Luis A Lopez Carvajal (8)

La verdad acerca del hombre
La verdad acerca del hombreLa verdad acerca del hombre
La verdad acerca del hombre
 
La perseverancia final de los santos
La perseverancia final de los santosLa perseverancia final de los santos
La perseverancia final de los santos
 
La mente puesta en la carne es enemiga de dios
La mente puesta en la carne es enemiga de diosLa mente puesta en la carne es enemiga de dios
La mente puesta en la carne es enemiga de dios
 
La maravilla del evangelio
La maravilla del evangelioLa maravilla del evangelio
La maravilla del evangelio
 
La cruz de cristo
La cruz de cristoLa cruz de cristo
La cruz de cristo
 
El verdadero discipulado
El verdadero discipuladoEl verdadero discipulado
El verdadero discipulado
 
El unico dios verdadero paul washer
El unico dios verdadero   paul washerEl unico dios verdadero   paul washer
El unico dios verdadero paul washer
 
Conversión temporal, falsa y verdadera2
Conversión temporal, falsa y verdadera2Conversión temporal, falsa y verdadera2
Conversión temporal, falsa y verdadera2
 

Último

c3.hu3.p3.p2.Superioridad e inferioridad en la sociedad.pptx
c3.hu3.p3.p2.Superioridad e inferioridad en la sociedad.pptxc3.hu3.p3.p2.Superioridad e inferioridad en la sociedad.pptx
c3.hu3.p3.p2.Superioridad e inferioridad en la sociedad.pptx
Martín Ramírez
 
PRÁCTICAS PEDAGOGÍA.pdf_Educación Y Sociedad_AnaFernández
PRÁCTICAS PEDAGOGÍA.pdf_Educación Y Sociedad_AnaFernándezPRÁCTICAS PEDAGOGÍA.pdf_Educación Y Sociedad_AnaFernández
PRÁCTICAS PEDAGOGÍA.pdf_Educación Y Sociedad_AnaFernández
Ruben53283
 
diagnostico final (1). analisis - encuestas
diagnostico final (1). analisis - encuestasdiagnostico final (1). analisis - encuestas
diagnostico final (1). analisis - encuestas
ansomora123
 

Último (20)

El fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docx
El fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docxEl fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docx
El fundamento del gobierno de Dios. Lec. 09. docx
 
c3.hu3.p3.p2.Superioridad e inferioridad en la sociedad.pptx
c3.hu3.p3.p2.Superioridad e inferioridad en la sociedad.pptxc3.hu3.p3.p2.Superioridad e inferioridad en la sociedad.pptx
c3.hu3.p3.p2.Superioridad e inferioridad en la sociedad.pptx
 
32 LECTURAS CORTAS PARA NIÑOS.pdf · versión 1.pdf
32 LECTURAS CORTAS PARA NIÑOS.pdf · versión 1.pdf32 LECTURAS CORTAS PARA NIÑOS.pdf · versión 1.pdf
32 LECTURAS CORTAS PARA NIÑOS.pdf · versión 1.pdf
 
ensayo literario rios profundos jose maria ARGUEDAS
ensayo literario rios profundos jose maria ARGUEDASensayo literario rios profundos jose maria ARGUEDAS
ensayo literario rios profundos jose maria ARGUEDAS
 
PRÁCTICAS PEDAGOGÍA.pdf_Educación Y Sociedad_AnaFernández
PRÁCTICAS PEDAGOGÍA.pdf_Educación Y Sociedad_AnaFernándezPRÁCTICAS PEDAGOGÍA.pdf_Educación Y Sociedad_AnaFernández
PRÁCTICAS PEDAGOGÍA.pdf_Educación Y Sociedad_AnaFernández
 
True Mother's Speech at THE PENTECOST SERVICE..pdf
True Mother's Speech at THE PENTECOST SERVICE..pdfTrue Mother's Speech at THE PENTECOST SERVICE..pdf
True Mother's Speech at THE PENTECOST SERVICE..pdf
 
5.Deicticos Uno_Enfermería_EspanolAcademico
5.Deicticos Uno_Enfermería_EspanolAcademico5.Deicticos Uno_Enfermería_EspanolAcademico
5.Deicticos Uno_Enfermería_EspanolAcademico
 
Presentación Propuesta de Proyecto Social Colorido y Juvenil Multicolor y Neg...
Presentación Propuesta de Proyecto Social Colorido y Juvenil Multicolor y Neg...Presentación Propuesta de Proyecto Social Colorido y Juvenil Multicolor y Neg...
Presentación Propuesta de Proyecto Social Colorido y Juvenil Multicolor y Neg...
 
