1. Educación Social para familias
Conducta en los Restaurantes
Hay padres que se temen lo peor a la hora de salir a comer con los hijos.
La actividad puede hasta ser estresante con un final agresivo y muchas familias terminan por
quedarse en casa y pedir una pizza.
Los adultos viven la situación como una agradable jornada. Mientras que los más pequeños,
adoptan la actitud del aburrimiento y, por eso, comienzan a ponerse nerviosos. Raro es, ver a un
niño sentado en la misma silla, sin moverse, hasta que termina de comer.
Los comentarios de las abuelas sobran:
- “¡Ay este niño qué malo es! ¡No se puede quedar sentado ni un momento!”
- “No, señora. La naturaleza y la creatividad le hacen pensar en cosas nuevas constantemente y
actuar.”
CÓMO PODEMOS MEJORAR LA SITUACIÓN
• Elegir el restaurante más apropiado.
Con menús infantiles, que no haya que esperar mucho para conseguir una mesa, que tengan
asientos especiales para niños,…
La estética a ser posible familiar (el estilo chic lo olvidamos).
Es bueno pedir un entrante para que estén entretenidos comiendo desde el principio.
Importante llevar algún juguete pequeño por si la espera se demora más de lo normal.
• Enseñarles en casa a comportarse.
Si al pequeño no se le va educando desde el principio, muy difícil será que adopte la actitud
correcta: No se come con las manos, hay que sentarse correctamente, limpiarse con la servilleta
y no con el mantel, cada cubierto es diferente, no se echa nada en los platos de los demás ni se
coge, si quiere algo más se lo pedirá a los padres, no se grita ni se tiran cosas,… La hora prevista
de la comida debe ser casi igual al horario que ellos ya están acostumbrados.
• Relajarse antes y después de comer.
Es muy beneficioso para la salud relajarnos unos minutos después de comer. Mientras comemos
o al ir acabando, podemos dar conversación a nuestros hijos para que nos cuenten lo que han
hecho hoy en el colegio o lo que les gustaría hacer el fin de semana. No podemos acostumbrarlos
a que sólo se tienen que sentar cuando mamá pone el plato en la mesa (que luego comen
engullendo, en tres minutos y medio, y cuando vuelves de la cocina solo quedan unos platos
bailando en el aire). Tienen que ayudar a poner la mesa y a recogerla cada vez que puedan.
• Por si tenemos que irnos rápido.
Si sobra comida en el restaurante, podemos pedir unos envases de plástico en el momento que
pidamos la cuenta. Después, si los papás quieren quedarse un rato más sentados para hablar o
comentar alguna cosa, pueden hacerlo más descuidados. Si el niño está cansado o no se porta
bien, siempre se podrán ir a casa más rápido.
QUÉ NO HAY QUE HACER:
- Pensar que salir con los niños es igual que hacerlo solo en pareja.
- Obligarlos a comer algo que no les gusta ni forzarlos a que coman.
(Con el tiempo desarrollarán un trastorno alimenticio porque perderán el interés por la comida).
- Prestarles atención cada vez que se ponen a llorar.
- Gritarle en público. Si su conducta se está descontrolando llévalo al lavabo o al coche un
momento y le vuelves a recordar cómo se tiene que comportar.
- Amenazarlo. Las cosas se pueden decir sin amenazas.