El documento habla sobre cómo el autor se sintió útil sirviendo al Señor después de jubilarse de su carrera docente de 46 años. Compara a Dios con un alfarero que moldea a cada persona para tener un propósito y servir de manera especial en el Reino de Dios. Concluye que cuando uno se ofrece a los demás por amor, se involucra en la comunidad y se da al servicio con los dones recibidos, empieza a vivir en la fe.
110º ANIVERSARIO DE CITY BELL: CELEBRACIÓN INTEGRADORA PARA LA COMUNIDAD
Dia octavo
1. DIA OCTAVO
VASIJAS ÚTILES PARA EL SEÑOR
Trabajé como docente durante 46 años, como es lógico cuando se piensa en un retiro definitivo de la profesión,
hay mucha expectativa. Un día cualquiera le presenté al Señor mi inquietud y habló a mi corazon, le pregunté:
¿y ahora Señor que tienes para mi? Me regalo la Palabra en 2Co. 2,15 ¿y Cómo exhalar ese buen olor?
Ofrecerme para él , sentirme útil para el Reino de Dios, colocando mis dones, servirle en lo que sabía hacer:
ser maestra, enseñar a otros sobre la Palabra de Dios.
Ya proxima a retirarme alguien se me acercó y me pregunto: ¿Qué vas hacer de ahora en adelante, tú que no
sabes estar quieta? A lo cual le respondí: “¡Oficio es lo que tengo! Me dedicaré a servirle al Señor; mi Madre
esperaba que después de jubilada yo tendría mas tiempo desocupado, pero expreso que el el tiempo lo tengo
copado, ahora puedo decir que trabajo más, me siento útil en mi comunidad; cuando ejercía mi profesión me
sentía cargada, con presión; ¡ahora disfruto lo que hago, para la gloria de Dios!
Si reflexionamos lo que hace un alfarero en su vida cotidiana, descubrimos que antes de hacer la vasija, ya
tiene en mente el utensilio que va a diseñar, para qué función, cada vaso es hecho de acuerdo con un diseño
especial según el uso que se le va a dar, él fabrica muchos utensilios de diferentes formas, tamaños,
dimensiones, pero su objetivo es único: que cada utensilio sea una pieza valiosa, útil y de gusto al público;
éste es el plan del alfarero.
Dios, obra de igual modo con nosotros, todos somos valiosos para el Señor y dignos de ser usados por Él. Él
nos consagra… le pertenecemos. Desde antes de la creación del mundo, Dios pensó en cada uno de sus hijos,
tiene un propósito, una vocación diferente, pero especial para cada vida.
Por ello este Alfarero nos moldea de manera permanente, nos hace al gusto de él para capacitarnos y ser sus
siervos en la expansión de su Reino. De esta manera tu empiezas a vivir en la fe cuando te ofreces por amor
a los demás, cuando te involucras con la comunidad y te das al servicio con lo que Dios te ha dado para el
bien del otro.
ORACION:
Señor, aquí estoy, hoy quiero decirte como María He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu
palabra. Utilízame para tu obra Señor. AMEN
“Si alguno se limpia de esas cosas, será
instrumento para honra, santificado, útil al
Señor, y dispuesto para toda obra buena”
(Tim. 2,21)