PROYECTO INTEGRADOR ARCHIDUQUE. presentacion
PROYECTO INTEGRADOR ARCHIDUQUE. presentacionPROYECTO INTEGRADOR ARCHIDUQUE. presentacion
PROYECTO INTEGRADOR ARCHIDUQUE. presentacion
 
Presentación Revistas y Periódicos Digitales
Presentación Revistas y Periódicos DigitalesPresentación Revistas y Periódicos Digitales
Presentación Revistas y Periódicos Digitales
 
diagnostico final (1). analisis - encuestas
diagnostico final (1). analisis - encuestasdiagnostico final (1). analisis - encuestas
diagnostico final (1). analisis - encuestas
 
Conocemos la ermita de Ntra. Sra. del Arrabal
Conocemos la ermita de Ntra. Sra. del ArrabalConocemos la ermita de Ntra. Sra. del Arrabal
Conocemos la ermita de Ntra. Sra. del Arrabal
 
Creación WEB. Ideas clave para crear un sitio web
Creación WEB. Ideas clave para crear un sitio webCreación WEB. Ideas clave para crear un sitio web
Creación WEB. Ideas clave para crear un sitio web
 
1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS PRIMARIA.docx
1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS  PRIMARIA.docx1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS  PRIMARIA.docx
1º GRADO CONCLUSIONES DESCRIPTIVAS PRIMARIA.docx
 
PPT: El fundamento del gobierno de Dios.
PPT: El fundamento del gobierno de Dios.PPT: El fundamento del gobierno de Dios.
PPT: El fundamento del gobierno de Dios.
 
Tarrajeo, tipos de tarrajeos, empastados, solaqueos y otros revestimientos.
Tarrajeo, tipos de tarrajeos, empastados, solaqueos y otros revestimientos.Tarrajeo, tipos de tarrajeos, empastados, solaqueos y otros revestimientos.
Tarrajeo, tipos de tarrajeos, empastados, solaqueos y otros revestimientos.
 
3.Conectores uno_Enfermería_EspAcademico
3.Conectores uno_Enfermería_EspAcademico3.Conectores uno_Enfermería_EspAcademico
3.Conectores uno_Enfermería_EspAcademico
 
Diagnostico del corregimiento de Junin del municipio de Barbacoas
Diagnostico del corregimiento de Junin del municipio de BarbacoasDiagnostico del corregimiento de Junin del municipio de Barbacoas
Diagnostico del corregimiento de Junin del municipio de Barbacoas
 
Material-de-Apoyo-Escuela-Sabatica-02-2-2024.pptx.ppt
Material-de-Apoyo-Escuela-Sabatica-02-2-2024.pptx.pptMaterial-de-Apoyo-Escuela-Sabatica-02-2-2024.pptx.ppt
Material-de-Apoyo-Escuela-Sabatica-02-2-2024.pptx.ppt
 
PLAN DE TRABAJO CONCURSO NACIONAL CREA Y EMPRENDE.docx
PLAN DE TRABAJO CONCURSO NACIONAL CREA Y EMPRENDE.docxPLAN DE TRABAJO CONCURSO NACIONAL CREA Y EMPRENDE.docx
PLAN DE TRABAJO CONCURSO NACIONAL CREA Y EMPRENDE.docx
 

