Las direcciones IP permiten identificar de forma única los equipos conectados a Internet. Están compuestas por cuatro números separados por puntos y asignadas por organismos como ICANN. Existen diferentes clases de direcciones IP (A, B y C) que varían en la cantidad de bytes utilizados para identificar la red y los equipos. El sistema DNS mapea nombres de dominio legibles a las direcciones IP numéricas.