El transporte aéreo causa contaminación atmosférica y acústica. Emite gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático, como el 15% de las emisiones globales. Esto aumenta la temperatura de la Tierra y causa problemas como sequías, incendios forestales y proliferación de plagas. El ruido de los aviones también puede dañar la salud física y mental de las personas que viven cerca de aeropuertos.