Cuando se enciende un PC, el procesador ejecuta una serie de pasos de arranque para cargar el sistema operativo desde la memoria de almacenamiento. Una vez cargado el sistema operativo, este permite la interacción con el usuario a través de periféricos como el teclado, el ratón y la pantalla. El usuario puede ejecutar aplicaciones y trabajar con archivos, mientras que el sistema operativo gestiona los recursos y mantiene la comunicación entre los componentes hardware.