1. Dios ha tocado mi rostro
Lo ha tocado para que aprenda a vivir pausadamente, para que
aprecie en esencia a las personas, los momentos, los detalles…
Para que vuelva a escuchar y a atender mi respiración, mi cuerpo,
mi alma.
Ha tocado mi boca para que me contenga de negativas.
Ha tocado mi ojo para que aprenda a pestañear de nuevo, tomar
aire y seguir apreciando los colores de la vida.
Ha tocado mi oído para que escuche lo realmente valioso como es
una sonrisa sincera, la respiración de mi hijo al dormir, para
escuchar mi dolor y sanarlo.
Ha tocado mis manos para que empiece a hacer su obra en mí.
Hay límites, después de estos estas Tu, te entrego mi dolor, mis
miedos, mi ansiedad.Sé que harás con ellos obras maravillosas,en
Ti confío.
Gracias por tocar mi rostro y transformarme según tu voluntad.
Jesús, gracias por despertarme.
Griselda Varela H. (8 de enero, parálisis facial periférica)