La iglesia católica se opone firmemente al aborto, la eutanasia y las guerras porque considera que atentan contra la dignidad de la vida humana, la cual es un don sagrado de Dios. Según la iglesia, solo Dios puede decidir cuándo comienza y termina la vida de una persona. Si bien algunos países y movimientos apoyan el derecho de la mujer sobre su cuerpo, la iglesia sostiene que el aborto va en contra de los mandamientos de Dios.