En los siglos XV y XVI, la higiene personal era deficiente. No existían artículos como cepillos de dientes, desodorantes o papel higiénico, y las personas solo se bañaban ocasionalmente. Los baños se tomaban en orden por edad y sexo dentro de la familia. Los ramos de novia se usaban originalmente para ocultar malos olores durante las bodas en verano. El palacio de Versalles carecía de baños, por lo que sus jardines se usaban a menudo como retretes.