Devoción a cristo

  • 1. P á g i n a 1 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero Martyn Lloyd-Jones
  • 2. P á g i n a 2 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero “Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte […]. Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.” —Lucas 7:40,50 Elijo estos dos versículos en particular como texto porque me parecen la clave para una verdadera comprensión del famoso incidente que sucedió en la casa de Simón el fariseo y del famoso comentario al respecto que hizo nuestro Señor en la parábola de los dos deudores. En un episodio dramático como este hay un grave peligro de «perder de vista el bosque a causa de los árboles», y ese peligro se exagera en gran medida cuando consideramos la parábola con sus muchas comparaciones y contrastes. La parábola es notoriamente difícil y, como espero mostrar, puede ser gravemente
  • 3. P á g i n a 3 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero malentendida si no somos muy cuidadosos. La forma de evitar todos estos peligros y abismos es fijar la mirada en estas dos personas: Simón el fariseo y la mujer «que era pecadora». Porque son los dramatis personae de la parábola, así como del incidente que se produjo en casa de Simón. Los dos versículos que he tomado en particular nos indican muy claramente la diferencia extraordinaria entre estas dos personas, es decir, el resultado en cada caso de su encuentro con Jesucristo. Uno se sorprende, es recriminado y condenado, y probablemente se sintió enfadado y disgustado; la otra encuentra exactamente lo que esperaba, es felicitada y bendecida, y se marcha con la paz de Dios en su corazón. ¿No es un contraste perfecto? ¡Míralo, mira a esas dos personas! ¿No es verdaderamente asombroso e increíble? Aquí hay dos individuos en presencia de la misma Persona. Ambos desean verle. Ahí están, ambos en su presencia. En lo que a él concierne, el poder para dar es obviamente el mismo en ambos casos y, sin embargo, qué absolutamente distinto es el resultado. Una de las personas es condenada, la otra es perdonada y recibe el don de la salvación. ¿No tenemos aquí un ejemplo perfecto de lo que sucedió constantemente y en todas partes durante el ministerio terrenal de nuestro Señor, aunque la forma exacta no fuera siempre tan dramática? La mejor forma de clasificar a todas las personas que aparecen en los Evangelios es según lo que recibieron de él. ¿Pero no es también un ejemplo perfecto de la forma en que él ha dividido al género humano desde entonces, la forma en que la divide esta noche? Allí estaba Jesús de Nazaret, el mismísimo Hijo de Dios, a quien han sido dados todo el poder y el juicio, que fue capaz de obrar milagros, curar enfermedades, perdonar pecados y dar descanso a las almas afligidas y atormentadas: allí estaba en casa de Simón, lleno de poder, más aún, lleno de un amor por el género humano que le hacía desear ejercitar ese poder
  • 4. P á g i n a 4 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero para su bienestar. Ahí está en la casa, y dos personas entran en contacto con él. Pero qué completamente distintos son los resultados de ese contacto. Ya no está aquí en la carne, pero el gran hecho sigue siendo el mismo. Como resultado de su vida en la tierra y, por encima de todo, como resultado de su muerte expiatoria, su resurrección y ascensión, está presente entre nosotros en este mundo por medio del Espíritu Santo y está esperando, dispuesto y anhelando impartirnos los mayores dones y bendiciones que pueda recibir un hombre: el don del perdón y el conocimiento de ello, el poder sobre el pecado y la tentación, una nueva vida de gozo y felicidad, la eliminación del miedo a la muerte y la tumba y una esperanza cierta del Cielo y la felicidad eterna. Pero qué diferente y variado ha sido el género humano en sus reacciones en todos los siglos, y qué evidente sigue siendo la división esta noche. ¿No está presente aun aquí y ahora? ¿Has recibido tú la bendición? ¿Le amas como hizo esta pobre mujer, ha dado descanso a tu alma atormentada y puesto paz en tu corazón? ¿Por qué sigue habiendo personas desgraciadas e infelices, esclavas del pecado y las pasiones, débiles y afligidas, perplejas en mente, alma y espíritu? Con toda la plenitud de la Deidad en Aquel que nos ofrece y está esperando bendecirnos, ¿por qué está el mundo tal como está? ¿Por qué son como son los hombres y las mujeres? Por encima de todo, ¿por qué eres tú quien eres y lo que eres? Ahora bien, me gustaría recalcar el hecho de que esto no es meramente una diferencia entre aquellos que están interesados en nuestro Señor y su religión y aquellos que no lo están. Ciertamente, en un sentido, todo el propósito de la parábola es precisamente mostrar que esa es una distinción ligera y superficial, que muy bien puede ocultar la verdad esencial. Porque el propio Simón estaba interesado en nuestro Señor y su enseñanza, de otro modo jamás le habría invitado a su casa en absoluto. Había oído hablar de él,
