Los sofistas cuestionaron las nociones tradicionales de verdad, justicia y moralidad, argumentando que estas dependen de convenciones humanas que varían en cada cultura. Sócrates se opuso a este relativismo sofista mediante el uso de la dialéctica y el diálogo mayéutico, buscando establecer fundamentos universales para la ley, la verdad y la ética a través de un proceso racional de preguntas y respuestas en comunidad.