  • 5. P á g i n a 5 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero probablemente le había oído en persona varias veces. Claramente había despertado su interés y curiosidad. Debemos decir eso a su favor. Su actitud es manifiestamente mejor que la de la mayoría de los fariseos que ciertamente no invitaron a nuestro Señor a sus casas, sino que mostraron a las claras su odio y desagrado. ¡No!, este hombre está interesado y se esfuerza por mostrar ese interés. Lleva a cabo una acción sobre la base de ese interés de la misma forma que la mujer actúa sobre la base de su interés. La diferencia aquí, pues, no es entre dos personas, una de las cuales está interesada en Cristo y la otra no. Hago este comentario por la sencilla razón de que en la actualidad existe una tendencia a decir que nada importa salvo que estemos interesados en nuestro Señor y su enseñanza. A las personas no les gusta que se les interrogue acerca de la naturaleza exacta de ese interés; objetan a la insistencia en ciertas condiciones y definiciones fundamentales con respecto a ello. Parece como si se diera por supuesto que cada uno puede ir a Cristo a su manera y encontrar lo que le guste, y que mientras cada uno esté satisfecho personalmente y obtenga alguna experiencia en particular, no le incumbe a nadie inquirir al respecto. Todo esto se expresa en términos de tolerancia y hablando de unidad, y debemos considerar como verdaderos cristianos a todos los que de una forma u otra invitan a Cristo a comer a su casa porque están interesados en él. ¡Pero qué erróneo y equivocado es todo eso a la luz de este incidente con sus incisivas preguntas acerca de la naturaleza de ese interés y, por encima de todo, del resultado de ese interés! Nuevamente, ese es el motivo por que elegimos los versículos 40 y 50 como nuestro texto, porque subrayan la distinción verdaderamente importante y muestran que se aplica como prueba no solo a los que se encuentran fuera de la Iglesia, sino también a los que han sido miembros durante muchos años,
  • 6. P á g i n a 6 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero quizá toda la vida, y siempre han estado «interesados» en Cristo y su religión tal como ellos la entienden. Simón podía decir que estaba familiarizado con Cristo y su enseñanza y que estaba muy interesado en ambos; pero lo que nunca podía decir era que había sido bendecido por él, que Cristo había supuesto una diferencia fundamental para él y su vida y que sentía que se lo debía todo. Mas eso es lo que la mujer podía decir y, después de todo, es lo que hace de uno un verdadero cristiano. Todo el interés del mundo no puede reemplazar eso, todo el conocimiento posible acerca de su vida y su enseñanza no puede sustituirlo. ¿En qué situación de las dos te encuentras tú? ¿En la de Simón o en la de esa otra mujer? Procedamos en primer lugar a considerar ambas situaciones tal como están representadas en las figuras de Simón y la mujer y consideremos luego los principios subyacentes que determinan estas actitudes respectivas tal como los enuncia nuestro Señor en la parábola de los dos deudores. La naturaleza de nuestra relación con Jesucristo puede descubrirse con facilidad al aplicar dos sencillas pruebas indicadas por la narración de este incidente en casa de Simón. Tanto Simón como la mujer están interesados en Cristo y ambos le tratan de cierta forma. Nuestro interés por él y la forma en que le tratamos o bien se corresponden a los de Simón o bien a los de la mujer. Ahora bien, está perfectamente claro que el interés de Simón por nuestro Señor es principal y esencialmente intelectual, si no lo es por completo. Como ya hemos indicado, probablemente había oído hablar de él en varias ocasiones y quizá le había intrigado su personalidad y se había interesado en su enseñanza. Porque, después de todo, había mucho de novedoso y extraño en su enseñanza. Y Simón tenía la suficiente inteligencia para valorarlo y para
  • 7. P á g i n a 7 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero comprender que merecía una investigación adicional y que no debía rechazarse sobre la base de sus viejos prejuicios y su educación. Simón era un estudiante de la vida y de la religión. Aquí se encontró con algo que nunca había visto. Sentía, pues, curiosidad y se disponía a investigar. Más aún, había escuchado algunas declaraciones asombrosas proferidas por este extraño nuevo maestro. Afirmaba ser el Mesías, se ponía a sí mismo por encima de la ley y pedía y exigía obediencia absoluta. «¿Estaba en lo cierto o no?». Esa era la pregunta que Simón se hacía a sí mismo. Y se decidió a investigar. Invitaría a este maestro a comer con él y le observaría de cerca para probarle tanto a él como su enseñanza. Esa era la naturaleza del interés de Simón. Era puramente intelectual. Cristo y su enseñanza eran un problema intelectual digno de su consideración y examen. ¡Qué diferente es el caso de la mujer! Su interés de ningún modo es intelectual. Ella acude más bien sobre la base de su necesidad, sobre la base del fracaso de su vida, sobre la base de su vergüenza. No acude meramente por fascinación de sus facultades intelectuales y porque aquí haya una tesis moral y una filosofía vital dignas del ejercicio de todas sus facultades críticas. No acude a examinar y probar, sino más bien para escuchar y recibir. Otra forma quizá mejor de expresar todo esto es decir que el propio Simón como tal no estaba implicado en absoluto en la reunión. Solo una parte de él. ¿No sientes al leer el relato que hay un extraño distanciamiento por su parte? Qué tranquilo, sosegado e imperturbable parece estar. Es completamente dueño de sí mismo. No cabe duda de que estaba siendo adecuadamente cortés y hospitalario y parecía absorto en la conversación sentado a la mesa; y, sin embargo, durante todo el tiempo estuvo inmerso a sus propios pensamientos, llegando a sus propias conclusiones y haciendo su propio análisis intelectual acerca de su invitado. Todo eso estaba fuera de él,
  • 8. P á g i n a 8 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero fuera de su verdadero yo. Era meramente su cabeza la que estaba implicada. Ni por un solo momento da la sensación de que aquella reunión fuera el momento más vital y decisivo de su vida, de que en aquel momento podía obtener algo que supusiera una diferencia eterna para él. ¡No!, no hay emoción alguna, no hay tensión ni entusiasmo. Está tranquilo y sin implicarse. ¡Qué diferente es la mujer! Toda su personalidad está implicada. Lejos de ser indiferente y tener dominio propio, no puede contenerse. Las lágrimas fluyen por sus mejillas: está conmovida en lo más profundo de su ser. ¿Cómo te acercas tú a Jesucristo? ¿Cuál es tu interés en él y en la religión? ¿Desde una perspectiva meramente intelectual? ¿Es Jesucristo para ti solo un personaje histórico, solo un hombre; quizá mejor que otros, quizá más grande, pero aun así un hombre que hizo ciertas cosas y propuso una cierta idea y filosofía de vida? ¿Y estás interesado en todo esto meramente como un problema de tu mente? ¿Has comprendido que Jesucristo y su religión no conciernen meramente a tu mente o a cierta parte de ti, sino a toda tu persona, a tu vida y a todo lo que eres y esperas ser? Cuando le consideras a él y su evangelio ¿hasta qué punto te implicas todo tú? Pero esta pregunta puede contestarse de inmediato observando cómo estas dos formas diferentes de acercarse al Señor afectan inevitablemente a la manera en que le tratamos. No me disculpo por utilizar esa frase porque, tal como demostraré, es literalmente precisa. Observa cómo le trata Simón. No duda en sentarse a su lado y mirarle a los ojos sin pestañear. Ni siquiera le trata con el civismo y la cortesía que se debe a un huésped y que invariablemente mostraba con la mayoría de sus huéspedes. No le proporciona agua para lavarse los pies, no le da la bienvenida besándole y no unge su cabeza con aceite. ¡Oh, sí!, le invita a su casa. Está interesado. Pero no hay una verdadera calidez en su invitación. El Señor no es honrado como
  • 9. P á g i n a 9 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero habían sido honrados muchos huéspedes en esa casa. ¡Qué diferente es la acción de la mujer! Cae a sus pies, se avergüenza de mostrarle su cara y mirarle a sus ojos puros. Le besa los pies, los lava con sus lágrimas y los seca con el cabello de su cabeza y, de hecho, los unge con ungüento. ¡Oh, sí; la forma de acercarse y las razones para ello se muestran de inmediato en la conducta y el comportamiento! ¿Cómo le tratas? ¿Le das el lugar de honor en tu vida? No es el primer ni el único huésped que entra en tu casa. ¿Quién recibe el mejor trato: él o alguno de los demás? ¿A quién prestas más atención, a quién muestras el mayor respeto? ¿A quién prodigas las mayores muestras de admiración y respeto? Aquella mujer había guardado el ungüento durante años. Era uno de los más grandes tesoros que poseía. Esto es lo que le trae, y no lo derrama sobre su cabeza sino sobre sus pies. Lo más preciado que tiene es indigno de él. ¿En quién utilizas el frasco de ungüento que tienes? ¿A quién y a qué te entregas absolutamente y por entero? ¿Quién atrae tu interés, quién despierta tu alabanza y agradecimiento? ¿Cuál es tu actitud hacia Jesucristo esta noche? ¿Es meramente un hombre, un maestro con una cierta idea de la vida que te interesa y que estás dispuesto a considerar y quizá a probar en la medida que te convenga? ¿O reconoces en él al Hijo de Dios venido a la tierra, al Salvador de tu alma? ¿Le consideras más o menos como un igual con quien puedes sentarte a la mesa y a quien puedes examinar y criticar o comprendes que es el Señor de gloria? ¿Has caído a sus pies completamente avergonzado y humillado, entregándote a su misericordia y mirándole tan solo en busca de liberación y perdón? Porque ese es el verdadero interés cristiano en Cristo que lleva a la rendición, al amor y a la adoración. Ya no está aquí en la carne como lo estaba en los días de Simón y la mujer. Ya no puedes caer ante sus pies físicos y lavarlos, besarlos y ungirlos. Pero la cuestión de la forma en que
  • 10. P á g i n a 10 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero le tratamos sigue siendo tan vital y pertinente como siempre. ¿Recuerdas lo que dijo a Saulo de Tarso en el camino a Damasco? La pregunta fue: «¿Por qué me persigues?», dejando muy claro a Saulo que era él quien estaba siendo perseguido, aunque la intención de Saulo era hostigar a los cristianos. ¡Y cuán a menudo se nos advierte en contra de entristecerle y crucificarle de nuevo! En la actualidad muestras tu amor hacia él abandonando tus pecados, obedeciendo a sus mandamientos y adorándole con tus labios y por medio de tu vida ante los hombres y las mujeres que te rodean, y diciéndoles que él ocupa un lugar central en tu vida. Ahí vemos, pues, analizadas y retratadas las dos actitudes hacia nuestro Señor. Vemos que la verdadera actitud cristiana es de interés amante que lleva a la adoración, a la alabanza y al sometimiento a él. Ahora debemos hacer una segunda pregunta. ¿Qué es lo que lleva a esa actitud? O, si así lo prefieres, ¿por qué algunas personas se interesan únicamente de manera fría y distante en nuestro Señor y se mantienen indiferentes a su religión como Simón en la antigüedad, mientras que otros le adoran, le aman y le alaban como aquella mujer, y sienten el deseo de darle todo lo que tienen? De acuerdo con nuestro Señor mismo, en la parábola hay dos respuestas fundamentales a esa pregunta. 1) En primer lugar, dice Cristo, nuestra idea de él y nuestra actitud hacia él dependen de la idea que tengamos de nosotros mismos, de la idea con respecto a nuestra necesidad o, si así lo prefieres, nuestra idea del pecado y de los pecadores. Ese es el gran asunto de la parábola que Jesús dirige a Simón (versículos 40–43), el asunto, pues, que debemos dilucidar y desarrollar cuidadosamente. Podemos recordar los hechos. Había un hombre que tenía dos deudores, uno que le debía 500 denarios y otro que le
  • 11. P á g i n a 11 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero debía 50. Ninguno tenía medio alguno de pago o forma de afrontar la deuda, por lo que el acreedor perdonó a ambos y les dijo que podían considerarla saldada. Sobre la base de esto, nuestro Señor pregunta a Simón: «¿Cuál de ellos le amará más?». A lo que Simón responde: «Pienso que aquel a quien perdonó más». Y nuestro Señor contesta: «Rectamente has juzgado». Ahora bien, ¿qué significa realmente todo eso? Hay algunos que no dudan en decir abiertamente que la enseñanza de nuestro Señor es que aquellos que han cometido el mayor número de pecados y a los que, por tanto, se ha perdonado también el mayor número de pecados, deben necesariamente amar más a Dios que aquellos que han cometido menos pecados. Esperan que los pecadores más obvios y manifiestos que han tocado las profundidades y llegado a la mayor degradación sean más agradecidos por su salvación que aquellos que siempre han vivido vidas buenas, morales y respetables. Consideran que el primer grupo no solo necesita un mayor perdón sino que también recibe un mayor perdón; uno 500 y el otro solo 50. Esperan un tipo de religión menos reservado, más amante y apasionado por parte de aquellos que en un tiempo fueron pecadores virulentos que de aquellos que fueron criados en una atmósfera y un estilo religioso. En otras palabras, esperan que personas como esta mujer amen más a Dios y nuestro Señor que personas como Simón, por la razón de que ella había sido una pecadora notoria y había vivido en la maldad, mientras que Simón había sido siempre un hombre recto, bueno y moral. La manera más sutil en que suele expresarse esto es que no todas las personas necesitan convertirse. ¡Los borrachos, los ludópatas y los maltratadores de mujeres, etc., ciertamente! Pero no tu buena persona moral. Y obviamente, pues, el cambio en el primer caso será más grande que
  • 12. P á g i n a 12 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero en el segundo. «Predica la salvación —dicen— entre la escoria y los libertinos e insiste en la conversión. Pero lo único que se precisa entre las personas que asisten a la iglesia es instrucción y conocimiento». Ahora bien, eso es exactamente lo contrario de lo que nuestro Señor quería enseñar, porque el objeto de la parábola no es justificar a Simón por su falta de amor y explicar por qué su amor era menor que el de esta mujer, sino más bien condenarle y mostrarle lo falsa que era su idea del pecado. Y esto es forzosamente verdadero, porque de otro modo estaremos diciendo que nuestro Señor enseñó que el bien puede salir delmal, y que la mejor forma de aprender a amar a Dios era pecar contra él violentamente; ¡lo que, por supuesto, es ridículo, porque en ese caso nuestro propio Señor habría amado menos a Dios que aquellos que tanto necesitaban ser perdonados por sus pecados! ¡No!, no se debe pensar tan equivocadamente ni por un solo momento. Este fue precisamente el error en que habían incurrido Simón y los fariseos. Juzgaban a las personas solamente por el número de pecados que habían cometido o por su aparente grado de pecaminosidad. Él y todas las personas de la ciudad condenaban a esta mujer simplemente porque cometía pecados de cierto tipo. ¡Ella era la pecadora! ¡Ellos no! ¿Por qué? Simplemente a causa de la naturaleza de sus pecados. Pero nuestro Señor condena en toda su enseñanza ese tipo de pensamiento y de hecho les dice a los fariseos y a las personas «buenas» que los publicanos y las prostitutas entrarán en el Reino de los cielos antes que ellos. Su razonamiento es siempre en todas partes que un grupo necesita el perdón tanto como el otro. «¿Cuál es, entonces —pregunta alguien—, el significado de los 500 y los 50 en la parábola? ¿A qué se debe el contraste? La pregunta puede contestarse con facilidad. Es una figura que pretende mostrar no la necesidad en sí mismo, sino la comprensión de la necesidad en ambos casos. Pero dejemos
  • 13. P á g i n a 13 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero esto claro considerando las dos personas representadas en la parábola. La enseñanza es, afirmo, que lo que importa no es el número de pecados que podamos haber cometido o no, sino nuestra situación o nuestro estado pecaminoso. Y en ese aspecto somos todos idénticos. «Pero, sin duda — argumenta alguien—, ¡no irás a decir que todas las personas son exactamente iguales y cometen los mismos pecados!». ¡No!, no estoy afirmando eso en absoluto. Lo que estoy diciendo es que, en última instancia, todo eso no supone diferencia alguna, y que lo que hace de uno un pecador no es el número de pecados sino su estado pecaminoso, su deseo de pecar, su naturaleza desviada hacia el mal. Con qué perfección se muestra eso aquí. Aquí están estos dos hombres. Ambos son deudores. Ninguno de los dos tiene con qué pagar. Ambos habrían acabado sin duda en la cárcel. Y ambos son perdonados exactamente de la misma forma. ¡Son idénticos! «¿Y los 500 y los 50?», dices. No suponen diferencia alguna en absoluto. Aunque uno solo debía 50 en comparación con los 500 del otro, era deudor igualmente. Aunque la deuda que se le perdonó ascendía a 50, eso no creaba dinero con que pagar. Estaba igualmente sin blanca. Aunque eran 50 y no 500, sería igualmente condenado por la ley e iría a prisión. Y aunque eran 50 y no 500, fue perdonado exactamente de la misma forma que el otro. ¡La situación de ambos hombres era idéntica! ¡Deudores, sin blanca, impotentes! Intenta interpretar los 50 y los 500 como quieras, a excepción de la forma en que te he indicado, y verás que no sirve de nada. El estado de estos dos hombres era idéntico. Simón pensaba que su estado ante Dios y el de la mujer eran muy distintos. La respuesta de nuestro Señor es que eran idénticos. Era tan solo en la conciencia de su estado en lo que diferían. ¿Tienes esto claro? En un sentido es la verdad más vital de la religión cristiana. Solo aquellos que comprenden su necesidad del Salvador podrán
  • 14. P á g i n a 14 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero llegar a encontrarle y agradecerle su gloriosa salvación. ¿Te sientes agradecido a él? ¿Le amas? Si no, ¿por qué no? ¿Has sentido la necesidad de él? ¿Comprendes tu estado pecaminoso ante Dios? ¿Sigues pensando en términos de pecados específicos o del número de pecados que has cometido en comparación con otro? ¿No ves que ese es precisamente el error que condena aquí nuestro Señor? ¿Ves el cuaderno de caligrafía del niño con la página perfectamente limpia elogiada por el maestro? Pero ocurre un accidente, cae una gota sobre la página. ¡Oh!, eso no es nada, dices. Es simplemente una gota. Pero el niño lo sabe. Sabe que echa a perder su creación. Es tan terrible como si hubiera varias manchas. O consideremos un paseo por una feria de horticultura. ¡Qué manzana más perfecta! Sin duda debe de haber recibido el primer premio. Su forma y color son perfectos. Y, sin embargo, no ha recibido premio alguno. ¿Por qué? Hay una sola imperfección, un punto deteriorado. Es preciso darle la vuelta a la manzana para observarlo. ¡Pero el juez lo ha hecho y ahí está! ¿Ves ese magnífico espécimen de caballo? Aparentemente de pura raza, se controla a la perfección y se mueve con una precisión mayor que cualquier máquina que haya existido. Y, sin embargo, no recibe el premio. Ciertamente, se encuentra en el último lugar de la clasificación. ¿Por qué? ¡Oh!, es tan solo una pequeña imperfección en una de sus patas. El neófito no lo habría advertido. Pero ahí está, y significa que el caballo está enfermo y que probablemente transmitirá esta enfermedad a su progenie. ¡Muy pequeña! Es cierto. Pero el veterinario la vio y es suficiente para condenar al caballo. ¿Necesito seguir multiplicando mis ilustraciones? Si un hombre es tan sensible a tan leves imperfecciones y tan sensible a tales fallas menores; si el juicio de un hombre se esmera tanto, ¿cuánto más sucederá con el de Dios? Nos ha dicho los términos de la competición en la ley. Nos ha indicado allí sus
  • 15. P á g i n a 15 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero expectativas, deseos y exigencias. ¿Lo has cumplido? ¿Puedes satisfacerlos? «Ah —dices—, no he pecado mucho, ciertamente muy poco en comparación con este y el otro. No he quebrantado muchas leyes; en mi opinión soy casi perfecto». A lo que la respuesta de Santiago es: «Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos». ¿Se espera que las manzanas, los caballos y animales sean perfectos y, sin embargo, al hombre, señor de la creación, en quien Dios ha vertido sus mayores dones y de quien más espera, se le permite ser imperfecto? El Señor Dios Todopoderoso creó perfecto al hombre y así espera que siga. Exige una página completamente blanca. Una mancha es tan mala como cientos, una imperfección, un defecto, es suficiente para condenar. «Sí—dice el apóstol Pablo, que había hecho todo lo posible para vivir una vida perfecta y justificarse a sí mismo—, no hay justo, ni aun uno». Ya hayas cometido muchos errores o solo unos pocos, eres pecador, deudor. Más aún, no tienes disculpa alguna que ofrecer. Si has cometido un solo pecado en tu vida, no puedes borrarlo, no puedes expiarlo, no puedes eliminarlo. «Sin duda — puedes argumentar— será fácil borrar esa única mancha en la copia. Si hubiera muchas sería imposible, pero es solamente esa. Consígueme una goma de borrar». ¿Pero se puede? Puede que logres borrar gran parte de la tinta, pero la señal, la rugosidad y la irregularidad permanecerán. Jamás puedes devolver una página a la blanca perfección que una vez tuvo. No puedes extirpar esa imperfección de la manzana sin dejar una huella de su existencia. No se puede eliminar ese defecto del hueso de la pata de ese caballo. ¡Si se pudiera hacer eso, qué diferente sería! Por supuesto, el hombre se ha esforzado en hacerlo. Se ha utilizado cera para rellenar las grietas, se ha empleado barniz. El hombre ha ejercitado todo su ingenio y su inventiva en su intento de eliminar y cubrir estos leves defectos y estas
  • 16. P á g i n a 16 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero imperfecciones. Se puede engañar al hombre de a pie con estas cosas, pero jamás al experto. ¿Puedes tratar estos pecados? Dices que son pocos y estos aun leves y sin importancia en términos comparativos. ¡Muy bien! ¿Puedes librarte de ellos? ¿De verdad sientes que tu historial está limpio? ¿Estás satisfecho? ¿Lo has borrado? Has echado a un lado ese pecado, has hecho mucho bien, ¿pero ha desaparecido esa sensación de vergüenza? ¿Te ha abandonado la sensación de condenación? ¿De verdad sientes que nunca has pecado? Vamos, sé sabio y reconócelo. No solo eres deudor como todos los demás, sino que es tan cierto de ti como de ellos que no tienes con qué pagar. No puedes limpiar tu historial. No puedes satisfacer a Dios. Todas tus acciones y todas tus mejores obras jamás podrán expiar la injuria que has lanzado contra él con un solo pecado. Estás en deuda con él y con su ley. Estás alienado de él y jamás podrás reconciliarte con él. Estás condenado ante el Juez no importa lo que digas a tu favor o acerca de ti mismo: las reglas de la competición están claras. Una sola imperfección descalifica. ¿Comprendes eso cuando consideras a Jesucristo y su evangelio? Comprendiendo esa verdad acerca de ti mismo, ¿de verdad piensas que te corresponde sentarte a la mesa con él y que tu actitud debe ser de crítica y examen de él para ver cómo es y lo que tiene que decir? Al mirarle y considerar su historial de perfección y recordar, cuando se te desafía a ello, que nadie pudo condenarle de pecado, ¿aún sientes que puedes acercarte a él de esa manera fría e indiferente? ¡Cae a sus pies con lágrimas de contrición y fracaso! ¡Escúchale! ¡Bebe de sus palabras! Comprende que es una necedad que el criminal condenado juzgue. ¡Ponte por completo a merced de su misericordia y acepta cada una de sus palabras! Aquellos que han recibido su bendición han sido siempre los que,
  • 17. P á g i n a 17 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero como esta mujer, se acercan con una profunda conciencia de su fracaso y su sentimiento de necesidad. 2) La otra condición para la bendición es que tengamos perfectamente claro que estamos en lo correcto con respecto a nuestra idea de la salvación. Y esto, por fuerza, se deriva de lo que ya hemos estado considerando. Nuevamente encontramos aquí ese increíble contraste entre Simón y la mujer. La mujer no tuvo ni idea de la salvación hasta que acudió a Cristo y escuchó lo que este tenía que decirle. Había oído en muchas ocasiones la idea de los fariseos y la había condenado por completo. Sabía que no había esperanza alguna para ella. Porque la idea de los fariseos era que un hombre se ganaba la salvación por sí mismo guardando la ley, ayunando, haciendo el bien, etc. La condenaba por completo. No había esperanza. Era un completo fracaso. Simón no tenía necesidad alguna de Cristo y su ayuda porque creía que lo había hecho todo muy bien. Su vida había sido buena. Ya lo tenía todo. Las personas «buenas» no ven necesidad alguna del Salvador y, por tanto, no aman a Jesucristo, no sienten que se lo deben todo a él. ¡Pero qué diferente es cuando uno se ve a sí mismo como un pecador condenado, cuando uno comprende que una mancha es suficiente para condenarnos para toda la eternidad y hacernos tan malos como el pecador virulento! ¡Qué diferente es cuando uno comprende que es un deudor, sí, un deudor sin blanca, que no tiene nada con qué pagar! ¡Ay!, uno empieza a clamar pidiendo ayuda, un Salvador. Uno es entonces exactamente igual que la mujer, consciente de su necesidad completa y desesperada. ¡Y, oh!, ¡qué dulces son las palabras de Cristo para tal alma en semejante situación! Escúchalas: «Y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó generosamente a los dos» (versículo 42, LBLA). Sigue sin haber diferencia alguna entre ellos. Pero mira lo que dice. Eran impotentes. Estaban sin blanca. No podían hacer nada. Su caso es
  • 18. P á g i n a 18 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero desesperado entonces, ¿y debe seguir la ley su curso? ¡No!, bendito sea su nombre, los perdonó a ambos. La salvación no la logramos nosotros, la hizo posible de una vez por todas el Hijo de Dios mismo. ¡Él lo hace! «Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos» (Romanos 5:6). Cuando no podíamos pagar, él pagó. La salvación es completamente obra suya. Sin él estamos condenados. ¿No anhelas caer a sus pies, besarlos y lavarlos con tus lágrimas de gozo y ungirlos con ungüento? Pero consideremos la forma en que lo hace: «perdonó generosamente a los dos». ¡Qué palabra más gloriosa es ese generosamente! No solo significa gratuitamente, sino también habla de la forma en que se hace. Está lleno de gracia y encanto. No hay ley alguna en ello. No va a los dos deudores y les dice: «Quiero trataros a los dos exactamente por igual y perdonaros exactamente el mismo número de pecados, lo que significa que tú que me debes 50 eres libre, y tú que me debes 500 ahora solo me debes 450 y, por tanto, debes permanecer en prisión». ¡No!, ¡no!, esa es la manera legalista que tiene el hombre de computar el perdón según el número de pecados perdonados. ¡Ese no es el camino del Señor, bendita sea la gracia! No considera el número de pecados sino el estado. Ambos eran deudores, ambos eran fracasados, ambos se encontraban en el mismo estado, de modo que perdonó generosamente a ambos. Ambos fueron limpiados, ambos liberados, el de 500 como el de 50. ¡Sí!, y en un solo momento. No se le impuso condición alguna al que debía 500 por el hecho de que debiera más. Perdón gratuito y absoluto, sin condición alguna en absoluto, ni hipoteca del futuro a causa del pasado. Ambos están en libertad, ambos tienen las mismas posibilidades para el futuro. Así como eran idénticos en prisión, así son idénticos fuera de ella. La mujer que era pecadora está tan perdonada y es
  • 19. P á g i n a 19 | 19 Encuentra más recursos en www.evangelioverdadero.com | www.facebook.com/ministerioevangelioverdadero tan libre y tan hija de Dios como el que siempre ha vivido una vida respetable externamente. Ella recibe el nuevo comienzo y la nueva vida tanto como el otro. Y podría seguir, pero debo terminar. No nos sorprende ahora su acción y su marcado contraste con la de Simón. Sabía que era una pecadora. Era desgraciada e infeliz. Se sentía desesperada y perdida. Temía la vida, pero especialmente la muerte y ese encuentro con Dios más allá de la tumba. Sabía que no podía hacer nada. Pero entonces escuchó a este nuevo maestro que le aseguró que Dios la perdonaba gratuita y completamente en él, que todo su pasado era borrado, que Dios le sonreiría y ella podría comenzar una nueva vida. No comprendía toda la verdad con respecto a la forma en que esto se hizo posible. No sabía que el perdón dependía de su muerte en lugar de ella y tomando sus pecados sobre sí. Lo único que sabía era que confiaba en él y que él había cambiado su vida. Había hecho lo que ella jamás podría hacer, había resuelto el problema y él había quitado su carga. Vuélvete a él, pues, esta noche en lo más profundo de tu ser, en tu debilidad, con tu temor y vergüenza secreta. Escúchale mientras te dice que ha muerto por ti, que te ha reconciliado con Dios, que tu pasado puede ser borrado y tu futuro eterno está a salvo. Escúchale mientras te abre una nueva vida, con nuevas posibilidades y energías. No importa lo que hayas sido, el ofrecimiento está abierto para ti. La puerta sigue abierta. No tienes más que caminar hacia la libertad. Hazlo reconociéndole ante todos, confesando tu pecaminosidad, aceptando su salvación y confiando únicamente en su poder para capacitarte para vivir una vida agradable a sus ojos. Por el amor de su nombre. Amén.